Incertidumbre

0 1 0
                                    

*Ian*

Me sentía fuera de lugar. Nunca me gustó mucho estar en un lugar nuevo con personas desconocidas. Irene fue mi primer y única novia,y cuando iba a su casa era porque sus padres no estaban y nos metíamos a su habitación a tener sexo. Nunca fui de sentarme en la sala a conversar con sus familiares. Ahora estaba allí, rodeado de chicas, comiendo pastel y con la mamá de Asia inspeccionándome con la mirada. Creí que podía hacer un esfuerzo pero no lo logré. En cuanto me obligué a comer pastel ( no me gusta, pero por desgracia mis padres me educaron bien) decidí que era hora de largarme. Asia me acompañó a la puerta y me pidió que me quedara un poco más, pero aunque vi el disgusto reflejado en sus ojos no podía seguir allí. Mentí cuando me excusé con unos tíos,no había tales. Pero me sorprendió con una casi invitación a la feria anual de la ciudad. No quería mentirle así que le omití la verdad; no sabía de la feria,en realidad no me había acordado hasta el momento,y tenía planes con mi hermano; hacía un par de días habíamos quedado en ir con su esposa a la feria. Pero ella no lo sabía. Supuse que no la vería allí, y si por algún plan retorcido del destino nos encontrábamos, pues ya vería que hacer.
Al día siguiente salimos hacia a la ciudad Richard y su esposa, Joe con su hermana y su esposo,y yo. Para colmo en el camino nos encontramos con Irene,su hermana y sus padres. Nos llevábamos bien, pero más en la cama que en la calle. La noche transcurrió sin acontecimientos y casi a la hora de irnos Irene empezó a provocarme. Hacía poco más de un mes que no tenía sexo y ella me esperaba al salir del baño de un restaurante. No lo pensé mucho y las cosas se dieron prácticamente solas. El sexo siempre había sido bueno entre ella y yo, pero ésa vez hubo algo diferente, me hizo varias cosas que cualquier hombre hubiese estado encantado de disfrutar, pero por alguna estúpida razón ésas cosas no me excitaban tanto como un simple roce de Asia. Cuando noté que me desconcentraba por pensar en ella, me di cuenta que la solución para no dejarla colarse más en mí era alejarme de ella. De golpe,sin explicaciones,ni rodeos, sólo cortar por lo sano, aunque lo que me hacía sentir me demostraba que me había infectado más profundo de lo que hubiese llegado a aceptar.

* Asia*

A la mañana siguiente Susan se fue después de desayunar y yo volví a mi cuarto a regodearme en lo que me dolía. Pasé todo el lunes encerrada en mi cuarto y cuando salí a comer me esperaba una sorpresa. Ésa noche dormí mucho mejor que la anterior. Mi tristeza se vió opacada por la alegría de que mi madre por fin tenía pareja oficial. Al día siguiente me lo iba a presentar en el almuerzo. Llevaban dos meses saliendo y se entendían muy bien. Era dueño de una pequeña empresa de agricultura y venía con frecuencia al vecindario. Me dijo que le preocupaba que no me agradara porque era cinco años menor que ella. A mí como iba a molestarme el hombre que la tenía sonriendo la mayor parte del tiempo y hacía que me diera más libertad. Además ella era hermosa e independiente, podía gustarle a quien quisiera sin importar la edad.
Me agradó el novio de mi madre. Era atractivo y la miraba embobado ( con éso me ganó). Se comportaba atento y agradable. Almorzamos juntos y luego los dejé solos. Me estaba sintiendo muy feliz por mi madre, ella merecía todo lo bueno del mundo.
Pasaron diez días sin saber de Ian. No sé por qué no le pedí su teléfono,la verdad no tenía que pedirlo, él debería habérmelo ofrecido. Una parte de mí lo excusaba, él no había estado en una relación antes,solo pasaba de una chica a otra sin detenerse a pensar en sus sentimientos. No tenía como saber como serían las cosas normalmente. Por otro lado él no era retrasado mental para no saber cómo tenía que comportarse. Quizás por eso no tenía relaciones serias. Al menos fue claro al decirme que lo intentaría conmigo; intentar no quería decir acertar.
Me estaba sintiendo mal por esa situación, él tenía culpa por ser como era, pero yo también era culpable por aceptar las cosas de esa manera cuando me lo propuso.
Estaba en un punto sin retorno y sólo me quedaba avanzar y ver que sucedía o sólo tirar la toalla, pero esto no era lo que deseaba.
La primera semana de septiembre llegó y fui a la universidad. Me estaba sintiendo emocionada por empezar una nueva etapa de mi vida. Me encontré con la triste noticia de que Scarlett se iría a vivir a otra ciudad por los negocios de su padre. No empezaría la universidad hasta el mes siguiente para adaptarse a la mudanza. Me reconfortaba la idea de que al menos Diana estaría conmigo. De Ian ni rastro. Había muchos chicos lindos en la universidad y mis amigas preguntaban por mi novio invisible. El fin de semana planeamos hacer una piyamada para despedirnos de Scarlett. Sólo estaríamos Diana, ella y yo. Me fui el viernes en la tarde directamente de la universidad. La casa de Scarlett era muy linda, pero lo que me entristecía no era dejar de visitar su casa sino dejar de verla a ella. Aunque nos pusiéramos de acuerdo sería complicado reunirnos estando tan lejos y en escuelas diferentes.
- me parece que tu novio es un cabrón- a Diana no le había caído bien el día de mi cumpleaños.
- la verdad por lo que cuentas no suena como el mejor novio,lo peor es que se está comportando así después de saber que eres virgen- Scarlett siempre hablaba con tacto.
Yo misma no quería ahondar en ése tema,en el fondo las dos tenían razón, pero yo estaba loca por volver a verlo. Me imaginaba situaciones diferentes. Lo veía y le pedía explicaciones y él me contaba que había tenido problemas,pedía disculpas y todo se arreglaba. La otra opción era que simplemente no lo veía jamás,se iban borrando los rastros de sus besos y sus caricias y sólo quedaba un recuerdo agridulce de lo que vivimos. Ése pensamiento me recordó sus palabras
... tenemos dos opciones, me alejo de ti y me llevo el recuerdo de lo que compartimos,o iniciamos algo aunque terminemos odiándonos ...
La cosa pintaba mal. Yo no podría odiarlo, al parecer sería lo primero.
Cambiamos a temas más agradables. Diana había empezado a salir con Eric, el chico del periódico y Scarlett tendría una relación a distancia con Thomas mientras funcionara.
Pasamos casi toda la noche hablando y divirtiéndonos con tonterías. A la mañana siguiente me sentía renovada por nuestro tiempo compartido,y a la vez triste porque no sabía cuánto tiempo pasaría hasta que estuviésemos juntas las tres nuevamente.
Llegué a mi casa en la tarde ,con deseos de descansar un poco porque no habíamos dormido mucho la noche anterior y se me había acumulado el agotamiento de la semana. Mi mamá estaba en el trabajo y no llegaría hasta el atardecer. Me fui a mi cuarto pero no podía dormir pensando en el chico de ojos oscuros. Sin darme cuenta empecé a comparar a Ian con Nate. No podían ser más opuestos. Con Nate fue con el primero que sentí ganas de tener sexo y él me mostraba lo mucho que yo le excitaba,las cosas con él habían sido rápidas,violentas. En cambio Ian nunca me demostró que quisiera acostarse conmigo hasta que lo insinuó directamente, pero con él mi cuerpo pedía ir más allá desde el primer contacto,era como si necesitase fundir mi cuerpo con el suyo, más que tener sexo sentía la necesidad de su piel,su calor. No buscaba simple placer,solo me satisfacía su cercanía,su voz. De Nate pasé en cuanto conocí a Ian, pero a él no podía alejarlo de mi cabeza. Pensando así me estremecí porque estaba empezando a darme cuenta de que no sólo me gustaba mucho,sino que por primera vez me había enamorado de verdad.

El Chico Que No Me QueríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora