Capítulo 34

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La fiebre en el cuerpo del Omega no cedía, Jimin tenía ganas de llorar. Hace unos veinte minutos había comenzado con un dolor abdominal insoportable, su lobo ni siquiera había mostrado señal de algo. Acarició la cicatriz en su cuello, debía pensar en cosas bonitas para lidiar con el dolor, como la vez que pasó su celo con Yoongi o cuando Hoseok le dijo que legalmente Ravn era suyo pero que igual iban a ponerlos a prueba.

Sintió una punzada en la cabeza ¿A caso había hecho algo malo en su otra vida? Su cuerpo ardía y el dolor se volvía cada vez más insoportable.

—¡Noona! —exclamó llamando a la mujer que lo cuidaba porque sí, cuidaba de él aunque dijera que solo le importaba el dinero. La mujer se adentró a la habitación con rapidez. —Me duele mucho —lloriqueó.

—Supongo que es momento —la mujer caminó hasta él y empezó a desatar lo.

—¿Momento de qué? —cuestionó frunciendo el ceño. —No comprendo.

—Momento de llevarte al hospital, necesitas atención de un obstetra urgentemente —dijo la mujer confundiéndolo más, dolor y confusión no eran una buena combinación.

—Eso es imposible —la mujer lo ayudó a levantarse. —Lo que dice no tiene sentido —dijo caminando junto a la mujer. —No necesito obstetra.

—Niño...

—Jimin —lo corrigió el rubio algo molesto mientras caminaban por el pasillo con discreción. —Mi nombre es Park Jimin.

—Bueno, entonces Jimin —habló la señora. —¿Cómo explicas los cambios en tu cuerpo? ¿Por qué crees que te la pasas durmiendo? ¿Por qué crees que comes tanto? ¿Cuál es tu excusa para que Seungri no apareciera? Si te dejo aquí te dará algo para que abortes o se deshará del cachorro en tu vientre ¿Crees que él no lo sabe? —la mujer lo dejó sentado en un sillón que Jimin notó estaba cerca de la entrada y le puso unas pantuflas además de un abrigo bastante grande, el rubio no podía procesar todo lo que decía la señora. —Este infeliz está obsesionado contigo y yo no pienso ser su cómplice en algo así, el plan era un intercambio por una increíble suma de dinero —prosiguió la mujer mientras tomaba unas llaves colgadas junto a la puerta para volver a levantarlo y salir de la casa. —Seungri jamás llamó, no cumplió con el plan.

Jimin respiró el aire fresco de la noche, se encontraban en una especie de barrio deteriorado.

—Menos mal que estábamos lejos de la civilización, eh.

La mujer se limitó a reír, ayudó a Jimin a bajar las escaleras de la entrada mientras caminaban a una desgastada camioneta estacionada en la acera. Jimin paró de golpe alertando a la anciana, tocó su abdomen donde había tenido una punzada de dolor.

—No estoy en cinta —sintió el abdomen firme. —Soy infértil —dijo mirando a la anciana, sus ojos volvieron a aguarse. —Eso sería...

—Hermoso —completó la anciana abriéndole la puerta del copiloto para después subirlo a la camioneta. —No me explico tu otro hijo si dices que eres infértil.

La mujer cerró la puerta y rodeo el vehículo para adentrarse a la parte del piloto.

—Lo adoptamos —habló el Omega mientras veía a la mujer poner la lave para hacer contacto y encender el vehículo. —Fue idea de mi alfa.

—Tu alfa se oye un buen hombre —habló la mujer emprendiendo camino. —Debe extrañarte mucho, al igual que tu hijo...

—YoungJo —contestó Jimin. —Pero solo Yoongi, mi alfa puede decirle así.

La anciana sonrió mientras salían del barrio, estaban bastante lejos del hospital lo que la ponía un poco nerviosa.

—Esperemos que pueda contactarlos después de que me asegure que te atiendan, deben estar muy tristes y desesperados.

—Yoongi debe haber matado a alguien —Jimin miró a través de la ventana, su familia debía estar por ahí buscándolo. La gente a través de la ventana se veían enfrascados en sus mundos, era gracioso como él estaba lleno a urgencias por un malestar que desconocía y el mundo seguía girando mientras él estaba destrozado. —Su naturaleza suele ser más fuerte que él algunas veces.

—Todos los alfas son dominados por su naturaleza, cariño.

—Yoongi es pura sangre —el rubio miró el perfil de la señora la cual no se veía sorprendida.

—Tenía mis sospechas pero ahora me lo confirmas —contestó con la vista al frente. —Cuando te ayude en el baño y mis dedos rozaron tu abdomen, fue como... No sé cómo describirlo —la anciana sonrió nostálgica. —Pero siempre tuve un don para estas cosas.

Jimin la miró escéptico, y volvió su vista al camino.

🐺🐺🐺

Yoongi estaba ansioso, el dinero definitivamente maneja al mundo. Solo tuvo que mover un par de números el Señor Park para conseguir información de Seungri. Iba a torturar a ese hijo de puta hasta que deseara morir. Estaban a nada de llegar al lugar, lo habían seguido desde el prostíbulo hasta donde sospechaban que estaba Jimin. Se adentraban a un barrio humilde, bastante alejado del centro. Siguieron un par de calles hasta que el auto de su presa se detuvo frente a una vieja casa, Seungri bajo del auto y fue el momento de que él lo hiciera también. Se estacionaron a unos metros de distancia justo cuando el imbécil se adentro a la casa.

Yoongi abrió a penas se detuvieron, cuando sus pies tocaron el asfalto fue como si algo detro de él se encendiera. Prácticamente corrió a la casa ignorando lo que sea que hayan dicho Namjoon y Jungkook. Cruzó la calle y se adentró a la propiedad, subió las escaleras de la entrada de dos en dos y le dio una patada a la puerta.

Olisqueó el aire, la vainilla estaba en él. Fue el momento justo que Seungri bajara desesperado las escaleras para encontrarse con el pálido.

—Así que tú eres el famoso, Seungri —el iris de los ojos del alfa fue teñido de un color cenizo. —Vine por algo que me robaste —Yoongi dio varios pasos adelante.

—Él no está —el alfa tragó duro, su lobo se había dado cuenta del aura del contrario. —Tu Omega escapó.

Yoongi caminó hasta él y antes de que pudiera hacer algo, Seungri fue tomado del cuello para ser golpeado contra la pared más cercana. El pálido lo empujó al piso y con el talón piso la rodilla del imbécil sacándole un alarido de dolor.

—No debiste haberte metido con mi omega, pedazo de basura inferior.

Yoongi tomó de su cabello para arrastrarlo hasta el centro de la habitación y darle repetidos puñetazos en la cara.

—Yoongi —el nombrado levantó la vista encontrándose con Jungkook quién sostenía una camisa conocida. —Estaba en una de las habitaciones de arriba. —y se la lanzó, el alfa la tomó con la mano libre para olerla. Olía a vainilla y algo más.

—No lo mates —Namjoon estaba recostado en el marco de la puerta observándolo todo.

Yoongi asintió, su Omega había estado ahí y ahora había escapado. Estaba entre aliviado y preocupado, tenía que encontrarlo.

El pálido tomó a Seungri del cuello y lo levantó del mismo, el alfa protestó por el dolor en la pierna afectada.

—¿Sabes? Le prometí a mí hijo que iba a causarte dolor, así como tú se lo causaste a él —Yoongi ejerció presión.—Y yo cumplo con lo que digo.

Yoongi se encargó de fracturar y astillar cada hueso del cuerpo que pudiese sin matarlo, uno por uno disfrutando de los gritos de dolor de Lee SeungHyun.

Namjoon y Jungkook eran testigos de que Min Yoongi, era un alfa de palabra. YoungJo estaría satisfecho con el cumplimiento de su padre.

Yoongi iba a buscar un cuchillo, si, sería divertido jugar con un poco de sangre hasta que Jungkook lo detuvo.

—Es tu móvil —había dicho un alfa castaño. —Una mujer que afirma que está con él en el hospital.

Mi jefe omega - YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora