IV

24 6 2
                                    

Después de un largo día de trabajo, Kirishima decidió insistir una vez más para que Bakugo lo invitará a su casa. Con una sonrisa esperanzada y su habitual entusiasmo, se acercó al rubio.

-¡Hey, Katsu! ¿Que te parece si hoy paso por tu casa? -Dijo Kirishima, intentando sonar casual.

-Nisiquiera lo pienses dientes de tiburón.

-Vamos, bro. ¡Yo te ayudo a cocinar! -El pelirrojo insistía e insistía. Bakugo, sorprendentemente, no rechazo la propuesta inmediato. Tras unos segundos de consideración, asintió.

-Esta bien, pero no esperes que sea algo especial -Respondio Bakugo, encogiéndose de hombros mientras comenzaba a caminar y el chico de ojos coloridos lo empezará a seguir.

La sonrisa de este se amplio más. No podía creer que finalmente Bakugo había aceptado. Conteniendo su emocion, trato de mantener la calma.

Al llegar a la casa de Bakugo, Kirishima observo con curiosidad el entorno. Era un lugar modesto, pero bien cuidado, reflejando el carácter de su amigo. La decoración era sencilla y funcional, sin muchos adornos.

-Bienvenido -Dijo el rubio, abriendo la puerta y dejándolo pasar.

-¡Gracias, Katsu! Tu casa es realmente genial -Exclamo Kirishima, sinceramente impresionado.

Mientras se adentraban a la casa, el pelirrojo no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nerviosismo. Después de todo, era la primera vez que Bakugo lo invitaba a su espacio personal y el sabía que era muy importante para el. Bakugo se dirigió a la cocina para preparar algo.

-¿Quieres algo?

-Yo tengo una mejor idea -Dijo el de ojos coloridos. Bakugo lo miro con algo de duda pero acepto la loca idea que querría tener su amigo.

Kirishima lo convenció de hacer una competencia de cocina. Kirishima, conocido por su entusiasmo y espíritu competitivo, desafio a Bakugo a ver quién podría hacer el mejor plato de ramen. A pesar de la actitud sería de Bakugo, pronto se encontró soltando un par de risas cuando Kirishima accidentalmente dejo caer demasiados fideos en la olla, creando una explosión de caldo y fideos por toda la cocina.

-¡Vamos, dientes de tiburón! ¿Cómo mierda se te cayeron? -Se burlaba Bakugo mientras intentaba limpiar el desastre. No sabía si estar riéndose o más enojado de lo que estaba.

-¡Hey, esto solo lo hace más divertido! -Respondio Kirishima, riendo y salpicando un poco se agua hacia Bakugo, lo que desencadenó una batalla de agua espontanea en la cocina del rubio.

Después de un rato las cosas se calmaron, ambos chicos se encontraban sentados en el sofá. Había un silencio cómodo mientras veían una película, hasta que Kirishima hablo.

-Oye Katsu... ¿Te puedo decir algo? -Dijo, la voz del indefenso pelirrojo temblaba ligeramente.

Bakugo logro notar esto, así que le bajó el volumen a la película para estar atento a su nuevo compañero, asintiendo en confirmación para que el pelirrojo continúe hablando.

Bakugo logro notar esto, así que le bajó el volumen a la película para estar atento a su nuevo compañero, asintiendo en confirmación para que el pelirrojo continúe hablando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Yo... Yo sufro... -El chico freno en seco, miro los ojos granate de aquella persona que estaba frente a el. Tomo aire y sonrío- Yo sufro ahora mismo de mucho sueño ¡Creo que me iré, ya estoy a cabezazos aquí!

Bakugo solo lo miro "Eso no era lo que me ibas a decir", pensó. El sabía que en el fondo había algo mal con su chico, con ese chico que había llegado un día sin más decir a su vida y que actualmente no sabe cómo expresar lo contento que se sentía de tenerlo con el.

-Tsk, idiota. Es casi media noche. Puedes quedarte a dormir si quieres.

Kirishima levando la vista, sorprendido y agradecido- ¿De verdad? - Volvió a sonreír- ¡Gracias, Katsu! Eso sería genial.

Después de unos minutos ambos chicos estaban en la habitación del rubio. El no tenía un futón para prestarle y el sofa era pequeño, nunca se esperaba llevar a alguien a su casa.

-Cada uno de espaldas en las esquinas de la cama -Bakugo miro al pelirrojo y este solo asintió.

Ambos tomaron su lugar. Lo último que se pudo escuchar fue el buenas noches mutuo que se dijieron.

¿Que te parece? |KIRIBAKUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora