La noche había caído en el Hotel Hazbin y, a pesar del bullicio habitual, una quietud peculiar envolvía el lugar. Fernanda yacía en la cama, con su cuerpo aún débil por la fiebre que la había aquejado. La habitación estaba en penumbra, iluminada solo por la luz tenue de la luna que se filtraba a través de las cortinas. A las 3:00 de la madrugada, su mente no encontraba descanso, y decidió buscar a Lucifer, su compañero habitual en las noches.
Fernanda se levantó con cuidado, asegurándose de no despertar a Kenai, su fiel perro pastor alemán que descansaba a los pies de la cama. Al bajar las escaleras, se sorprendió al ver a Lucifer dormido en un sillón individual del vestíbulo. Estaba claro que había preferido no incomodarla durante la noche, dada su fiebre.
**Fernanda:** (susurrando para sí misma) Pobrecito, no quería molestarme.
Se acercó a él en silencio, su mente aún adormilada y sin darse cuenta de que solo llevaba puesta su ropa interior. Lucifer, en su preocupación, le había quitado la ropa para ayudar a bajar la fiebre. Cuando llegó al sillón, se inclinó para observarlo más de cerca. Lucifer, incluso dormido, tenía una presencia imponente y serena.
**Fernanda:** (sonriendo con ternura) Debería dejarlo descansar.
Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y regresar a su habitación, sintió una mano firme que la sujetó por la cintura, provocando que cayera suavemente sobre el sillón, junto a Lucifer.
**Lucifer:** (con la voz ronca y adormilada) ¿A dónde crees que vas, princesa?
**Fernanda:** (sorprendida, pero sin poder evitar sonreír) No quería despertarte. Solo estaba preocupada por ti.
Lucifer abrió los ojos lentamente, sus iris rojos brillando en la penumbra. Aún medio adormilado, la atrajo más cerca, envolviéndola con sus brazos.
**Lucifer:** (acariciando su mejilla) No necesitas preocuparte por mí, pequeña. Tú eres la que necesita descanso.
**Fernanda:** (con un suspiro) No podía dormir sin ti, y además... (se da cuenta de su desnudez y se sonroja) ¡Oh, Lucifer! Estoy en ropa interior...
**Lucifer:** (con una sonrisa pícara) Me alegra que te hayas dado cuenta, aunque debo decir que no me molesta en absoluto.
**Fernanda:** (riéndose suavemente) Claro que no te molesta, eres un demonio después de todo.
**Lucifer:** (acariciando su espalda) Pero soy tu demonio. Ahora, ven aquí. No te dejaré pasar esta noche sola, ni mucho menos enferma.
Fernanda se acomodó junto a él, sintiendo su calor reconfortante. A pesar de la fiebre y la incomodidad, había algo en la presencia de Lucifer que la hacía sentir segura. Se quedó en silencio, sus pensamientos vagando hacia su pasado, recordando los tiempos difíciles que había dejado atrás.
**Fernanda:** (con la voz temblorosa) ¿Sabes, Lucifer? A veces, me cuesta creer que estoy aquí, contigo. Mi vida antes de esto fue un verdadero infierno.
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Mi vida es un infierno
FanfictionSoy hija de uno de los condes más ricos de Inglaterra, el conde Antonio, y de la duquesa Laura. Desde fuera, nuestra familia parece perfecta, con portadas de revistas y fotos que muestran una fachada de felicidad. Pero la realidad es muy distinta; m...