Familia.

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Era casi media noche cuando Vegas y Pete decidieron regresar a casa después de la fiesta, el baile y la cena estuvieron estupendos y haber compartido de esta manera con Vegas fue exquisito. Pete se sentía como Cenicienta regresando a media noche y no porque su carruaje se convierta en calabaza, si no mas bien porque dejó a dos niños en casa. Sonrió para si mismo. - ¿Por qué sonríes? – Vegas cuestionó abrazándolo por la espalda justo ahí, en la puerta.

- ¿Cómo sabes que estoy sonriendo? – Pete detuvo sus movimientos y solo se dejó abrazar.

- Puedo ver a través de ti, ¿Qué te pareció el evento? –

- Estuvo divertido, mas divertido que ver la cara de Jay perder en la subasta. – Pete sonrió más cuando recordó cómo su ex amigo se quejaba por no haber ganado ese viaje.

- ¿Te emociona mas el viaje o haberle ganado? –

- Quería desde hace un tiempo llevar a Phayu a un viaje, pero saber que pude darle un toque de humildad a ese omega engreído me satisface mucho. – Seguían abrazados mientras hablaban.

- ¿Te cae tan mal? – Vegas lo giró en sus brazos y lo miró a los ojos, Pete se sentía caer nuevamente en esa mirada.

- El fue mi mejor amigo mientras estaba estudiando, éramos muy unidos los tres, pero después descubrí que era el amante de Tem mientras aún estaba casado conmigo. – Pete sintió los brazos de vegas apretarlo un poco más.

- ¿Aun te molesta que estén juntos? –

- Dejó de molestarme desde hace tiempo, no eran celos o algo por el estilo, fue la mentira y la traición de mi mejor amigo, me mentía a la cara cada vez que cuestionaba ciertas actitudes de ambos. –

- Ya veo. – Vegas aflojó un poco el abrazo.

- ¿Estás celoso? – Pete sonrió, quería jugar con fuego, amaba quemarse con este alfa.

- Por supuesto, tengo celos hasta del aire que respiras. – Vegas lo besó y su mundo se detuvo, era posesivo, pasional y nada podía compararse con los segundos que duró ese beso, Pete sabía que su alfa podía reclamarlo cuando quisiera, pero a la vez que lo poseía también le daba libertad y su centro de gravedad no se movía cuando estaba con Vegas.

- Oh por cierto... - Detuvo el beso, por increíble que parezca, para preguntar algo importante. – ¿Irás con nosotros al viaje? –

- Pensé que nunca lo preguntarías, de todos modos, pensé sorprenderte ahí. – Pete inclinó la cabeza, la manera de actuar de Vegas siempre lo sorprendía, le daba su espacio, pero a la vez poseía la iniciativa que todo alfa posee con su omega, quería poseerlo, instinto que no podía suprimir por naturaleza.

Pete iba a responder, pero la puerta se abrió y un somnoliento Porsche salió al pasillo. - ¿Ustedes entrarán en algún momento o piensan quedarse hablando en la puerta? –

- Porsche, creí que estarías dormido. – Pete salió de los brazos de Vegas y pudo notar los ojos rojos de su amigo, se moría de ganas de preguntar.

- Tengo toque de queda, debo volver a media noche. – Su amigo jamás se comportaría de ese modo, era muy exigente con su libertad, cada vez había más señales de que algo le pasaba.

- ¿Cómo vas a volver? –

- Vendrán a traerme. – Antes de salir había establecido que su hora de regreso sería antes de medianoche, solo que Pete supuso que su amigo se quedaría a dormir.

- Porsche... ¿Está todo bien? –

- Claro que si... yo... - Su amigo no sabía que responder, Pete estaba seguro que cuando se sintiera listo le diría todo, solo que no estaba preparado para esta faceta de Porsche. Entraron los tres al apartamento.

- ¿Porsche? Sabes que me puedes decir cualquier cosa. – Mientras Porsche recogía sus cosas, Vegas se mantenía al margen, Pete necesitaba un tiempo a solas con su amigo.

- Lo sé, te veo otro día. – Se despidió de su amigo y al girarse a ver a su novio solo pudo suspirar.

- ¿Esta todo bien? – Vegas podía sentir la tensión y Pete no lo culpaba por sentirse incomodo.

- Supongo que me lo dirá cuando se sienta listo ¿Vas a quedarte? –

Vegas se acercó a Pete nuevamente. - ¿Quieres que me quede? – La privacidad siempre fue prioridad para Pete, no molestar o confundir a su hijo fue siempre su primera intención, pero estaba cansado de tener a Vegas solo cuando podía, como si lo que hicieran fuera algo malo.

- Quiero que te quedes. – Pete beso la comisura de la boca del alfa y sonrió.

- Esta bien, iré a ducharme mientras revisas a tu hijo. – Pete suspiró "también es tu hijo" no podía más con este cargo de conciencia, pero no sabía cómo comenzar, además Vegas ya se dirigía al baño.

Fue a revisar que todo estuviera bien, Phayu dormía placenteramente y después de una ducha se unió a Vegas en la cama, solo tenerlo abrazándole era reconfortante. Podía sentirse seguro y confiado, habían pasado por mucho mientras aun eran desconocidos, pero podía dejar eso en el pasado si todas las noches fueran como ésta. - ¿Vegas? –

- ¿Ummm? – Los brazos de vegas nunca lo soltaron y el calor corporal de ambos ya se había mezclado en uno solo.

- Hay algo que debes saber... - Pudo sentir la respiración de su alfa sobre su sien y como los latidos de su corazón combinaban con los de su novio.

- Phayu... - En ese momento entró el niño a su habitación y con su mano en un puño pequeño rascaba uno de sus ojitos.

- ¿Mami? – Pete sintió verdadera ternura al verlo al pie de la cama, se giró y se soltó del abrazo de Vegas, extendió sus propios brazos para indicarle que podía subir, Vegas no dijo nada.

Con la mirada fija en Vegas mientras phayu se acomodaba a su derecha y Vegas a su izquierda en la cama, Pete pensó que quizá su alfa se sentiría incomodo, pero Phayu ya estaba dormido nuevamente en sus brazos. - ¿Te incomoda? –

- ¿Por qué? ¿Por tener que compartirte con tu hijo? Para nada, al contrario, me siento extrañamente bien. – Vegas lo abrazó nuevamente por la espalda y el cuadro perfecto que hacían le hizo doler las entrañas, de alguna manera se imaginaba la imagen en su cabeza; Phayu en sus brazos y Vegas sosteniéndolos a ambos, como una hermosa familia, como la familia que debieron ser siempre. 

***
A la mañana siguiente iban los tres en el auto de Vegas, una Ford Ranger del año, Pete llevaba a su hijo en brazos mientras conducían a la escuela de Phayu, después dejarían a Pete en su tienda y Vegas se reuniría con su detective, había obtenido más información y le gustaría ampliar lo que ya sabía con la nueva información. - Estás muy pensativo. - Pete le dijo.

- No es nada de que preocuparse, pasaremos la próxima semana en Phuket. - Vegas sonrió, pero en su mente persistía algo que debía aclararse.

- Será divertido ¿Verdad Phayu? -

- Siiiii - Gritó alegremente el niño en los brazos de su amado Omega.

- Por cierto ¿Cuando es el cumpleaños de Phayu? Quisiera festejarlo. - Vegas había tomado a Phayu con cariño y quería pasar las fechas importantes con él.

- ¡Oh mami la escuela! - Phayu los interrumpió.

- Iré a dejar a Phayu y volveré. - Después de regresar el tema quedó olvidado y después de despedirse de Pete en su tienda, llegó a su oficina y el detective ya lo esperaba.

- Khun Vegas ¿Necesitaba algo más? -

- Si. - Lo hizo pasar a su oficina y fue a sentarse en su silla ejecutiva, continuaba pensativo, sobre todo lo que Pete le había dicho. - Hay algo que me gustaría saber. - El detective asintió y escuchó atentamente las indicaciones, si lo que sospechaba era verdad rodarían cabezas, en esta vida, la anterior o la siguiente nadie podía meterse con su Pete y salir impune.

RecuérdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora