— ¡Andrea!, ¿Estás bien? — Noah corre apresurado para saber sobre el estado de Andrea.
— Estoy bien, solo algo débil. — Andrea responde señalando su mirada hacia Mel.
— Noah, debes dejar a Andrea ahora, yo me encargaré de ella como está escrito en la carta número 14.
Mel muestra la última carta que se le fue asignada.
[14: Querida Mel Lebrón,
En estos momentos debes tomar el mando, Noah ha terminado su misión que era traer a la ninfa al palacio real, ahora debes guiarla hasta la puerta principal del Monte Pírico, allí la esperará el 4to Guardián.]— Cierto, mi misión con Andrea ha terminado. — Noah dirige su mirada triste hacia Andrea.
— ¿Qué pasa, Noah? — Andrea se pone de pie con la poca fuerza que le queda y mira a Noah a sus oscuros y profundos ojos.
Mel, debido a la conversación, sabía que molestaría su presencia y decidió alejarse lentamente hacia la entrada del gran palacio real.
— Nada, es solo que desde que te recogí en aquel lago tirada pues, me pareciste una chica interesante realmente, y pues supongo que obviamente dolerá alejarme de ti, ¿verdad? — Noah solo puede hablar con un corazón partido en dos.
— Noah, lo que dijo Mel a tu padre es realmente cierto, ¿estás enamorado de mí? — Andrea está confusa pero su expresión demuestra que no le agrada la idea.
— Sé que la diosa que llevas en el interior me odia, no me soporta, de hecho, no soporta mi raza y apellidos, pero... siento que tú eres diferente, y al ver a mi padre en el piso solo puedo pensar en que me salvaste de ese monstruo, a mí, cuando soy yo el verdadero guardián. — Los ojos de Noah provocan un brillo especial esta vez.
— Noah, esto no es correcto, yo solo soy una estudiante que accedió a ser Elfo con el simple objetivo de traer de regreso a la raza y volver a mi vida común, no puedo enamorarme de ningún elfo, no está escrito. — Andrea trata de ser comprensiva con Noah.
Noah tiene el corazón dañado, él realmente estaba abriendo su corazón a alguien que no lo correspondía de la manera que él deseaba que fuera.
— El problema es que no me interesa que seas una diosa, ¿entiendes?
Noah se pone de pie y mira con un brillo de orgullo hacia abajo donde está Andrea.
— Realmente tus ojos expresan algo diferente, ya veo que no eres capaz de enamorarte de mí si no está escrito en una carta, ¿verdad?
— Noah, sabes de qué iba esto, por favor no seas irrespetuoso. — La ninfa se mantiene firme en su palabra.
— Pues si tengo que reescribir las 100 Cartas para que en ellas diga que debes terminar conmigo, lo haré. — Noah alza la barbilla de la de hebras rojizas para enfocar sus miradas oscuras uno frente a otro.
La ninfa mira con mucha seriedad a Noah, el cual solo intenta demostrar sus sentimientos a como dé lugar.
— Dejarás de ser mi guardián en el momento justo que descubra cómo hacerlo. — Con desprecio, Andrea se pone de pie empujando a Noah y haciéndolo caer de su posición de cuclillas.
Noah solo veía a aquella bella ninfa alejarse hacia donde estaba Mel, mientras su cabello rojizo mantenía hipnotizado a él de hebras oscuras.
Al llegar Andrea a donde se encontraba Mel, no fue necesario preguntar, ya todo se sabía.
— ¿Ya confesó sus sentimientos, verdad Señorita Phen? — Mel dirigió su palabra aún dándole la espalda a la ninfa de rojiza cabellera.
— Noah es un asco, no lo quiero volver a ver, se supone que esto era un trato, se supone que debíamos cumplir la orden de las 100 Cartas. — Enojada, Andrea se comporta como una niña pequeña.
Mel percibe que algo acaba de caer del techo del palacio, una carta se aproxima a despegar en las manos de la ninfa de inmadura personalidad.
[15: Querida Elegida,
Sabes que en el fondo todo este berrinche es porque te duele no poder confesar tus sentimientos a Noah sin antes tener un permiso actualizado de las cartas, esta es la carta que necesitas para confesarte, Andrea, Noah te servirá de mucho en tu viaje.]Andrea se quedó trastornada pensando que quizás el creador de la carta le estaba leyendo la mente en tiempo real.
Andrea de igual manera no se le confesaría de una manera tan sencilla, ella evitaría el tema de conversación y también los roces con Noah.
La ninfa antes humana tenía una obsesión oculta con un chico antes de llegar a todo este mundo, y en el fondo solo anhelaba volver a ver a ese chico que cumplía cada uno de sus estándares, su cabellera negra, sus ojos profundos como tumbas, lentes redondos, pelo alborotado, unos labios redondos y rosas, una piel pálida y lo que le daba su toque sexy, sus piercings.
Noah no encajaba en nada de eso a pesar de ser pálido, de ojos oscuros y cabellera negra. Desde la última vez que la ninfa elegida lo vio, empezó a echar de menos observarlo mientras jugaba videojuegos en el móvil en horario de descanso.
— ¿En qué tanto piensas, Señorita Phen? — La de hebras violetas extensas comenta, buscando una explicación.
— Solo tengo deja vus, y bueno, ¿me puedes llevar ya al siguiente guardián? — Andrea pregunta entusiasmada.
— Si no liberas a Noah como guardián entonces obligatoriamente tendrá que venir con nosotros.
Andrea mira a Noah a la distancia y ve que aún no se ha levantado del suelo, y piensa en el daño mental que le puede provocar un rechazo.
En el fondo las palabras lindas que el elfo le dijo le habían llegado al corazón, pero ella ya tenía ese espacio ocupado.
— ¿Cómo puedo liberar a Noah? — Preguntó Andrea mirando a Mel a su perfilada nariz.
— ¿No crees que si no ha llegado ninguna carta significa que aún no lo puedes liberar? — Mel sigue mirando el paisaje que rodeaba aquel bello bosque.
— ¿Por qué el creador de las cartas no querría que lo libere si te tengo a ti? — Andrea, confusa, trata de preguntarle a Mel.
— Es una señal del destino, Andrea, algo va mal contigo y si cambias el futuro, tu orden de tiempo también cambiará y eso puede ser muy peligroso, Señorita Phen. — Afirmó la maga cuando se puso a bajar escalón por escalón, hasta llegar a la plaza real donde estaba Noah.
ESTÁS LEYENDO
🌱 El Camino de las 100 Cartas || Español || [ DORIAN ]
Fantasia- Bienvenidos al mundo verde. Andrea es una joven elegida por una misteriosa fuerza para revivir el mundo de los elfos. En una tierra lejana, un poderoso elfo de gran belleza, escribió 100 cartas que contienen pistas sobre la ubicación del Monte Pí...