CHARLA DE HERMANOS

114 6 6
                                    


Podemos ver a un niño celebrando en silencio su, para él, gran hazaña, se sentía como si hubiera dominado todo un país en un solo día, aunque sabía que si quería que su cometido final fuera permanente tendría que jugar muy bien todas sus cartas, una por una, agotar todas las opciones hasta quedarse con el resultado deseado, ciertamente no era el mejor propósito de vida para un niño, sin embargo, como todo niño no hay satisfacción más grande que el que tu mayor anhelo se haga real. Y ahí estaba él, disfrutando de ver un hermoso beso entre Miyamura y su hermana, había esperado mucho para ello, incluso tuvo que tomar el doble de su dosis requerida con el único motivo de tener energía hasta tarde, ya se preocuparía luego por su cuerpo, el ver que aún existía amor mutuo para ellos, lo había hecho valer la pena, sin embargo si todo fuera así de fácil para él sería demasiado bueno, y es por eso que después de unos segundos Miyamura reaccionó y se alejó de Rami lo más rápido que pudo; lo primero que hizo fue voltear hacia la persona que lo había empujado y ahí lo vio con una sonrisa de lo más pura, como si no supiera lo que pasó.

– Esperó que tengas una buena explicación para esto – dijo serio Miyamura.

– Me gustaría que fueras mi cuñado, así que moveré todos mis hilos para que tú y mi hermana estén juntos – gritó lo más fuerte que pudo con un puño hacia el aire.

– Nada, de que hablar, mi relación con Hori no va a estar en peligro por ti, escúchame, tengo buenos momentos contigo y con Rami, nada de eso va a cambiar, tú sigues siendo para mí un hermanito pequeño, sabes que aún pasó el tiempo contigo y con Rami, pese a las protestas justas de Hori, así que por favor no intentes hacer nada de esto otra vez.

– Lo siento hermano, pero tú no sabes lo que es bueno para ti, para antes de que muera haré que estés profundamente de Ayasaki, es una promesa–dijo triunfante, pues ya planeaba su siguiente estrategia, él ya se había decidido a morir redimiendo su error– y tranquilo no planeo chantajearte con mi muerte; sin embargo me gustaría te que cases con mi hermana mientras yo aún estoy vivo.

–No lo entiendes verdad–cuestionó– ella y yo solo somos amigos–intentó sonar lo más neutral posible.

– No lo entiendes, aún sientes algo por ella y lo voy a explotar, para que de las cenizas vuelva el amor, como el ave fénix–exclamó con mucha más energía de la que Rami hubiera pensado que tenía.

–Ya basta Sora–habló fuertemente su hermana–deja que todo siga su curso, él ahora está con Hori, y aunque quiero volver a estar con él, no se puede por el momento, así que mejor ríndete–expresó para afuera mientras que para sus adentros estaba en un debate si debía intentar estar con Izumi o si ya debía soltarlo, pues, aunque le dolía cuando lo veía besándose o siendo muy empalagoso con Hori, la mayor parte del tiempo le bastaba con estar cerca a él para estar feliz, posiblemente debido a toda la añoranza que había pasado.

–Jamás–expresó el niño–si fue mi culpa lo que sucedió es mi responsabilidad arreglarlo, además ya estoy muy cerca de ello, y lo mejor de todo ninguno se ha dado cuenta todavía, verdad Yamamura–preguntó al conejo quien para sorpresa de los mayores estaba escondido en las manos del niño– miren este truco y caigan rendidos ante él–dijo con una hiperactividad que nadie pensaría que estuviera delicado; el junto con el conejito hicieron un gran esfuerzo por poner la cara más dulce y adorable que podían, el niño trataba de activar algún instinto parental en los mayores, para así tener dos cosas seguras, la primera y la más urgente, evitar o al menos disminuir con creces su probable castigo, segundo intentar unirlos un poco más.

–Ya me cansé de esto, estás siendo muy necio, Rami te importaría dejarme a solas con este niño malcriado–dijo mientras lo alzaba y lo llevaba a su cuarto, una vez llegaron ahí empezó a hablar.

–Muy bien cuál es tu juego, por que sé que estás jugando a algo, y no quiero hablar con el adulto encerrado en el cuerpo de un niño, quiero hablar con el niño encerrado en la mente del adulto–dijo serio.

–Tsk, nunca debí contarte cómo funciona lo que siento–dijo algo enojado mientras desviaba la mirada para otro lado.

–Valla, sí que te has vuelto muy irrespetuoso, así que dime que sucede contigo.

–Ya te lo dije, me siento culpable de lo que pasó, y sé que mi hermana te lo contó, puede que haya estado medio dormido, pero no estaba totalmente inconsciente, así que no quiero que te sientas culpable por ello, por eso soy agresivo si te ataco y no gano al menos me odiarás y no sufrirás tanto–dijo mientras trataba de sostenerse, emocionalmente, lo más que se podía.

–Enserio tratas de chantajearme así, ya conozco todos y cada uno de tus trucos, me has atacado con ellos desde el incidente del chocolate, y por mucho que odie decirlo no me moveré ni un milímetro si no me hablas con la verdad.

–Quieres la verdad, la verdad es la siguiente, ni mis padres ni mi hermana ni nadie lo sabe, sabes lo que hice para desgastar mi cuerpo, para forzar mis neuronas hasta tal punto que casi colapso en diez oportunidades, estaba simulando escenarios donde podía arreglar todo lo que es mi culpa, tú y mi hermana eran felices, yo me curaba y podía jugar con mis sobrinos pero nada de eso va a pasar, y todo por mi culpa, si no hubiera dicho nada a mis padres cuando me preguntaron nada de esto hubiera pasado pero ya es tarde–dijo sin poder contener más las lágrimas y Miyamura lo abrazó para consolarlo.

TE RECUPERARÉ SEÑOR CONEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora