Capítulo 11: Ecos de la Derrota

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La noticia del fracaso de Aiden y Eryk en recuperar el amuleto se extendió rápidamente por la academia. Los estudiantes y profesores estaban conmocionados y preocupados, conscientes de que el futuro de Eloria pendía de un hilo. Aiden y Eryk, todavía recuperándose de sus heridas, se enfrentaban a la difícil tarea de planificar el próximo paso.

El ambiente en la academia estaba cargado de tensión. Los entrenamientos se intensificaron, y todos se preparaban para el inminente enfrentamiento con la secta oscura y el Devastador. Aiden y Eryk, aunque desanimados por su fracaso, se esforzaban por mantener el ánimo de sus compañeros.

Una tarde, mientras Aiden y Eryk descansaban en el jardín encantado, Thalor se les acercó con un semblante serio.

-Aiden, Eryk -dijo Thalor-, necesitamos hablar sobre lo que sucedió y cómo proceder a partir de ahora.

Ambos asintieron y siguieron a Thalor hasta su despacho, donde se reunieron con Lila, Marcus y Seraphina. Thalor desplegó un mapa sobre la mesa y comenzó a hablar.

-Sabemos que la secta oscura tiene el amuleto y que su objetivo es liberar al Devastador. No podemos permitir que eso ocurra. Necesitamos encontrar una manera de detenerlos antes de que sea demasiado tarde.

-¿Alguna idea de dónde pueden estar ahora? -preguntó Lila, su voz llena de preocupación.

Thalor asintió-. Hemos recibido informes de que la secta se ha establecido en las antiguas catacumbas bajo la Montaña de la Sombra. Es un lugar peligroso y bien protegido, pero es nuestra mejor oportunidad para detenerlos.

Aiden frunció el ceño-. Entonces debemos infiltrarnos en las catacumbas y recuperar el amuleto antes de que puedan usarlo.

Eryk asintió-. No será fácil, pero no tenemos otra opción. Debemos estar preparados para lo peor.

Thalor continuó-. Esta misión será extremadamente peligrosa. Necesitamos un plan sólido y un equipo bien preparado. Aiden, Eryk, Lila, Marcus y Seraphina, ustedes serán los encargados de liderar esta misión.

La determinación en los rostros de sus amigos era palpable. Sabían que estaban enfrentando una tarea monumental, pero también sabían que no podían fallar.

Los días siguientes estuvieron llenos de preparativos. Aiden y Eryk pasaban horas entrenando y planificando con sus compañeros, asegurándose de que cada detalle estuviera cubierto. La tensión aumentaba con cada día que pasaba, sabiendo que el tiempo se agotaba.

Finalmente, llegó el día de la partida. El equipo se reunió en el patio de la academia, listos para emprender su peligrosa misión. Thalor los despidió con palabras de aliento y esperanza.

-Confío en cada uno de ustedes -dijo Thalor-. Sabemos que pueden hacerlo. El destino de Eloria está en sus manos.

Con esas palabras resonando en sus mentes, Aiden, Eryk, Lila, Marcus y Seraphina partieron hacia la Montaña de la Sombra. El viaje fue largo y agotador, pero su determinación nunca flaqueó.Al llegar a la base de la montaña, se encontraron con una entrada oculta a las catacumbas. Sabían que la infiltración sería peligrosa y que cualquier error podría ser fatal. Sin embargo, estaban listos para enfrentar lo que fuera necesario para proteger Eloria.

-Manténganse alerta -susurró Aiden mientras se adentraban en las oscuras catacumbas-. No podemos permitirnos errores.

La atmósfera dentro de las catacumbas era sofocante y opresiva. Pasadizos estrechos y oscuros se extendían en todas direcciones, y el eco de sus pasos resonaba en la oscuridad. A medida que avanzaban, la tensión aumentaba.

Lila utilizó su magia de ilusiones para hacer que el grupo tuviera la apariencia de los miembros de la secta oscura, esperando que eso les diera una ventaja.

-Esto debería darnos algo de tiempo -susurró Lila-. Pero debemos ser rápidos y cuidadosos.

A medida que avanzaban, lograron pasar varios guardias sin ser detectados, gracias a las ilusiones de Lila. Sin embargo, justo cuando pensaban que estaban cerca de su objetivo, fueron descubiertos.

-¡Intrusos! -gritó uno de los guardias, rompiendo la ilusión.

La batalla estalló de inmediato. Aiden y sus compañeros lucharon con todas sus fuerzas, lanzando hechizos y defendiendo cada paso. Lila continuaba creando ilusiones para confundir a los enemigos, mientras Marcus y Seraphina se encargaban de mantener la línea defensiva.

A pesar de su valentía, los miembros de la secta eran numerosos y bien preparados. En medio del caos, Marcus fue gravemente herido, y Seraphina luchaba por mantenerlo con vida mientras continuaban avanzando.

Finalmente, llegaron a una cámara central donde encontraron al líder de la secta con el amuleto de luz. La presencia del Devastador se sentía intensamente, llenando la sala con una energía oscura y peligrosa.

-¡Deténganse! -gritó Aiden, tratando de acercarse al líder.

El líder de la secta sonrió con malicia-. Llegan tarde. El Devastador pronto será liberado.

Con una risa siniestra, el líder activó el amuleto, y una explosión de energía oscura llenó la cámara. Aiden y Eryk fueron lanzados contra las paredes, aturdidos y heridos. Con gran esfuerzo, se levantaron, pero el líder de la secta ya había escapado con el amuleto.

Sin más opciones y con su equipo gravemente herido, Aiden y Eryk tuvieron que retirarse. La misión había fracasado, y el amuleto estaba ahora en manos de la secta oscura.

La noticia de su fracaso dejó a todos en un estado de profunda preocupación; Reunidos en la enfermería, donde Seraphina atendía a Marcus, Aiden y Eryk discutieron con Thalor los próximos pasos.

-Hicimos todo lo que pudimos -dijo Aiden, con un tono desanimado.

-Lo sé, Aiden -respondió Thalor, con tristeza en sus ojos-. Pero ahora no tenemos más opciones. No hay más amuletos ni otras salidas. Debemos entrenar y prepararnos para el enfrentamiento final. El destino de Eloria depende de nuestra fortaleza y determinación.

Con estas palabras resonando en sus mentes, Aiden y Eryk sabían que el tiempo de preparación se acababa y que pronto enfrentarían su destino.

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