Capítulo 10

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Ya habían pasado casi tres días ahí encerrada, el esguince iba bien según el médico pero

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Ya habían pasado casi tres días ahí encerrada, el esguince iba bien según el médico pero... No estaba aguantando tener que estar en el mismo lugar tanto tiempo.

Se sentía encerrada, como un pájaro que tiene alas y no puede volar.

- Quiero entrar ahí -susurro con una mueca aburrida, la curiosidad la carcomía. Quería entrar a ese despacho que tanta incógnita tenía.

Hubo un apagón en la luz, agarró una linterna y en ese momento lo supo. Si no entraba a ese despacho ahora, no lo lograría nunca.

Ella estaba casi segura de que había cámaras por todo así que sin electricidad, no funcionaban. El no podría ver que está haciendo.

- Por suerte se algunos trucos para abrir llaves -hablo con una sonrisa ingeniosa, lo había aprendido de pequeña a las malas. Aveces tenía que entrar a sitios que no podía.

Tardo pocos minutos y logro forzar la cerradura, un escalofrío paso por su columna vertebral al entrar. Había mucha tensión, nervios.

Abrió los ojos en shock al ver darse la vuelta y ver la pared de la puerta del apartamento normal despacho, todo cubierto con fotos de ella y corazones pintados con el pintalabios que no encontraba.

Algunas eran de cuando ella dormía en su propio hogar, dejando claro que la había estado espiando mientras dormía.

Su respiración empezó a acelerarse y se movió a uno de los muebles, había mucha información sobre el clan Gojo pero sus ojos fueron directos a una caja. Estaba llena de informes, fotos, papeles de hechicero de grado especial básicamente.

- No puedo... N-no -nego con la cabeza incrédula al empezar a leer y ver todo. Sentía náuseas en el estómago y ganas de llorar.

Gojo suspiró cuando llego a casa, las malditas cámaras no funcionaban y no pudo ver lo que ella estuvo haciendo. Tampoco podía volver con rapidez porque unas molestas maldiciones no le dejaban irse con prisa.

Abrió la puerta y frunció el ceño al ver el móvil, no había ninguna cámara que señale a ___.

- ¿___? Cariño, ya llegué. Tarde un poco por algunos problemas, ¿Que quieres cena-? -sus ojos se abrieron en pura sorpresa al ver su despacho todo removido. Papeles en el suelo, fotos de la pared arrancadas de forma brusca con algunas gotas de sangre seguramente por cortarse al quitarlas de golpe

___ no estaba.

Se había ido.

¿Lo había abandonado? ¿Por qué entró sin permiso?

No entendía nada, todo iba tan bien ¿Por qué tiene que arruinarlo? Ahora sabía todo y el no sabía nada de ella todavía, sentía ganas de reventar algo o alguien.

- No puedes huir -susurro con voz quebrada, casi a punto de llorar al agacharse de rodillas al suelo, haciendo una rabieta de niño pequeño al remover todas las fotos de ella que estaban rotas.

No iba a dormir hasta que ella estuviera con el.

Y oh gracias a esos preciosos pendientes que le regaló, podía localizarla sin que ella lo supiera ¿Cómo se pudo olvidar de eso Satoru y ponerse tan sentimental? Si la tenia al alcance de la mano.

- Mi chica astuta.... Una pena que estoy peor de lo que pensaba -reía al ver su ubicación. Nadie podía detenerlo, iba a por ella sin importar el costo.

Caminaba por la academia, ignorando a todos y con la respiración agitada. Caminaba rápido, esperando poder verla pronto.

- ¿Ocurre algo Go-? -Nanami abrió los ojos al ver que lo ignoro, eso era extraño,- Se ve desesperado -hizo una mueca pero decidió ignorarlo. No era su problema.

Al albino se le cortó la respiración al darse cuenta en que parte estaba. Con rapidez fue y abrió los ojos al ver la escena.

¿Por qué el no era suficiente? ¿Por qué le escondía tantos secretos? No lo entendía, era demasiado confuso para el y lo estaba poniendo de los nervios.

- ¡Malditos mentirosos, venir aquí! -gritaba con ira siendo agarrada por dos hechiceros que la impedían ir hasta los más viejos, lo que mandaban,- No os perdonaré nunca, ¡Nunca! -gritaba entre lágrimas mirándolos a todos con odio.

¿Mentirosos? ¿En que habían ellos mentido a ella? Tuvo que pararse delante de ella cuando uno de los viejos hechiceros intento golpearla en el rostro.

- No la toques, es mi responsabilidad y mi pareja -susurro Gojo con seriedad. El ambiente era tan tenso que los viejos tenían bastante claro que el no se iba a apartar.

- ¿Cómo puedes estar con esta loc-? -no pudo acabar la frase cuando el los dos hombres que sostenían de forma violenta a ___ e intentaron insultarla estaban en el suelo. Seguramente muertos.

- La estabais tocando -hizo una mueca aburrida y llena de odio, abrazando a su mujer con cuidado.

Los viejos no dudaron en salir corriendo la notar que los pobres hechiceros estaban completamente muertos, inmóviles, no iban a despertar.

- ¡No huyais! Por favor... -suplico con lágrimas intentando apartarse del abrazo de Gojo para ir hacia ellos.

- Tienes mucho que explicar cariño, no pasa nada. Te perdono, creía que me abandonabas -reía agarrándola en brazos y dejando un beso en su cabeza.

Ella no se movió, ni protesto. Sabía que no podía hacer nada, tampoco se esperaba que fuera a matar a nadie ¿Cómo se suponía que ella supiera que el era capaz de desobedecer a sus superiores y matar a sus compañeros?

Cierto, es el más fuerte, vaya despiste.

- ¿No tienes nada que decirme? -pregunto con una voz seria y ligeramente agresiva mirándola a los ojos con atención.

Ella tembló un poco de miedo, ¿Cómo podía sentir sentimientos por alguien como el? Solo podía limitarse a maldecir a su propio corazón y odiar sus estúpidas decisiones.

- Lo siento mucho por entrar en tu despacho, destrozarlo y.... Escapar poniéndome en peligro -murmuro mirándolo apenada. Seguía siendo escalofriante el hecho de que el tenis todas esas fotos de ella.

- Yo siempre te perdono, te amo demasiado para no hacerlo -asintio con la cabeza satisfecho por su respuesta. Dejando un tierno beso en su mejilla.

El sabía que se había metido en problemas por la escena que había montado y ella sabía que estaba en problemas, por mostrarse ante todos de forma agresiva.

Estaban con la tensión hasta el cuello, la calma antes de la tormenta se acabó y cada vez eran más conscientes de ello.

Estaban con la tensión hasta el cuello, la calma antes de la tormenta se acabó y cada vez eran más conscientes de ello

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Gojo Satoru - Poder, sinónimo de soledad. [Yandere]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora