El caso caníbal de Abraham Bennet. Lo bueno del internet es que es un lugar en donde es difícil censurar toda la información de un hecho especialmente si caía en la categoría de extraño y misterioso, y ese era el caso con Abraham Bennet, o como lo llamaban en internet el caníbal de Newtown.
— ¿Cómo es que nunca me enteré de esto? —me pregunté a mi misma.
La verdad era que en este pueblo es mucho más fácil de lo que piensan hacer una tapadera sobre algún incidente que hubiera ocurrido hace ya tiempo, aunque claro si bien pude encontrar el nombre no había mucha información sobre lo que había pasado, los único que había en internet era sobre que este hombre se había vuelto loco y había devorado a su propia tía y primo algo fuerte pero no muy específico, la verdad era que en donde había encontrado esa información estaba plagado de casos similares sobre personas que se volvían locas de golpe para luego devorar a sus familiares, como el caso de dos policías que habían enloquecido y devorado a su compañero durante una investigación, la única información que había era la de la víctima, un tal Romeo Santos, otros eran muchos más raros como el de un magnate que se había estado alimentando de niños abandonados por bastante tiempo en un pueblo el cual tuvo una horrible racha de asesinatos junto a un gran incendio.
Trate de buscar información en otros sitios pero era igual, solo se mencionaba el nombre de las víctimas junto al nombre de Abraham Bennet. La verdad era que había intentado de todo para poder descubrir acerca más sobre este tipo, pero lo primero era que toda persona mayor que sobrepasaba los cuarenta años trataba de evitar o desviar el tema hacia otra cosa, los que eran menores decían recordar algo sobre ese nombre pero nada más, había entrado en un callejón sin salida hasta cierto punto, lo bueno es que al menos ya tenía un poco contexto acerca de el chico de la foto, de ahi estaba la otra imagen trasera de lo que parecía ser una imagen de una extraña criatura a blanco y negro, aunque eso no significaba que fuera de una cámara antigua pues se veían algunos detalles a color de varios objetos alrededor de la criatura. Decidí cambiar la pestaña a otra cosa que había estado investigando personalmente, leyendas de aves gigantes, la verdad era que no había podido superar la desaparición de Drake, según lo que me habían contado él había desaparecido de su propio cuarto de la noche a la mañana y lo único que encontraron fue la marca de Ellos en un papel que estaba en su cama.
En cuanto a las aves gigantes era sorprendente las historias que habían en foros de internet sobre estas, yo me encontraba muy concentrada cambiando de página intercalando entre el caso caníbal y lo de las aves gigantes cuando un graznido me sacó de mi burbuja, de hecho me había asustado pues por alguna razón desde lo que había pasado con Drake me estremecía cada vez que escuchaba un graznido, entonces lo volví a escuchar esta vez más cerca junto a lo que sonaba como un aleteo a la lejanía, me acerque a la ventana muy curiosa y temerosa por lo que podria encontrar, centrada en tratar de ver por entre los árboles cualquier cosa sospechosa, hasta que se iluminó mi teléfono con el numero de mi hermano.
— Hey Basti -dije mientras ponía el teléfono en mi oído— No creerás lo que acabo de descubrir.
— Y tú no creerás lo que nos acaba de ocurrir.
— Primero que todo, ¿nos? y segundo, ¿Que paso?
— Ven a casa de René y te contare.
...
Había escuchado muchas cosas en mi vida, personas volviéndose locas por un viejo tesoro en el bosque, sombras que habitaban en casas abandonadas, el supuesto demonio que habitaba en la mansión Dankworth y recientemente sobre el caso caníbal de Newtown, pero jamas, repito jamas pensé que viviría lo suficiente para escuchar a mi hermano hablar sobre como unas moscas los habían atacado.
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Newtown: Un pueblo sombrío
Horror"Bienvenidos a Newtown un gran pueblo que se encuentra en un lugar perdido en el tiempo, pero muy famoso, un lugar que durante el día se respira confianza, alegría, esperanza y diversión, un lugar amigable... sin embargo durante la noche todo cambia...