La tarde seguía con normal transcurso, Kirishima miraba como el sol iba cayendo atento, sin pestañear ni por un segundo. Bakugo al notar esto tomo las riendas de la conversación.
—¿En qué tanto piensas? Pareces idiota mirando a un punto fijo —Kirishina sacudió su cabeza ligeramente para sonreír.
—Sigo esperando una estrella fugaz. La última vez que pude ver una fue cuando era pequeño —Dijo, la última vez que vio una fue mientras caía el sol, seguía con fe de ver otra. Ligeramente llevo su mano a su nuca para tantear su cabello y cada que lo hacía caían mechones de este. El sabía que esto iba a pasar por la quimioterapia, pero aún así le afectaba.
Por su lado, Bakugo quedó pensando en su lugar para luego levantarse "espérame", dijo antes de salir corriendo en busca de alguien o algo.
Pasaron unos ¿15 minutos? Cuando una enfermera entro a la habitación del pelirrojo.
—¿Eh? ¿Sucede algo? —Pregunto Kirishima confundido.
—Necesito que me acompañe —Dijo la enfermera, apuntándole a unos polerones y gorros que estaban a su lado— Abrigue se, hace mucho frío a estas horas.
El pelirrojo acepto confundido ¿Que tramaban?
Se colocó un poleron azul oscuro junto con un gorro, el gorro que le había regalado Bakugo.Una enfermera lo guío hasta la salida del hospital y ahí estaba Bakugo, estaba esperándolo frente a su auto. Se acercó lentamente.
—Toma —Dijo Bakugo, entregándole una venda blanca— Colocatela en los ojos. Te llevaré a un lugar y no alegues —Fue lo último que dijo para darse media vuelta e ir ha abrirle la puerta del auto al pelirrojo para que esté pueda subir.
—Porfavor no me mates —Solto una pequeña risa, el confiaba en su chico, sabía que no sería nada malo.
Ambos se montaron en el auto, Bakugo manejo por unos minutos. Primero se dispuso a bajar el para luego ayudar a Kirishima, el aún tenía la venda en sus ojos.
—¿Confías en mí, verdad?
—Deje que me lleves a quien sabe dónde —Aunque se sentía débil, el dolor pasaba a segundo plano si estaba con Bakugo.
El rubio le tomo la mano a Kirishima para ayudarlo a subir al capo del auto, para después subir al techo de este. En un abrir y cerrar de ojos, Bakugo le retiro la venda de los ojos...
Estaban en un lugar donde el atardecer se podía ver de un ángulo hermoso, Bakugo tomo su celular "Un minuto".—Mira al cielo y no quites tu vista —Dijo Bakugo mientras se colocaba la mano en los bolsillos y observaba el cielo.
Por su parte, Kirishima estuvo mirando a Bakugo durante unos segundos, el estaba hipnotizado por el hermoso atardecer que estaba cayendo. Sonrió al ver al rubio con su mirada calmada, se veía "lindo". El pelirrojo dirijio su vista al cielo.
Cuando vio lo sucedido abrió sus ojos hasta más no poder y una sonrisa de felicidad pura se asomo en la cara de Kirishima.
—¡No lo puedo creer! —Grito mientras miraba al cielo y sonreía, el alma le volvió al cuerpo y no pudo evitar sentirse tan a gusto.
—¿¡Lo viste!? —Dijo Kirishima mientras miraba a Bakugo— ¡Katsu, fue una estrella fugaz! ¡Alcance a pedir un deseo! ¡Yuuujuu! ¡¿Es que lo viste?! ¿Tu igual? ¿Pediste algo? —Las preguntas invadieron al rubio, el solo asintió en respuesta. Bakugo podía notarlo, ahí estaba otra vez, ahí estaba esa chispa en la mirada de Kirishima.
—¿Que pediste?
—Es un secreto, Katsu. Si te lo digo quizás no se cumpla —Kirishima llevo uno de sus dedos a su boca en forma de silencio. Bakugo solo bufo mientras miraba como poco a poco iba cayendo el sol, esto estaba planeado desde antes, la salida y todo.
Estuvo rogando por conseguir permiso en el hospital para sacar a Kirishima, si son sus últimos meses o quién sabe cuándo tiempo le quedará, debería pasarla bien ¿No? Bakugo se iba a encargar que esté tiempo de Kirishima sea inolvidable para el, aunque esto significará derrumbarse por verlo feliz.
—Eijiro.
Kirishima volteo a ver al rubio— Dim...
Este no alcanzo a terminar, en un pestañear, el rubio había juntado sus labios con los de Kirishima, el lugar era perfecto. El pelirrojo le correspondió el beso, tomándole una mano y con la otra tanteando suavemente la mejilla de Bakugo. El se sentía completo, tenía todo lo que podía pedir "Vi una estrella fugaz y tengo a un chico extremadamente guapo, ¿Que más puedo pedir? Si me fuera hoy mismo me sentiría mucho más que satisfecho" Pensó Kirishima, aquellos malestares y dolores ya no eran nada comparado con la felicidad, alegría y amor que se sentía en el momento.
Luego de unos cinco minutos se separaron, las miradas chocaron y ambos sonrieron, sus corazones estaban alterados, Bakugo juntó su frente con la de Kirishima, lo rodeo con sus brazos y se apego a el, podía sentir su cuerpo, ya no era el mismo de antes, su cuerpo estaba más delgado, sus músculos habían disminuído su grosor. Mechones de cabello por el viento salían volando del cabello del pelirrojo.
Esta situación, todo lo que pasaba estaba abrumando la mente del rubio, en cualquier momento podría perderlo, aquel chico que llegó a alegrarle la vida con un simple café lo iba a perder ¿Por qué tenía pasar esto? ¿Acaso el destino no lo quería junto a el? "Jure proteger mis sentimientos, pero tengo a este estupido dientes de tiburón enfrente, lo estoy abrazando... ¿Cómo mierda me protejo si cada día me apego más a el?"
—Oye Katsu... Yo te am... —Bakugo se apartó bruscamente tapándole la boca con su mano a Kirishima.
—No, no lo digas —Las palabras del rubio se quebraron, no quería oírlo, de verdad que no quería. Kirishima solo bajo la cabeza durante unos segundos, volvió a levantarla y sonrió.
—Que bonito fue coincidir contigo aquel día.
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.
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Una peliverde estaba en la entrada de la habitación de Kirishima.
—Ya llegaron —Les dedico una sonrisa tierna— De verdad espero que lo hayan pasado bien, pero tengo que colocarte los Máquina de electrocardiograma, el monitor de signos vitales y ya te sabes lo demás. Aparte que te saltaste tu hora para comer, así que ahora mismo te inyectaremos unos remedios y alimento para ver si tú cuerpo aún los recibe de forma correcta.
Tsuyu siempre ha sido directa con sus tipos de tratamientos, Bakugo se había contactado con ella para poder sacar a Kirishima del hospital, pues el sabía que por la condición y el grado en el que va avanzando el cáncer que tiene el pelirrojo es peligroso que se exponga a altas horas de la tarde, en más cuando hay tiempos fríos. La peliverde tras tanta insistencia tuvo que aceptar obligada, conocía el carácter del rubio.
Cuando vio a ambos chicos sonrió, pudo ver el brillo en los ojos de Kirishima, el la paso bien y pudo volver a sentirse el. Y eso estaba bien, pero no podía dejar de lado su carrera de doctora y el tratamiento que tenía que realizarle a Kirishima, los sentimientos tendría que dejarlos para otra ocasión y tendría que poner los pies en la tierra nuevamente.
—Un gusto Tsuyu —Saludo el pelirrojo con una sonrisa. Bakugo y la peliverde estuvieron afuera de la habitación esperando a que Kirishima se cambie para poder entrar.
—¿Salió todo bien?
Bakugo asintió, estaba cabizbajo "Yo te a..." no podía sacarse de la cabeza lo que iba a decir Kirishima. El sabía que si lo dejaba seguir, los sentimientos crecerían más y más. Y eso era lo que tenía que tratar de evitar.
—Ya estoy listo, adelante —Se escucho la voz de Kirishima al otro lado de la puerta.
Tsuyu entro pero el rubio se quedó afuera, tenía que esperar a que terminen de conectar todas esas máquinas al cuerpo del pelirrojo.
Verlo sobre la camilla, cada día con menos cabello, cada día más delgado y con menos músculo... cada día sin más ganas de sonreír y sintiendo dolores en todo su cuerpo pero nunca reclama.
¿Por qué el se mata en silencio?
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¿Que te parece? |KIRIBAKU
FanfictionKirishima Eijiro y Bakugo Katsuki se envuelven en un lio amoroso, pero ninguno esperaba lo que iba a suceder y que le iban a arrebatar a el rubio su estrella en el oscuro anochecer. Esta historia habla sobre las vidas pasadas de Bakugo y Kirishima a...