Con el Devastador destruido y la amenaza de la secta oscura eliminada, Aiden y el resto de los sobrevivientes regresaron a la academia. Aunque la academia no había sufrido daños directos de la batalla, el regreso estuvo marcado por el dolor y la pérdida. Aiden, cargando con el amuleto de luz y el legado de Eryk, sintió un vacío inmenso en su corazón.
Los días siguientes a la batalla fueron una lucha constante para Aiden. Cada rincón de la academia le recordaba a Eryk, y el dolor de su ausencia era casi insoportable. Aiden se sumergió en una profunda crisis emocional, luchando por encontrar un propósito y una razón para seguir adelante sin su amado.
Pasaba las noches en vela, reviviendo los momentos compartidos con Eryk y llorando por el futuro que nunca podrían tener juntos. Sus amigos y compañeros intentaron consolarlo, pero Aiden se sentía atrapado en una oscuridad que parecía no tener fin.
—No sé cómo seguir sin él —confesó Aiden a Thalor una noche, con su voz quebrada por el dolor.
Thalor, con una mirada llena de compasión, puso una mano en el hombro de Aiden—. El dolor que sientes es un reflejo del amor profundo que compartían. Eryk quería que siguieras viviendo, que encontraras la fuerza para proteger Eloria y mantener vivo su legado. Tómate el tiempo que necesites para sanar, pero no olvides que él siempre estará contigo, en tu corazón y en tu espíritu.
Con el tiempo, y con el apoyo de sus amigos, Aiden comenzó a encontrar pequeños momentos de paz. Se enfocó en entrenar a los nuevos estudiantes, compartiendo con ellos las lecciones aprendidas y el valor del sacrificio. Aunque su corazón seguía cargado de dolor, encontró consuelo en la misión de proteger Eloria y honrar la memoria de Eryk.
Varios Años Después
Una tarde, muchos años después de la batalla, Aiden se encontraba explorando un bosque cercano a la academia. Era una actividad que le gustaba hacer para despejar su mente y conectarse con la naturaleza. El bosque estaba en plena floración, y los sonidos de la vida silvestre llenaban el aire.
Mientras caminaba por un sendero cubierto de musgo, Aiden escuchó un suave sollozo. Se detuvo y aguzó el oído, tratando de localizar la fuente del llanto. Guiado por el sonido, se adentró más en el bosque hasta llegar a un pequeño claro.
Allí, sentado en la base de un árbol antiguo, encontró a un pequeño elfo, solo y abandonado. El niño tenía la piel pálida, ojos grandes y brillantes, llenos de lágrimas. Sus facciones eran delicadas y, sorprendentemente, le recordaban a Eryk.
Aiden sintió un nudo en la garganta mientras observaba al niño. La nostalgia y el amor por Eryk inundaron su corazón.
—Hola, pequeño —dijo Aiden suavemente, arrodillándose frente al niño—. ¿Estás perdido?
El elfo levantó la mirada, con sus ojos llenos de miedo y tristeza. Asintió tímidamente, incapaz de hablar por el momento.
—No te preocupes —continuó Aiden, con una sonrisa cálida—. Estás a salvo ahora. Voy a cuidarte.
El niño lo miró con esperanza y un atisbo de confianza. Aiden extendió su mano, y el elfo la tomó con suavidad. A medida que caminaban juntos fuera del claro, Aiden sentía una conexión especial con el niño. Cada paso que daba con él, sentía la presencia de Eryk más fuerte que nunca.
—¿Tienes nombre, pequeño? —preguntó Aiden mientras caminaban.
El niño negó con la cabeza, todavía demasiado asustado para hablar.
—Está bien —dijo Aiden, con una sonrisa—. Te llamaré Lorian. Es un nombre que significa luz y esperanza.
El pequeño elfo sonrió débilmente ante el nombre. A medida que se acercaban a la academia, Aiden le habló sobre su nuevo hogar y las personas que conocería allí.
—Lorian, este lugar será tu hogar ahora. Estarás rodeado de gente que te quiere y te protegerá. Nunca estarás solo.
Al llegar a la academia, Aiden presentó al pequeño Lorian a sus amigos y compañeros. Todos lo acogieron con los brazos abiertos, y el niño comenzó a sentirse parte de una nueva familia.
Aiden decidió adoptar al elfo, dándole un nuevo propósito y llenando el vacío que había quedado en su corazón. Cada día, Lorian crecía rodeado de amor y protección, aprendiendo las enseñanzas de la academia y la importancia del sacrificio y la valentía.
Aunque el dolor de la pérdida de Eryk nunca desapareció por completo, Aiden encontró una nueva esperanza y propósito en el cuidado de Lorian. Sabía que, de alguna manera, Eryk siempre estaría con él, guiándolo y dándole fuerza.
La vida en la academia continuó, llena de aventuras, enseñanzas y amor. Y en ese rincón del mundo, protegido por la memoria y el legado de Eryk, Eloria floreció como nunca antes.
Fin
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Ecos De Eloria
FantasySinopsis de "Ecos de Eloria" En el reino mágico de Eloria, donde la magia fluye a través de cada rincón y criaturas místicas conviven con los humanos, dos jóvenes encuentran un amor que desafiará todas las normas. Aiden, un talentoso joven humano co...