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A las nueve de la noche Chris sigue bajo las mantas, acurrucado en su cama desde el mediodía los síntomas de fiebre lo habían obligado a esconderse bajo las sábanas para combatir los escalofríos que finalmente comienzan a desaparecer

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A las nueve de la noche Chris sigue bajo las mantas, acurrucado en su cama desde el mediodía los síntomas de fiebre lo habían obligado a esconderse bajo las sábanas para combatir los escalofríos que finalmente comienzan a desaparecer. Pero aunque su malestar físico se ha ido, hay algo más que lo mantiene inquieto, revolviéndose entre las mantas.

Sus pensamientos.

Pensamientos que lo han atormentado desde el jueves, desde esa conversación no concluida con Seo Changbin.

Chris suspira, observando el techo de su habitación con una mezcla de frustración y anhelo. Ahora que el peso del cansancio físico se ha aligerado, parece que su mente ha decidido inundarlo con todo lo que ha estado tratando de evitar. Changbin.

—Seo Changbin... —murmura, dejando que el nombre resbale de sus labios con un suspiro cargado de emociones. La fiebre y los escalofríos se están disipando, pero en su estómago, siente algo muy diferente, un torbellino que no parece tener intención de calmarse.

Changbin es especial, lo sabe. No es solo otro estudiante problemático bajo su cargo, no es solo alguien a quien tiene que supervisar y aconsejar. Es alguien que se ha colado tan rápido en su cabeza...como en su corazón.

Chris se da un pequeño golpe en la frente, tratando de ordenar sus pensamientos, pero solo logra traer más imágenes de Changbin a su mente. Lo recuerda riendo con esa sonrisa traviesa, hablando con esa voz tan llena de energía, incluso cuando estaba molesto, era adorable. Y cuando comía esos pastelitos de chocolate, con ese brillo en los ojos como si el mundo fuera un lugar mejor solo porque tenía algo dulce entre sus manos.

—Me gusta...—murmura Chris, sintiendo que el peso de esas palabras hace que su corazón palpite más rápido.

Está perdido, completamente perdido, y lo peor es que no está seguro de querer encontrarse de nuevo. Está perdido, nada más y nada menos, que por Seo Changbin.

—Me gusta Changbin.—repite para sí mismo, como si decirlo en voz alta lo hiciera más real.

Una risa se escapa de su garganta, está volviéndose loco. ¿Son los síntomas de la fiebre o de gustar de Seo Changbin? ¿Ambos?

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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𝗣𝗥𝟬𝗕𝗟𝟯𝗠 𝗕𝟬𝗬 | ᶜʰᵃⁿᶜʰᵃⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora