Silencio del Corazón. - [Completa✓]

Epílogo.

Ashlee.

A pesar de todo, la vida siempre te sonríe en algún punto del destino. Un año ha pasado desde aquel momento en el hospital, desde la muerte de James, y desde que me hice novia de Noah, y no puedo evitar pensar en lo lejos que hemos llegado. La vida ha dado vueltas de maneras que nunca imaginé.

He aprendido a hablar. Sí, yo, Ashlee, la chica que solía comunicarse con gestos y sonrisas tímidas. Ahora, con un poco de ayuda y mucha práctica, puedo decir palabras. Aunque a veces me cuesta encontrar la pronunciación correcta, mis amigos siempre están ahí para corregirme, riéndose y animándome. Recuerdo la primera vez que logré decir "pizza" correctamente en el restaurante de Noah. Fue un pequeño triunfo, pero todos celebramos como si hubiera ganado un Oscar.

Noah y yo hemos estado juntos desde entonces. Nuestro noviazgo ha sido un éxito rotundo. Trabajamos juntos en su restaurante, "La esquina del sabor", a veces, me siento en la cocina mientras él cocina, me sorprende que lo haga a pesar de ser él el jefe, y me encanta verlo concentrado. Es como si estuviera creando magia con cada plato.

—¿Sabes? —dijo Noah una vez mientras picaba cebollas—. Si sigues practicando tu habla, tal vez puedas ser la próxima estrella de la televisión. ¡Podrías tener tu propio programa de cocina!

Me reí y con un poco de sobreesfuerzo logré contestarle.

—Sí, claro —ironicé—. Como si alguien quisiera ver a una chica muda intentar hablar mientras cocina.

Por otro lado, Charlotte sigue viajando a Hollywood como si fuera su segunda casa. Cada vez que regresa, trae historias emocionantes de audiciones y sesiones fotográficas. A veces se queda en casa durante semanas y otras veces desaparece por meses. Pero siempre que vuelve, es como si nunca se hubiera ido.

—Ashlee, tienes que venir conmigo a una sesión de fotos algún día —me dijo una vez mientras revisábamos algunas de sus últimas fotos—. ¡Te haría lucir increíble!

—¿Yo? ¿Modelando? —respondí con una sonrisa burlona—. Mi talento se limita a comer pizza, cocinar y hacer caras raras.

Oliver, por su parte, ha tenido un éxito inesperado con su gimnasio, a pesar de la feroz competencia del frente. Su gimnasio, apodado como “El Templo del Humor Negro”, ha atraído a más clientes de los que podría haber imaginado.

—¿Sabes cuál es el ejercicio favorito de un fantasma? —preguntó Oliver un día mientras estaba en el gimnasio.

Nos miramos, curiosos.

—¡El levantamiento de pesas! —exclamó con una sonrisa amplia—. Porque siempre está buscando “pesos” en el más allá.

—De todos los chistes pujosos que alguna vez pudiste haber dicho, este ha sido el peor. —masculló Noah serio de brazos cruzados.

Juro que siempre me he preguntado si él tiene un manual secreto sobre cómo hacer chistes malos. Bueno, algún día lo sabré.

Fuera de eso, la vida no es perfecta; hemos tenido nuestros altibajos. Pero cada desafío nos ha unido más. A menudo nos reunimos en la casa de Noah para cenar y compartir historias sobre nuestros días. Las risas son constantes y las conversaciones nunca se detienen.

Miro hacia atrás y me doy cuenta de cuánto he crecido. Aprendí a hablar, a amar y a ser amada. Mis amigos han sido mi ancla desde que los conozco, siempre apoyándome y empujándome hacia adelante.

Una tarde, mientras estábamos todos juntos en el restaurante después de cerrar, sentí una oleada de gratitud. Miré a mis amigos: Noah con su sonrisa cálida, Charlotte con su brillo inconfundible y Oliver haciendo malabares con unas servilletas.

—Gracias —dije finalmente, mis palabras fluyeron con sinceridad—. Gracias por estar siempre aquí para mí. No sé qué haría sin ustedes.

Noah sonrió y tomó mi mano.

—Siempre estaremos aquí, Ashlee. Eres parte de nuestra familia.

Charlotte asintió, sus ojos brillaban con emoción.

—Y no olvides lo que te dije: ¡tienes que venir a Hollywood!

Oliver hizo una mueca exagerada.

—Solo si prometes no dejarme solo con tus fans locas cuando te conviertas en una estrella —bromeó colocándose al lado de Charlotte y dándole un beso en los labios—. No estoy preparado para lidiar con hordas de admiradores gritando tu nombre.

La relación de ambos había tenido muchísimo éxito a pesar de tener que estar enfrentando casi todo el tiempo una relación a distancia, sin embargo, ellos son la prueba viviente de que el amor cuando es real puede combatir cualquier cosa.

La vida puede ser impredecible y difícil a veces, pero con amigos como estos a mi lado, estoy lista para enfrentar cualquier cosa que venga.

Así que aquí estoy, con una voz más fuerte que nunca y un corazón lleno de amor. La vida sigue sonriendo, y yo también lo haré, porque aunque el Silencio del Corazón pueda ser feroz, siempre lograrás encontrar tu propia voz y seguir adelante.

***

Un tiempo después...

—¡Chicos! —gritó para llamar la atención de todos—. Es momento de lanzar el ramo para ver quién será la siguiente en casarse.

Una vez dicho eso, una multitud de chicas —incluyéndome— se reunieron unos cuantos metros lejos de Charlotte, quien era la chica vestida de novia que recién se casaba con Oliver.

—Así que… ¡a la cuenta de tres! —dijo mientras sostenía el ramo con ambas manos—. Uno, dos… ¡Ashlee! —gritó mientras se volvía rápidamente hacia mí. Con un movimiento ágil, me entregó el ramo—. Tómalo. —murmuró—. Y ahora voltéate.

Cuando divisé el panorama, absolutamente todas las chicas se alejaron de mí con sonrisas en sus rostros. Quedé sorprendida y confundida al recibir el ramo de flores.

Fruncí el ceño, pero obedecí. Cuando giré sobre mis talones, mi corazón se detuvo al ver a Noah arrodillado frente a mí, con una pequeña caja abierta en su mano.

—Ashlee —dijo Noah con voz temblorosa—. Desde el primer día que te conocí, supe que eras especial. A pesar de todo lo que sucedió para que finalmente estuvieras feliz y a salvo, estoy realmente orgulloso de poder ser tu novio y por eso quería preguntarte si ¿Te gustaría hacerme el honor de ser mi esposa?

El mundo pareció detenerse mientras miraba a Noah. La multitud contuvo la respiración, esperando mi respuesta.

Con lágrimas de felicidad brillando en mis ojos, asentí lentamente.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!

La multitud estalló en aplausos mientras Noah se levantaba para abrazarme fuertemente después de colocarme el anillo. Charlotte sonrió al ver cómo todo encajaba perfectamente: un amor floreciente entre ella y Oliver y una propuesta mágica entre Noah y yo.

El día había comenzado la celebración de una boda y había terminado con dos corazones unidos por el amor...