16.Despertar

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Narra Ichigo Kurosaki

Urahara ya no lo había advertido, que por más que intentáramos cambiar el pasado ellos jamás podrían estar juntos.

Me desvestí quedando solo con ropa interior. Me había quitado el traje de bodas para colocarme mi armadura que por suerte había llegado a tiempo para el enfrentamiento final.

Por el reflejo del espejo me percato que mi padre entra a la habitación.

—¿Qué haces aquí? Deberías estar con mi madre.

—tú eres el que deberías estar ahí junto a Sode, acaban de casarse, no puedes dejarla sola.

—ella vendrá conmigo—respondo

—¡¿Qué?! ¡¿estás loco?! ¿Cómo puedes hacerle esto?

—no la estoy obligando, ella acepto ir conmigo, por más que le dije que se quedara—miento

En realidad, ambos íbamos a enfrentar nuestro destino y descubrimos la manera de volver a nuestro mundo. La cual era de la misma forma en la que llegamos aquí.

—debes insistirle en que se quede.

—discutimos en que debía quedarse, pero ella se niega a quedarse en lugar de proteger a nuestro reino, además que no quiere quedarse si yo muero.

—pero hijo.

—se que apenas nos casamos, pero también nos volvimos reyes y como gobernaste debemos proteger nuestro hogar.

—Entonces yo iré.

—¡no! Tu debes quedarte con mi madre, protegerla, esa es mi orden como tu emperador—estipulo

Engetsu se encuentra acorralado ante mi orden.

—Está bien, pero no mueras.

—no prometo nada, padre. Una cosa más. Si algo nos sucede a mi y a Sode, los nuevos emperadores son Rin y Hyorinmaru. He dejado todo el papeleo listo en caso de que nosotros perdamos la vida en combate.

A pesar de que no sabía si sucedería el ataque de los Quincy, decidí prepararme en caso de que sucediera algo.

Creí que jamás implementaría aquel plan y que la única persona que estaría al tanto sería Rukia.

—¡no tu no vas a morir! Tú continuarás gobernando junto a Sode por varios años.

—solo es plan en caso de que algo nos suceda—respondo —ahora vete y protege a mi madre y no mueras.

—Es lo mismo que digo, hijo.

Esta vez el que lo acerca para envolverse en un fuerte abrazo, mi acción lo sorprende pero no dice nada.

—cuida a Sode.

—Claro que lo haré.

Término de colocarme mi armadura y me dispongo a salir de la habitación, mirando una última vez al padre de Zangetsu.

Me hubiera gustado despedirme de mi madre, a ella no la volvería a ver cuando regresara a mi mundo.

En el camino me encontré a Sode que estaba esperándome en medio del pasillo.

Ahora ya no vestía aquel hermoso vestido blanco que hacía resaltar su belleza. En estos momentos portaba su armadura blanca.

—¿Estás listo para regresar a casa Ichigo?

—Sinceramente no, pero no tenemos más opción. Ahora debemos volver a casa, ¿y tú?

—yo tampoco estoy lista para volver, ya había aceptado que me quedaría aquí el resto de mi vida.

The black and white moonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora