Lucius estaba en el jardín de la casa familiar de los Slytherin. La luz de la luna brillaba y las flores estaban en plena floración, llenando el aire con su fragancia. Esa niña de apenas siete años, corría entre las flores, riendo y gritando de alegría.
-¡Lucius, ven a jugar!- le llamaba, su risa era como música para sus oídos. Lucius se sentía joven otra vez, lleno de energía y esperanza.
Se acercó a ella, su corazón ligero y despreocupado. Mariham lo miró con esos ojos grandes y brillantes que siempre parecían llenos de curiosidad y amor. -Te quiero, Lucius- dijo ella, abrazándolo con fuerza.
Esa simple declaración, tan pura e inocente, hizo que el corazón de Lucius se hinchara de amor y protección por ella. Él siempre había sentido una conexión especial con Mariham, como si fuera su propia hermana pequeña. La cuidaba, la protegía y haría cualquier cosa por verla feliz.
Mientras jugaban, Mariham de repente se detuvo, mirando fijamente una flor en particular. -Lucius, ¿quieres conocer a mis hermanos?- preguntó con una voz seria.
Lucius parpadeó, sorprendido. -¿Hermanos? ¿Qué hermanos?-
Mariham asintió, sonriendo. -Sí, mis hermanos. Somos cuatrillizos, pero yo soy la mayor. Hay tres más: Ziran, el segundo; Loan, el tercero; y Raven, el menor.-
Lucius se quedó sin palabras. No sabía que Mariham tenía hermanos, y mucho menos que eran cuatrillizos. -¿Por qué nunca me lo dijiste antes?-
Mariham suspiró, su expresión se volvió melancólica. -Porque están en un lugar diferente. No podían estar aquí conmigo, pero siempre estamos conectados. Ziran es el más fuerte, siempre me protege. Loan es muy inteligente, siempre tiene un plan. Y Raven... él es el más dulce, siempre sabe cómo hacerme sonreír.-
Lucius se sintió abrumado por la cantidad de información nueva. -Mariham, ¿dónde están tus hermanos ahora?-
Ella lo miró con tristeza. -Ziran con mis padres y los otros dos no lo se, Lucius. Pero sé que un día nos reuniremos. Siempre creo en eso.-
Lucius Malfoy se despertó sobresaltado, su respiración rápida y su corazón latiendo con fuerza en su pecho. El sueño que acababa de tener era tan vívido, tan real, que aún podía sentir la presencia de Mariham a su lado, escuchar su voz infantil resonando en sus oídos.
Se levantó de la cama, su mente revuelta con los recuerdos de una época que había intentado olvidar. Caminó hasta la ventana de su elegante dormitorio en Malfoy Manor, mirando fijamente la luna llena que iluminaba los terrenos. Las sombras de los árboles se alargaban en la noche, y el aire fresco le ayudaba a calmarse. Se dejó caer en una silla junto a la ventana, pasando una mano temblorosa por su rostro. Se sentía abrumado por la tristeza y la culpa. Había amado a Mariham con toda su alma, y perderla había sido uno de los golpes más duros de su vida. Ahora, recordar esos momentos, recordar que aún después de años no pudo encontrar información de esos chicos, los hermanos de su pequeña.
-¿Por qué ahora?- murmuró para sí mismo, preguntándose por qué esos recuerdos volvían a él en este momento.
Mariham había sido una luz en su vida, siempre sonriente, siempre llena de vida. Había admirado su espíritu y su valentía. Incluso cuando los tiempos se volvieron oscuros, ella nunca perdió su esperanza ni su bondad. Recordó cómo ella siempre hablaba de un futuro mejor, de un mundo donde la magia y los magos vivieran en armonía.
Ella también había sido consciente de las dificultades y los desafíos que enfrentaban. Pero nunca permitió que eso la desanimara. Su fuerza interior era una inspiración para todos a su alrededor.
Lucius cerró los ojos, recordando el último día que la vio. Ella era tan joven, solo tenía 20 años, tan llena de vida. Y luego, de repente, se había ido. La pérdida había sido devastadora, y durante años, él había enterrado esos sentimientos, enfocándose en sus deberes y responsabilidades, dejando que la frialdad y el deber reemplazaran el amor y la calidez.
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Un engaño
FanfictionTres amigos cada uno con sus problemas. Pero uno en común maltrato. Una niña a la cual no dejan ser feliz. A Harry sus tíos lo golpean A Ron sus padres dejan que los Gemelos lo lastimen con sus bromas. A Hermione sus padres desde que notaron su mag...