Kirishima Eijiro y Bakugo Katsuki se envuelven en un lio amoroso, pero ninguno esperaba lo que iba a suceder y que le iban a arrebatar a el rubio su estrella en el oscuro anochecer.
Esta historia habla sobre las vidas pasadas de Bakugo y Kirishima a...
Los días libres Bakugo salía a trotar antes del medio día para luego llegar a terminar sus quehaceres. Ese día iba pasando por la plaza central de la ciudad cuando a lo lejos escucha que alguien lo llama.
-¡Hey! ¡Bakugo!
El rubio se volteo para encontrar al mismo chico de ojos coloridos que conoció en el café el día anterior, acercándose hacia el.
-Te estuve gritando como dos minutos, amigo ¡Y recién volteaste! -Kirishima estiró su mano en señal de saludo mientras le sonreía con energía, a lo que el rubio contesto con un apretón de manos.
-El idiota que me derramó el café. Si vienes a derramarme otro puedes ahorrártelo -Bakugo frunció el ceño mientras lo miraba -"¿Amigo? Me derrama el maldito café y viene a llamarme amigo" -Pensó el rubio.
Un incómodo silencio se mantuvo entre los dos hasta que Bakugo finalmente se dio la vuelta para marcharse. El pelirrojo no pudo evitar reaccionar.
-¡Oye! ¡Yo no quería tirarte el café! Vamos, bro, solo se me fue. Era mi primer día -Kirishima se aferró al brazo del rubio mientras le hacía una carita de perrito abandonado.
-¡Que mierda dientes de tiburón! ¡Suéltame! -Bakugo forcejeo para tratar que el pelirrojo lo soltara.
Después de forcejear un momento, Kirishima finalmente soltó el brazo de Bakugo, pero no se dio por vencido. Con una sonrisa amplia y sin perder su energía característica, se adelantó unos pasos y empezó a caminar por detrás de Bakugo como si nada hubiera pasado. Bakugo solo lo miraba por reojo con el ceño fruncido.
-Oye, Bakugo, lo siento de verdad por el café. Te juro juradito por mi santa madre que no fue a propósito.
Bakugo lo volvió a mirar de reojo, sin decir nada de inmediato. Por un lado, le molestaba que lo haya interrumpido durante su rutina de ejercicio y luego lo llamara "amigo" tan repentinamente. Por otro lado, se notaba que Kirishima no parecía ser alguien malintencionado, solo algo torpe y muy extrovertido.
-Esta bien, no importa -Respondió finalmente Bakugo, aunque su tono seguía siendo un poco brusco.
Kirishima pareció tomar esto como una señal positiva. Se mantuvo atrás de él mientras continuaban caminando por la plaza.
-Entonces, ¿Tienes algún plan para el resto del día? -Pregunto Kirishima, intentando entablar una conversación. Bakugo no estaba acostumbrado a socializar mucho fuera de su círculo habitual, pero decidió contestarle de manera breve.
-Solo tengo algunas cosas en casa. Nada emocionante -dijo, sin revelar demasiado. Aunque no se esperaba que Kirishima asintiera con tanto entusiasmo.
-¡Genial! Podríamos hacer algo después si quieres. No sé, podríamos ir a comer algo o jugar algún videojuego. ¿Te gusta alguno en particular?
Bakugo frunció el ceño, pero no pudo evitar sentirse algo intrigado por la actitud persistente y amigable de Kirishima- No soy muy fanático de los videojuegos.
-¡Entonces podemos ir a comer algo! Conozco un buen lugar de ramen cerca de aquí. ¿Que te parece? -Propuso Kirishima con entusiasmo.
Bakugo reflexionó unos segundos. No estaba acostumbrado a este tipo de invitaciones, pero tal vez un cambio ocasional no estaría mal. Estuvo al borde de sacar una sonrisa cuando volvió a la tierra y solo sacudió la cabeza.
-Esta bien. Podemos ir a ese lugar de ramen -Acepto finalmente, haciendo un pequeño gesto de asentamiento.
La sonrisa de Kirishima se amplio aún más, emocionado de haber conseguido que Bakugo aceptada su propuesta.
-Te aseguro que te va a encantar, ¡Ya verás!
Fue lo último que exclamó el pelirrojo mientras comenzaban a caminar hacia el restaurante. Bakugo seguía siendo algo desconfiado, pero por alguna razón, empezaba a sentirse un poco menos resistente hacia el chico de ojos coloridos. Tal vez, con el tiempo, podría entender mejor a este chico energético y quién sabe, tal vez incluso podría convertirse en amigos.
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