- Shhhh no llores, estoy aquí, estoy aquí para ti -susurraba intentando calmarlo, el había empezado a gritar como loco en sueño y corrió al despacho para abrazarlo.
Acariciaba su rostro besando sus mejillas cubiertas de lágrimas por el susto al despertarse.
- Estamos juntos ¿Vale? Era una pesadillas, está bien Satoru, todo está bien -tareaba abrazándolo, moviéndose un poco balanceándose para calmarlo como a un niño pequeño.
El empezó a calmarse, sollozando menos al aferrarse a ella.
- Di mi nombre, d-di a quien quieres por favor -suplico apenado. No quería que ella quiera a Gojo, quiere que ella ame a Satoru.
- Satoru cariño cariño, te quiero a ti. Satoru siempre -asintio con la cabeza, sonriendo apenada al verlo.
Cada vez era más evidente uno de los mayores problemas que lo atormentaban. Era como dos personas, dos personalidades.
Satoru era dulce, inseguro, juguetón, infantil, cariñoso y necesitado. En cambio Gojo era arrogante, egocéntrico, agresiva, mandón y un poco violento.
Era tan distinto ambas cosas que daba miedo.
- ¿Soy tu persona... Persona favorita en el mundo? -pregunto aprovechando que no está el vendaje para mirarla a los ojos. Estaba claro que tenía un doble significado.
- Eres mi única persona en este mundo, mi favorita. Que le den a la hechicería ¿Entiendes? No te estés atormentando por una responsabilidad que no pediste, yo no te veo como un hechicero, eres mucho más -aseguro dejando un dulce beso en sus labios. Ella lo entendía mejor que nadie, comprendía su estado y sus inseguridades, lo hacía sentir tan comprendido.
- Una persona -lloraba Gojo mirándola. Nunca se había sentido tan vulnerable ante nadie.
Ese sueño, esa pesadilla lo estaba atormentando. Podía sentir aquellas palabras clavarse en su frágil corazón, destrozarlo, humillarlo mientras se obligaba a si mismo a no derrumbarse.
Arumi tomo aire mientras acariciaba su rostro.
- Todos se van a derrumbar alguna vez, pero tú eres fuerte, el más fuerte y poderoso, eres la maldita definición de poder. Todos se van a derrumbar y tú seguirás flotando, caerán menos tu... Yo me encargaré de eso -susurro en su oído con una suave sonrisa,- Eres una persona, eres Satoru -.
Por alguna razón, esas palabras no le reconfortaron. Le daba escalofríos, mal presentimiento y todo le indicaba que estaba mal.
Eran las palabras de su primer sueño, del sueño con su voz, cuando empezó todo.
- Tu no vas a caer, y-yo te sostendré -hizo un puchero como un niño pequeño, nervioso y asustado aferrándose a ella, tirando de su ropa.
- Eres tan inocente -reía con ilusión, mirándolo con un brillo en los ojos.
Gojo se empezó a quedar sin respiración, no lo entendía. La miraba, pidiendo ayuda aunque no podía hablar, pero ella solo lo ignoraba mientras seguía riendo.
Intento tocar su rostro para llamar su atención, sus dedos, sus malditos dedos estaban congelados al igual que todo su cuerpo.
- Satoru despierta, Satoru -___ lo movía, tumbada al lado de él en la cama,- Has tenido una pesadilla, ¿No? Estás sudando y ni parabas de soltar gritos -hablo preocupada mirándolo con lástima.
Claro, un sueño, se había despertado de una pesadilla y acabo en otra. Que gracioso y que alivio.
- Oye reacciona, ¿Estás bien? -pregunto cada vez más preocupada, acariciando su mejilla para que se relaje. A su vez pasaba un pañuelo por su frente, limpiando el sudor que tenía.
- Eres real -murmuro con voz nerviosa,- ¿V-verdas? Eres real, eres mi ___, la real. Eres la verdadera, no es un sueño ni una pesadilla, eres tú en carne y hueso -reía nervioso sin saber que decir, repetía lo mismo una y otra vez. Tiraba de sus mejillas, agarraba su rostro, pasando la mano hasta su suelo y hombros suspirando aliviado.
Ella no dijo nada, era tan extraño. No quería decir nada que pudiera alarmarlo más de lo que estaba, sentía lástima por el.
Parecía un pobre niño asustado a sus ojos.
- Ve a darte una ducha Satoru, yo prepararé el desayuno, ¿Vale? Calma, mantén la calma -murmuro con una sonrisa ignorando el pequeño dolor que le causaba su desesperado agarré. Incluso había dejado sus mejillas rojas con la marca de sus dedos.
Sin decir nada le hizo caso, no quería volver a despertar porque ahora todos se veía tan bien que debía ser real. Encogido de hombros camino hasta el baño, aunque antes reviso que ella hubiera camino hasta la cocina.
El agua fría caía directamente sobre su cuello, intentaba fingir que eso podría calmar su alocada mente. Apoyo ambas manos en la pared de la ducha, clavando la frente en la húmeda y fría pared.
- Solo eran pesadillas, solo eran pesadillas. Ella está a mi lado -de repetía a si mismo entre delirios, sintiendo un nudo en la garganta por el miedo. Por primera vez, tenía puro miedo después de tanto miedo,- soy una persona, para ella soy un humano, un hombre -.
Golpeó la pared haciendo unas pequeñas grietas, maldiciendo que cada vez tenía menos control sobre si mismo. Menos control sobre su técnica maldita.
- Debería ayudar a Itadori, deben de sentirse abandonados por su profesor ¿No? -murmuro ladeando la cabeza cerrando el agua de la ducha,- no podrán hacer todo sin mi -.
Quizás debería salir afuera, trabajar, respirar y no preocupar tanto a su adorada ___. Salió del baño y se vistió con rapidez, ya podía oler el desayuno desde la habitación.
Cuando llegó, la abrazo de espaldas dejando tiernos besos en su cuello.
- Ya estoy como nuevo, hombre renovado. Gracias cariño -dijo directamente en su oído, dejando un beso en su mejilla disfrutando de sus risas.
- Satoru me haces cosquillas -reía moviendo la cabeza por el cosquilleo en el cuello,- se te van a quemar las tortitas si me sigues distrayendo señorito. Te voy a tener que castigar -bromeo girándose un poco para verlo, dejando un corto y suave beso en sus labios. Estaba feliz de que estuviera mejor.
No podía estar más feliz, ella cada vez respondía con más cariño, confianza, como una pareja real para nada forzada. Cómo si el nunca la hubiera obligado a nada.
Como si nunca hubiera infundido ningún tipo de miedo en ella para controlarla.
ESTÁS LEYENDO
Gojo Satoru - Poder, sinónimo de soledad. [Yandere]
Hayran KurguUn mundo, un elegido y su corazón. ¿Acaso al ser el más fuerte no tiene el derecho de tener todo lo que quiere? El más fuerte manda, el más fuerte siempre está rodeado de gente. Pero siendo realistas, nunca va a ser real o sincero. El más fuerte da...