t r e c e

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Hotel Biltmore Phoenix

C A M I L A

Abrí los ojos y pequeños recuerdos del sueño que había tenido llegaron a mí, que para ser sincera es uno de los más tontos que jamas haya soñado, yo bailando en el centro de una pista de baile, las luces de colores a mi alrededor. Pero eso no es lo más extraño, sino Louis, bailando junto a mi, unido en un exótico baile. Y después continuar en un cuarto de hotel, casi teniendo sexo. Este sueño superó al del beso.

Sentí una sonrisa tonta formarse en mis labios.

Los ruidos de unos nudillos contra la puerta me querían sacar de la comoda y tibia cama. Me acomodé un poco más en el cuerpo detrás de mí. Un brazo rodear mi cintura y un aliento chocar con mi nuca daban un gran amanecer.

Entrelacé mis dedos con los de Louis y acerqué más mi espalda a su pecho.

Louis.

Louis y yo compartiendo cama.

Louis durmiendo en mi habitación.

Los golpes se intensificaron y sentí desfallecer al mirar que solo usábamos ropa interior.

-¡CAMILA! ¡¡ABRE LA PUERTA!!

Mi boca se seco al instante, mi hermana gritando histericamente, mientras yo intentaba no entrar en pánico. Intenté ponerme de pie rápidamente, sin querer enrede mis pies entre las sabanas, así logrando caer al piso. Ya te habías tardado en hacer eso Camila.

Unas manos sujetando mi cintura y ayudando a ponerme de pie.

-¿Estas bien?

Su voz adormilada era lo mejor que podía existir, y hubiera tomado un momento para admirarla si es que no estuviéramos ambos desnudos en un cuarto de hotel.

-¿Qué...?

Desenredé mis pies del pedazo de tela e intenté cubrirme el cuerpo con ella. Mi respiración esta muy agitada y estoy a punto de un ataque de nervios.

-¿Qué sucedió?

Poco a poco me puse de pie, las mismas manos ayudándome, sujetándome por la cintura. Sentí la habitación girar y mi manos sudando, mis piernas temblaron un poco, intenté mantenerme de pie pero caí de nuevo al piso alfombrado.

Las palabras de Richard resonaban en mi cabeza.

¿Para qué quieres vestir así? ¿Para parecer prostituta y cualquiera te quiera follar? ¿Eso es lo que te gusta? Claro que te gusta eso, te encanta que te vean, pero no te creas tan interesante, que de una noche no pasa.

Escuchaba voces alejadas llamando por mi nombre la habitación volviéndose oscura y girando a mi alrededor.

-¿Camila?

Unas suaves manos frotaban mi mejilla, entre el abismo distingui los ojos azules que tanto me han robado el sueño.

-Hey.

Ni yo reconocí mi voz, era como un susurró, intenté mantener los ojos abiertos pero la respiración me estaba fallando mucho. Sentí un par de manos más en mis brazos y distingui los ojos avellana de Henrick. Mis respiraciones eran lentas, mi corazón estaba muy acelerado, sabía lo que sucedía pero no podía hablar ¿No es más fácil desmayarse?

-¿¡QUE LE HICISTE!?

La voz de Victoria logró que abriera un poco los ojos. Miré hacia Henrick y retiraba mi cabello de la frente, estoy segura de que sonreí.

-Dame un minuto, hermosa.

Asentí y continúe controlando mis respiraciones. Escuchaba gritos alrededor, eran más de Victoria y puedo asegurar que Matías esta intentando controlarla. Cerré mis ojos. El corazón lo sentía aún más acelerado.

Butterflies» Louis TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora