Debajo de la lluvia dos corazones se abrazaron, debajo de la incesante lluvia el amor que una vez fue opacado por el pasado, ahora se sentía real, incapaz de soltarse el uno al otro, Pete ignoró su propio sufrimiento y levantó su rostro, los ojos profundos de Vegas los observaron antes de capturar sus labios en un beso profundo que le llegó al alma.
¡Dios! Como lo extrañaba, los pensamientos de Pete fueron apagados cuando las manos de Vegas rodearon su cintura y lo apretaron a su cuerpo, toda la intensidad de Vegas le hacía sentir cálido y protegido, contrario a lo que pensaba en un principio, creyó que podría mantenerse alejado, que podría olvidarlo y seguir adelante, pero que equivocado estaba.
Pete abrió la puerta de su habitación, después de salir de la lluvia decidieron despedirse de todos y ambos se encontraron en el estacionamiento de su apartamento, vinieron por separados después de que Pete le diera la dirección de su edificio a Vegas. Justo cuando cruzó la puerta Vegas quien no había hecho contacto físico con él le dijo: - ¿Estás seguro? Ten en cuenta que si entro a tu casa no habrá vuelta atrás, serás mío y yo seré tuyo y no miraremos al pasado nunca más, no pienso soltarte. –
Pete sabía lo que quería decir, sentía lo mismo, estaba cansado de llevar su pasado a cuestas, Vegas sería para él y Pete no podía estar mas seguro de nada en su vida como lo estaba ahora. – Pasa. – Fue todo lo que dijo y nada mas poner un pie en su casa Vegas lo abrazó tan apretado como si quisiera fusionar sus almas. Quizá eran almas gemelas que anhelaban volver a estar juntas, no lo sabría nunca, pero Pete necesitaba ese abrazo.
- No tienes ni idea de lo mucho que te he anhelado. – Vegas le dijo antes de besarlo por tercera vez en la noche, eran casi la media noche y la ropa empezó a molestarle.
Pete los dirigió a la habitación principal en medio del beso, la ropa iba saliendo y quedando desperdigada por todo el lugar. La necesidad de piel era abrumadora. – Ah Vegas. – Pete se ahogaba con los besos y las caricias, las manos de Vegas estaban por todos lados y su cuerpo era un mar de sensaciones.
Llegaron de alguna manera al pie de la cama y ambos con la escasa ropa que quedaba se separaron un instante para observar, Pete no sabía qué buscaba Vegas, pero la forma en que lo miraba le encendía aún más, este hombre pensaba devorarlo y Pete ansiaba eso.
Se recostó de espaldas sobre su cama y fue arrastrándose hasta la cabecera, Vegas lo seguía como un tigre sigue a su presa, Pete era la presa. Vegas se colocó entre sus piernas y comenzó a lamer su cuello, el olor de su cabello llenaba sus fosas nasales, era el olor de un hombre, sus sentidos se activaron y comenzó a retorcerse por las caricias del alfa.
Las manos de Vegas pasaron de sus costillas a su trasero y acariciaron por encima de la ropa interior. – Desde que te vi hoy quería arrancarte la ropa y tenerte así, solo para mí. – Sus piernas fueron levantadas para rodear la cadera de Vegas y de esa forma poder sentir toda la hombría del hombre que estaba sobre él.
Comenzó a imitar los movimientos de Vegas, recibía cada estocada con la misma intensidad del alfa hasta llegar a un punto que no pudo soportarlo más. – Ahhhh vegas por favor. – Aunque no sabía porqué suplicaba, lo que estaba haciendo Vegas era delicioso.
- Lo se. – Vegas de alguna manera entendió la necesidad que lo agobiaba y le quitó la última prenda de ropa interior, quedando desnudo frente al alfa que se alzaba sobre sí.
Vegas lo miró por unos instantes antes de inclinarse y besar desde su cuello hasta el pezón izquierdo, lamió y succionó hasta que Pete sintió escalofríos. – Ummmmm – Gimió Pete de puro placer, Vegas sonrió para si mismo.
Hizo lo mismo con el otro pezón y pasó directamente al ombligo, más abajo su miembro suplicaba erecto algo de atención. Vegas entendió eso y con una de sus manos comenzó a acariciarlo, mientras que con la otra fue jugando con su entrada. Con dos dedos intentó entrar en la humedad y comenzó a moverse hacia adentro y hacia afuera. – Estas tan húmedo solo por mis besos y caricias. –
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Recuérdame
Hayran KurguRecién divorciado y con un hijo, Pete conoce a un enigmático alfa y durante una noche se pierde en el deseo y la pasión que nunca tuvo con su exesposo, una noche que para Pete será de las que no se deben repetir, sin saber que el alfa con quien pasó...