Mi jefe omega - Yoonmin

Capítulo 9

Yoongi despertó, su cabeza empezaba a funcionar y recordarle donde estaba y con quién. Abrió los ojos, parpadeó reiteradamente acostumbrándose a la luz. El alfa fue consciente de varias cosas, la primera tenía peso sobre la espalda. La segunda, la vainilla lo abrumaba. Lo tercero, fue algo haciendo cosquillas en su mejilla. Lo cuarto, tenía manos en su costado. Lo quinto, la respiración lenta en su cuello le daba a entender las cosas anteriores.

—Jimin —habló en alto, el cuerpo ni siquiera se movió. —¡Jimin! —exclamó más fuerte. El omega escondió la cabeza en su cuello.

Si no fuera porque tenerlo tan cerca lo ponía tan ansioso y se sentía tan bien, ni siquiera se molestaría en moverse pero lo hizo. Se levantó del lado derecho tirando a Jimin en su lado izquierdo. El peli rosa se quejó y abrió los ojos, lo miraba molesto.

—¡¿Por qué demonios hiciste eso?! —exclamó molesto. — ¡Me despertaste! ¡Estaba cómodo!

—¡Estabas cómodo dormido sobre mí, con tu cara en mi cuello! —espetó Yoongi levantándose.

—Es que... —Jimin observó sus manos, parecía avergonzado. —La cama estaba fría y es que...

—Comprendo —el tono de Yoongi se volvió neutro, como siempre. —Estas acostumbrado a dormir con otro cuerpo en la cama.

— ¡No es así! —se apresuró a explicar. — ¡Tenía frío y no podía dormir, no sé porque pero me calmas!

Yoongi enarcó una ceja. — ¿Qué?

Jimin mordió su labio y miró otro lado. Suspiró cansado. —Tu voz, tu aroma me tranquilizan —habló bajito. —Anoche tuve una pesadilla y tenía frío, lo único que pensé al despertar en medio de la noche fue en ese efecto que tienes en mí.

El alfa no supo qué responder, se quedó en blanco. Su lobo estaba feliz, quería sentarse junto a Jimin y abrazarlo con fuerza. Empezó a sentir un sentimiento protector similar al de anoche.

—No sé qué decir —confesó.

—No importa —el peli rosa lo miró. —Está bien, como sea, gracias.

—¿Y ahora por qué agradeces? —cuestionó sentándose sobre su cama.

—Por lo de anoche, por ayudarme con lo de Yuta. Aunque estoy seguro de que ahora todo el mundo piensa que somos pareja —el Omega bostezó y frotó sus ojos, Yoongi pensó en lo adorable que eran las manos de Jimin en comparación a las suyas.

—¿Y eso te molesta?

—No —se notó pensativo. —Ahora todos te dirán que tengas cuidado —su rostro denotó molestia.

—Lo que tengan que decir sobre ti es irrelevante.

—¿De verdad lo piensas? —cuestionó esperanzado.

—Son cosas que habla la gente que está tan aburrida de su vida, que tiene que indagar en las de otras —el alfa se encogió de hombros. —Pero no entendí tu reacción cuando él apareció.

La expresión del rostro de Jimin se volvió sombría. —Su nombre es Yuta Nakamoto, la mitad de los accionistas que están aquí fueron con nosotros a la universidad —el peli rosa tomó aire. —Mi primer año universitario fue un asco, y el junto con esas personas tuvieron que ver. Ellos se burlaban de mí, me humillaban y ellos... —Jimin paro de hablar. La mirada atenta del alfa sobre él lo intimidó ¿Por qué Min le tenía que causar tantas emociones encontradas? —Ellos hicieron de mi estadía en la universidad un infierno.

—Jimin —por primera vez Yoongi habló demandando su atención, el peli rosa lo miró. —Que no te interesen las etiquetas ¿Qué si te conocen como "fácil"? —el alfa hizo comillas. —Estas en todo tu maldito derecho de disfrutar tu sexualidad, por la diosa luna, mírate eres tan hermoso y encantador —Jimin amagó una sonrisa. —Cuando quieres puedes ser una persona hermosa en todos los aspectos, me gustaría que puedas verte a través de mis ojos cuando estás con Tae o alguien cercano, yo creo que muestras una esencia que crees haber perdido pero no es así.—el alfa hizo una pausa midiendo bien las palabras. —Mi punto es, que estás en tu derecho de hacer lo que quieras sin importarte lo que las personas de afuera digan, no les debes nada. ¿Cuál es el problema que disfrutes de tu sexualidad estando soltero?

Jimin se levantó de su lugar, tal vez haya sido su imaginación pero los ojos del Omega emitían un bonito brillo.

—Oh no —el peli rosa camino lentamente hacia él. —Ahora tengo alfa. —cuando Jimin llegó hasta él sonrió en grande y ahuecó una pálida mejilla en su mano. A Yoongi le tardó un momento procesar las palabras, la sonrisa de Jimin era preciosa ¿Donde había una cámara cuando se la necesitaba? La mano del Omega era tan suave. Se sentía hipnotizado por esos ojos avellanas.

— ¿Qué?

—Ahora todos aquí deben pensar que estás conmigo —el pulgar de su mano acaricio la lechosa piel. — ¿Se supone que debamos desmentirlo?

—Yo...

—Recuerda que fuiste tú quién nos metió en esto —lo acusó.

—Pero mi intención era ayudarte —se excusó.

—Y lo hiciste, ahora debes seguir haciéndolo —el peli rosa le hizo pucheros. Yoongi miró para otro lado, no iba a poder decirle que no—Tú nos metiste en esto —volvió a acusar Jimin. —Solo será por estos días, lo único que debes hacer es darme la mano y acompañarme a todos lados, siempre solo por estos días. —se alejó para plantarse derecho con las manos en la cintura levantando levemente es remera del pijama.

—Está bien —aceptó el alfa. —Supongo que darte la mano por estos días no será mucho.

—También vas a mudarte a mi habitación —decretó Jimin, caminó hasta la mesita de noche y tomó su libro. —No pueden ver a una pareja dormir en diferentes habitaciones, se vería falso o sospechoso —advirtió antes de que el alfa pueda decir algo. —Te vas a duchar, ponerte bonito y bajarás a desayunar conmigo —demandó ya en la puerta. —Vamos a ir de compras, mi pareja debe portar ropa de marca —abrió la puerta. —Mientras estemos fuera van a trasladar nuestras cosas a una habitación más grande, no estoy satisfecho con la mía —comunicó y le dedicó una encantadora sonrisa. —Nos vemos abajo, Yoonnie.

Y se fue. Yoongi se quedó sentado en la cama, en una especie de estatua. Su cabeza procesaba con detenimiento cada palabra dicha por ese omega. Lo había manipulado bastante bien, que talento. No debía entrar en crisis, debía estar tranquilo. Pero no podía.

Necesitaba calmarse y reunir todo su auto control, si dormir junto a Jimin era un desafío ¿Cómo iba a poder hacerlo ahora teniéndolo tan cerca constantemente? No iba a ser tan malo ¿O sí? Aunque fuera falso, ser el alfa de Park Jimin se sentía inexplicablemente bien.

Por otro lado, Jimin no sabía dónde o con quien se estaba metiendo. Fue como si su cabeza tomara conciencia de lo que había dicho y hecho en las últimas horas. Se maldijo por lo bajo mientras ingresaba a su habitación ¿Por qué había hecho tal cosa? Su lobo aulló de felicidad.

—¿Podrías callarte? —se dijo a sí mismo. —Maldito oportunista.

No finjas que no te gusta, deja de mentirnos.

Jimin abrió la boca indignado y puchereo inconscientemente. Tomó su celular, debía hacer varias llamadas. Después de arreglar todo se desvistió para darse un relajante baño.

¿En que se había metido?