Cap. 9

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Ron se sentó frente a su padre, Bill, en la oscura y acogedora sala de la casa en Egipto. La noche había caído, y el silencio era roto solo por el murmullo lejano del viento contra las ventanas y el crujido ocasional del mobiliario antiguo. Bill había accedido a contarle toda la historia, y Ron se preparó para escuchar una verdad que cambiaría su vida para siempre.

Bill comenzó su relato:

-Todo comenzó cuando tenía 16 años, Ron. Estaba en Hogwarts, en mi sexto año, cuando conocí a Tom Riddle. Él no era el Voldemort que todos conocen ahora, al menos no al principio. Era un joven brillante, carismático y, sobre todo, apasionado por la magia y su futuro. Nos encontramos en la biblioteca, ambos buscando libros sobre magia antigua y rituales olvidados. Desde el primer momento, hubo una conexión.

Bill miró a Ron, asegurándose de que seguía cada palabra.

-Nos enamoramos, Ron. Sé que suena imposible, pero en ese momento, Tom no era el monstruo que todos piensan. Compartíamos sueños y visiones sobre el mundo mágico. Él me hablaba sobre cómo Albus Dumbledore estaba tratando de unir el mundo mágico con el mundo muggle, y cómo eso podría destruir la magia tal como la conocemos. Estaba convencido de que la única manera de salvar nuestra comunidad era mantenerla separada y pura. Yo... yo creía en él. Creía que lo que quería era paz para nosotros.

Ron sintió un nudo en el estómago, pero dejó que Bill continuara.

-Un día, mientras caminábamos por los terrenos de Hogwarts, me confesó que siempre había deseado tener una familia. Ya estaba en camino su hija, Moon, con Remus Lupin. Moon era uno de sus nombres, aunque ahora todos la conocen como Hermione. Quería tener más hijos, quería una familia unida y fuerte. Yo estaba de acuerdo con sus ideales y sus sueños, así que acepté. Fue en esa época cuando conocí a James Potter y a Remus Lupin.

Bill se detuvo por un momento, mirando al suelo como si reviviera esos recuerdos lejanos.

-James y Remus eran diferentes. James era audaz, valiente y tenía una alegría contagiosa. Remus era introspectivo, tranquilo, pero con una fuerza interior que no podías ignorar. Me enamoré de ellos también, Ron. Juntos formábamos una unidad, un grupo que compartía más que solo amor, compartíamos una visión para el futuro. Cuando tenía 17 años, naciste tú, Ron. Eres el resultado de esos tiempos de esperanza y amor.

Ron sentía una mezcla de emociones mientras escuchaba a Bill. Era difícil reconciliar la imagen del frío y despiadado Voldemort con el hombre del que Bill hablaba.

-Tom estaba emocionado. Siempre quiso una familia grande, y con tu llegada, sus sueños parecían hacerse realidad. Pero las cosas no siempre salen como uno planea. Poco después de que supiera que estaba embarazado de ti, James quedó embarazado, y nueve meses después, nació Hiren. Lo conoces como Harry, pero su primer nombre es Hiren. Teníamos una vida juntos, un sueño de un futuro que parecía alcanzable.

Bill respiró profundamente, la parte más difícil de la historia estaba por venir.

-Cuando Hiren tenía un año, todo se vino abajo. Dumbledore y Molly atacaron nuestra base. Fue una emboscada. Querían destruir todo lo que habíamos construido y, lo peor de todo, querían separarnos. Modificaron nuestras memorias, Ron. Cambiaron quiénes éramos y nos hicieron olvidar todo. Secuestraron a los niños, te secuestraron a ti, a Moon y a Hiren.

Ron sintió un profundo dolor al escuchar esto. Todo su mundo estaba siendo reconstruido con piezas que nunca supo que existían.

-Me tomó años recuperar mis recuerdos. Fue aquí en Egipto, durante una de las pruebas de herencia, cuando todo comenzó a volver a mí. Utilicé un ritual especial para recuperar mis memorias y comprender lo que realmente había sucedido. Fue devastador, pero también me dio una misión: reunir a mi familia y decirles la verdad.

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