Mi jefe omega - Yoonmin

Capítulo 32

—¿Sabes? Tengo una prima con la que podrías llevarte muy bien, si quieres te paso la dirección del psiquiátrico donde la internamos — Jimin no tenía miedo, no, estaba enfadado y muy cabreado.

Había pasado por demasiada mierda a lo largo de su vida, sus emociones se habían ido de un extremo al otro además de que le costó volver a reconstruirse ¿Ahora venía cualquier hijo de puta a arruinar su felicidad? ¿Cómo era eso? El destino era un hijo de puta, no temía a lo que esté desequilibrado mental pudiera hacerle, apenas tenga la oportunidad iba a rasgar la yugular del imbécil con los dientes.

Ni siquiera sintió el aroma, el pendejo astuto tenía neutrizador y lo sabía porque él lo había usado por algún tiempo. El neutralizador tenía aroma a la nada misma y no era posible que no oliera nada, hasta la piel de los betas tenía un leve aroma. Jimin estaba siendo cargado y no le sentía ni siquiera olor a la ropa. Su raptor había pensado en todo.

El Omega sintió como su cuerpo era dejado sobre un espacio reducido y sólido, se dio cuenta de que estaba en la cajuela de un auto cuando la oyó cerrarse. No dijo nada, ni siquiera se molestó en gritar porque no escuchaba ruido de otros autos, posiblemente salían de la ciudad. Juraba que iba a patearle las bolas a ese imbécil, no quería llorar pero no pudo evitar que las lágrimas escapen de sus ojos. Había luchado tanto, la felicidad se le fue arrebatada de las manos como si nada. Estaba tan enfadado ¿Quién se creía que era?

Sintió sus párpados pesar, se dejó dormir. Su lobo estaba demasiado triste para protestar, sentía la ausencia de su pequeña manada.

🐺🐺🐺

—¡No pudo desaparecer por arte de magia! ¡Maldición! —estaban en la comisaría, Yoongi estaba muy voluble últimamente y era de lo más comprensivo. Su Omega había desaparecido y no había rastro alguno.

—El señor DongHan tiene una creíble coartada al igual que el doctor Min —había contestado el comisario. —Estamos haciendo todo lo posible por encontrarlo.

Yoongi tenía una sed de sangre que crecía más y más, su lobo estaba perdiendo el control y si no encontraba a su compañero, podían terminar enloqueciendo. Lamentablemente Ravn estaba pasando por algo similar, su actitud se volvía más agresiva y fría. El único que parecía entenderlo era el pálido pero este no tenía control sobre él mismo, los dos eran un desastre.

Era como estar desequilibrados, fuera de sí.

Yoongi abandonó la comisaría con Jungkook y el Señor Park detrás de él. El lazo se sentía tenso pero se sentía, pasó por un local observando su apariencia en la vidriera. Sus ojos estaban rodeados por ojeras, casi no dormía porque las pesadillas con el lobo de pelaje blanco habían vuelto. En estas pesadillas veía al lobo pequeño ser mordido por otro más grandes y él no podía ir en su ayuda, había comprendido que ese precioso lobo era una especie de conexión que tenía con Jimin, en su sueño también aparecía una casa de suburbios que no podía ubicar entonces se quedaba en la nada.

—Yoongi —Jungkook llegó junto a él. —Ravn te necesita, mantente cuerdo por él.

—Lo encontraremos —añadió el señor Park. —Tengo contactos en la ciudad y me han conseguido cámaras de vigilancia en las que podamos ver al posible agresor. —Yoongi relamió sus labios resecos, iba a darle caza a ese imbécil apenas lo identifique.

Por otro lado Ravn había quedado bajo el cuidado de Taehyung, el niño se había encerrado en la habitación de sus padres desde que Jimin desapareció. De eso pasaron tres días. Ahora el Omega peli azul golpeaba insistente la puerta de la habitación de la pareja, el niño no había ingerido nada en menos de doce horas.

—Ravn, por favor —rogó el Omega peli azul a nada de largarse a llorar ahí.

—Appa Tete —Seoho apareció con su pijama de dragón. —¿Puedo dárselo yo? A mí me abrirá.

—Es muy lindo de tu parte, cariño —Taehyung trato de sonreírle a su hijo. —Pero temo a que Ravn reaccione mal como los últimos días.

—Yo estaría así si a ti te pasara algo —el pequeño puchereo. —Dejame darle su almuerzo, por favor, confía en mí.

Taehyung lo pensó por unos momentos pero no le quedaba otra opción, necesitaba hacer que su sobrino comiera y bebiera algo. Le dio la bandeja a Seoho y se colocó detrás de él.

—¿Ravn? —lo llamó con su dulce voz infantil. —¿Me dejas entrar? Por favor.

Taehyung se iba a dar por vencido y llevarse a su hijo a la sala hasta que escuchó el seguro ser quitado, la puerta se abrió muy poco dejando ver una parte de la cara del alfa.

—Baja appa, almorzaré con Ravn —habló el menor.

Taehyung retrocedió unos pasos y el alfa abrió un poco más la puerta para que Seoho pasara y la volvió a cerrar de un portazo. El peli azul se permitió confiar en ambos niños y bajo para darle el almuerzo a Yeosang.

—Gracias por dejarme acompañarte — dijo Seoho bajito. A pedido de Ravn había dejado la bandeja en el piso para sentarse y comer así. —Encontraran a tío MinMin. —Ravn dio una perezosa mordida a su papa. —Me gustaría poder ayudarte.

—Tu aroma me hace sentir mejor —murmuró el mayor viendo los ojitos de Seoho brillar en emoción. —Ahora come —ordenó evitando que pudiera decir algo más.

🐺🐺🐺

—Lee SeungHyun —habló Jimin cuando la venda fue quitada de sus ojos. —Estoy seguro de que tú y Joowon serían la pareja perfecta.

—¿Tú crees? —cuestionó el alfa frente a él.

Jimin observó el lugar, estaba en la que parecía ser la habitación de un adolescente y sentía olor a comida en el aire. Parecía una casa de familia. El maldito hijo de puta lo había atado a una silla en el medio de la habitación, solo debía esperar a que sus manos tengan la oportunidad de soltarse...

—Dime —habló el rubio. —¿Qué fue lo que te hice para que llegues a cometer semejante estupidez? Porque ¿Secuestro? ¿En serio? Qué poco original.

—Original o no voy a hacer lo que quiera contigo y después devolver tus piezas por una suma millonaria.

—Sigo sin entender el motivo de semejante idiotez, la verdad ¿Qué te hice? Porque no lo estaría recordando, no le encuentro sentido a todo esto.

—¿No lo recuerdas?

—Solo te rechacé, nada de otro mundo pedazo de mono subdesarrollado.

—¡Me rechazaste y humillaste frente toda la universidad! ¡Me diste la espalda! ¡Yo podría haber cuidado de ti y haber adoptado a ese niño como mío!

Jimin río descaradamente. —¿En serio? ¿Todo esto por un capricho que no te pudiste dar? No eres nadie para reclamarme, me dejaste solo y miraste para otro lado cuando DongHan me dejó destrozado en el piso, cuando fui objeto de burlas y humillaciones tú no estabas ahí, volviste tres meses tarde cuando me enteré de un embarazo que no deseaba y mi lobo hizo lo que le pareció correcto ¡No quería ese cachorro! ¡Lo aborte! —canturreo y volvió a reír. —No me arrepiento en lo más mínimo —el alfa lo miraba molesto, estaba enojado y eso alentó más a Jimin. —Siempre supe que tienes una mente perversa, jamás hubiese estado contigo.

—Ahora eso no importa, haré lo que quiera contigo —el alfa sostuvo la mandíbula del Omega con demasiada fuerza y le robó un beso ganándose una mueca de asco por parte del rubio. —Ahora serás mi juguete, tu amigo es inmune a mi voz de mando pero ¿Tú?

Jimin cerró los ojos, a su cabeza se le vino la imagen de Yoongi tocando el piano para Ravn.