- No entres ahí -hablo con seriedad apartándola de la puerta cerrada de su despacho. No quería que ella entre ahí.
- ¿Por? -pregunto con la boca llena, acababan de desayunar y estaba explorando todo con curiosidad.
Después de lo del hechicero, Gojo quería obligarla a vivir con él así que solo volverían a su casa para recoger sus cosas. Al menos ya no tendría que pagar el alquiler.
Acaricio su cabeza con cariño.
- Son cosas privadas, aburridas de hechicero -puso los ojos en blanco mintiendo mientras tiraba de su brazo para sentarla en el sofá,- Hoy debo irme toda la mañana y parte de la tarde como buen profesor, así que si sales de aquí lo sabré -advirtió tocando su nariz con diversión.
Soltó una risa demasiado encantadora para la amenaza que acababa de soltar y dejó un beso en su frente.
- ¿No puedo salir? -pregunto confundida, se empezaba sentir un poco encerrada. Además... Sería raro pasar tiempo sin el, una tarde sin el.
- ¿Con una muleta y siendo buscada por los hechiceros? Ni de chiste cariño -negaba con la cabeza como si le hubieran contado una broma graciosa.
- ¿Puedo hacer una pregunta al menos? -se encogió de hombros apenada recordando el tobillo torcido que tenía por culpa de aquel hombre que el asesino.
Era un escalofriante recuerdo, aunque debía reconocer que al menos no le hizo más preguntas sobre el clan o algo así porque sabía que no estaba preparada para contar todo.
Gojo hizo una mueca pensativo.
- Puedes hacerla claro -sonreía acariciando su cabello. Estaba odiando tener que ser profesor e irse, dejarla sola, lo odiaba.
- ¿Ya me considera como tú pareja ya que ahora voy a vivir aquí? -pregunto confundida mirándolo con atención, le gustaban sus gafas de sol.
El albino abrió la boca pensando en la repuesta. Si fuera impulsivo diría si mil veces, ansiaba decir si pero quería ser más suave por una vez.
- Si tú te sientes cómoda con ese título yo lo desearía, sería un orgullo que me consideres tu pareja porque mis sentimientos son reales. Es amor -le respondió con suavidad.
Las mejillas de ___ no pudieron evitar teñirse de rojo ante la respuesta, nunca había recibido tan dulces palabras. No sentía que era una obligación, ni que la forzará.
Lo sentía tan real.
- Y-yo creo que está bien, me gustas mucho -susurro con timidez sonriendo con ilusión.
No podía evitarlo, no podía evitar caer ante su manipulación, su lado sensible e infantil. Simplemente no pudo evitarlo.
- No hay palabra que exprese bien lo feliz que estoy -aseguro con una no tan dulce sonrisa mirándola. Estaba más que feliz, podía sentir la respiración pesada tratando de procesar las emociones de su pecho, su rostro colorado.
Se veía tan adorable como maldito macabro, un loco obsesionado y aún así, ella ignoraba ese hecho.
Llegó la noche y ___ estaba aburrida viendo la televisión. Después de todo ella nunca había tenido uno y era nuevo esperando a que Gojo llegue de una vez.
Suspiró sin entender cómo podía ser interesante ver las noticias y se levantó para seguir explorando todo con la muleta. Se vio sorprendida al querer abrir una puerta que estaba cerrada.
- Que curioso... Es la única que está cerrada con llave -murnuro con una mueca.
- Será por algo, ¿No crees? -reía Satoru abrazándola por la espalda y dejando un beso en su cabeza,- No puedes caminar así, déjame cargarte-hablo refiriéndose a la muleta y la levantó en brazos como a una princesa.
No quería admitirlo pero sintió un escalofrío horrible por toda la espalda ante el gran susto que se llevó. No lo había escuchado entrar y apenas había sentido su presencia.
- Venga vamos a alejarnos de las cosas que no nos incumbe, ¿Qué te parece si cocino la cena y la comemos mientras vemos una película? Te enseño como va la televisión. Además te compre un nuevo móvil -reía con ilusión dejándola sentada en el sofá para empezar a caminar hacia la cocina.
No dijo nada ante su ilusión, se veía feliz y eso estaba bien pero.... Lo primero que dijo sonaba más como una amenaza que nada. Intento ignorar ese hecho.
Cuando acabaron de cenar estuvieron tumbados en el sofá acabando de ver la película de terror que parecía tan interesante.
- ¿Qué tiene esa puerta cerrada? -pregunto de forma distraída mirándolo con curiosidad. La mando sentarse en sus piernas, la abrazaba como un peluche y apoyo el mentón en su cabeza.
- Unas cosas de trabajo aburridas, ya sabes, hechicería, el clan Gojo. No interesa -susurro dejando un beso en su cabeza de forma cariñosa.
Ahora que eran "pareja oficial" entre comillas la tenía toda para el. Tenía la excusa perfecta para mantenerla dentro de su hogar, sin poder salir, solo el apreciando su belleza.
¿Acaso las cosas podían ir mejor? No lo creía, tenía todo como el quería.
- ¿Mañana también te irás todo el día? Es aburrido estar sola aquí, no hay casi nada que hacer y con la muleta apenas me puedo mover -suspiro apenada, era deprimente.
- ¡Claro! Hoy hice mucho trabajo para mañana tener todo el día libre, contigo, cuidándote. Vendrá un doctor para revisar tu esguince ¿Vale? Y veremos cómo va ese nuevo móvil -aseguro intentando animarla.
La protagonista sonrió un poco pero no estaba segura, ¿De verdad iba a sacrificar su libertad? Tenía tantas dudas.
No estaba ni segura de sus propios sentimientos pero si negaba algo, a él no le haría mucha gracia y lo sabía bien.
Suspiró aceptando que quizás, esto es lo que debía hacer.
- Eres tan linda como una muñequita -susurro el con emoción, dejando un beso en su cuello.
El sabía que cada vez, estaba más seguro del destino de ambos.
Aunque los dos se guardaban secretos el uno al otro. Faltaba que ambos se dieran cuenta.
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Gojo Satoru - Poder, sinónimo de soledad. [Yandere]
Fiksi PenggemarUn mundo, un elegido y su corazón. ¿Acaso al ser el más fuerte no tiene el derecho de tener todo lo que quiere? El más fuerte manda, el más fuerte siempre está rodeado de gente. Pero siendo realistas, nunca va a ser real o sincero. El más fuerte da...