18 - Sonrisas

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Le conté a Dylan todo lo que Ryder me había dicho, y él se enojó muchísimo con la locura que querían hacer. Cuando Ryder me dijo que aún no volveríamos a Sitne, me llené de tristeza. Al preguntarle el por qué, me asusté al escuchar la respuesta.

Una parte de mí sabía que ellos eran geniales en las batallas, que eran astutos y difíciles de detener. Sin embargo, también comprendía que los oscuros no eran fáciles de vencer, y estos eran más despiadados que el propio Arshell. Igualmente me preocupaba que Ryder tuviera esa marca; el actual campeón era con más desventajas.

En unos días sería el Torneo Universal, mucho más pronto de lo que creíamos. Al no poder volver a Sitne, decidimos ir a los Valles Soñadores, necesitábamos la tranquilidad que nos daba ese pueblo. Y, como Dylan ya podía caminar, Aurora lo llevó a su casa.

Pasaron algunos días, pero nosotros estábamos tan alejados de todo que no sabíamos mucho de lo que había ocurrido. Tal vez así era mejor, habría más estrés si nos hubiéramos llenado de más información.

Esa mañana, me levanté temprano. Veía a Andrew entrenar a Milo, quién insistía en no querer ir al Torneo este año. Le enseñaba cómo usar bien la fuerza en los puños, yo los miraba atentamente porque sabía que un día me tocaría a mí.

Entonces noté que, a lo lejos, se veía alguien junto a la Lluvia Pálida. Comencé a caminar lentamente hacia el campo, poco a poco fui viendo que era Ryder. Al darme cuenta, aceleré el paso para llegar hacia él.

La planta ya estaba el doble de como yo la había dejado, hace unos meses. Estaba hermosa, totalmente viva y perfecta.

De repente, vi que los pequeños Kesh estaban jugando en el árbol. Saltaban de una rama a otra, tratando de volar mientras hacían caer al otro. No sabía si eso le gustaría a Ryder, así que me apresuré a bajarlos de allí.

- Anneliese - Él me tomó del brazo - Tranquila, déjalos... A Ryan no le molestaría.

- ¿Tú eras el hermano mayor? - Le pregunté cambiando el tema.

- No - Se acercó al árbol y tocó el tronco suavemente - Mi madre y Riley lo han cuidado muy bien, y me padre no lo ha dejado secarse.

- Está lindo - Susurré.

- Perdón por solo haber venido a buscar fuerzas, Ryan - Bajó la mirada - Prometo venir más seguido. Mi corazón ya está mejor.

- ¡Chicos, vinieron! - Gritó Andrew.

- ¿Quienes? - Pregunté.

- No lo sé, vamos a ver.

Nos alejamos de la planta y nos acercamos a la casa, los chicos ya no estaban allí ¿Vinieron? ¿Por qué Andrew se mostró tan feliz? Sí tuve un pequeño sentimiento de emoción, una sorpresa feliz venía bien en momentos como estos.

Ryder y yo entramos a la casa y nos dirigimos a la sala. Se escuchaban muchas voces, pero no se entendían que decían y mucho menos yo entendía quienes las emitían.

Él fue el primero en entrar (y qué bueno). Una criatura azul oscuro lo tomó por sorpresa, saltó sobre él y lo hizo caer hacia atrás. Yo me eché para atrás rápidamente antes que me cayeran encima.

- ¡Ryder!

- Hola, Better, es genial verte - Le sonrió - ¿Te puedes bajar de mí? Estás pesado, ya no eres un cachorro.

- Claro - Él se movió, yo me reí sutilmente. Entonces él notó mi presencia - ¡Annie!

- ¡Better, cuidado! - Le gritó Milo para que no me hiciera lo mismo que a Ryder.

El Planeta Poderoso #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora