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El día en que Zero iría a almorzar con la familia Kuran, la mansión estaba completamente convulsionada. Los sirvientes corrían de aquí para allá, y de allá para acá.

Yuuki se había cambiado ya tres veces, le habían hecho dos peinados y aun así la joven estaba completamente insegura, quería captar toda la atención del invitado.

- Hija, eres hermosa - dice Juri para calmarla - El joven Zero pronto estará a tus pies -

- Madre, el es un hombre increíble, ya viste ese día del baile, todas van tras él. Pero yo debo ser la que triunfe -

- Y lo harás, hija.  Bien sabes que eres toda una princesa, pero debes mantener la calma -

- Lo haré, madre -

Mientras el caos reinaba por todo el lugar, Kaname miraba desde su ventana al jardín y se preguntaba que era lo que acontecía. Con algo de curiosidad y también temor se acercó hasta el salón principal. Sus padres estaban allí.

- ¡¿Qué haces fuera de tu habitación?! - le increpa Juri

- Nada, madre... solo me preocupe al ver tanto movimiento en la mansión

La mujer sintió que su sangre hervía al oír como le había llamado ese asqueroso ser. Haruka se acercó al joven con su usual brutalidad y lo dejó de bruces en el suelo con la gran bofetada que le propinó.

- No vuelvas a llamarla así, ya es bastante desagradable saber que vives bajo nuestro techo, para más encima oír que la llamas así. Las criaturas como tú no tienen madres, ni padres. Sólo trata de morirte pronto -

Kaname salió corriendo, no era la primera vez que Haruka le golpeaba, pero eso no dejaba de ser doloroso en todos los sentidos.

Al llegar a su cuarto se lanzó a su cama, para darse cuenta que nuevamente estaba empapada. ¿Por qué lo odiaban tanto? ¿Por qué la vida era tan difícil para él? ¿Qué pecado estaba pagando?

El mayordomo de la casa se acercó a él, y con una infinita compasión acarició sus cabellos.

- Señorito, calmese mandare a que cambien las cobijas -

- Gracias, pero... ¿Qué hice de malo? No entiendo  -

- Nada, usted no ha hecho nada malo. Es este mundo el que está mal - dice el hombre - Usted es un buen niño -

Kaname limpio su rostro, no entendía porque le pasaban esas cosas. Si era un buen niño, porque sus padres le odiaban tanto, él no tenía la culpa de haber nacido con esa condición, nadie quería nacer siendo un varón omega, pero nacían así y eso era peor que la muerte. Una vez más calmado Kaname tomó uno de los libros que reposaban en el viejo escritorio de su habitación.

La llegada de los invitados hizo que todos los sirvientes corrieran aún más. 

Yuuki estaba feliz de ver a Zero en casa de sus padres, aunque se vio algo desilusionada al verlo llegar con su mejor amigo, Takuma y con Kain Akatsuki, quien se mostraba muy interesado en la joven.

Todos almorzaron amenamente, la conversación del señor de la casa era estimulante para los jóvenes, el hombre era muy culto y aunque era mayor que los muchachos, no era un santurron como muchos de los hombre mayores de sociedad.

En tanto Yuuki hacia todo por llamar la atención del peliplateado, pero no tenía mucho éxito.

- Los jóvenes deberían merendar acá - dice Juri - Mi esposo y yo ya estamos algo cansados - y sonriendo hermosamente - Ya somos mayores, pero ustedes son jóvenes aun. Podrían tomar el té en el jardín hoy es un día espléndido -

- Me encantaría, pero tengo obligaciones que atender - se excusa Takuma

- Es una lástima que se tenga que ir - dice Yuuki - Espero que usted no tenga compromisos previos - y tomándose del brazo de Zero, mira a Kain - ¿Y usted, nos acompañara a merendar? -

- Por supuesto, señorita Kuran -

El matrimonio Kuran se retiro, Juri fue hasta su saloncito a dedicarse a tejer para los niños huérfanos, mientras su esposo pidió su carruaje para salir rumbo al club de caballeros.

Kaname despertó a la hora de la merienda, se había quedó dormido luego de terminar de leer, sabía que no podía acercarse a los salones o al jardín, por lo que aprovecho que nadie en esa casa se interesaba por los libros y fue hasta la biblioteca.

Estaba fascinado con la lectura cuando escucho pasos, como siempre el mayordomo le iba a dejar algo de merendar a esa hora, no le prestó mucha atención, su libro era increíblemente interesante, no quería dejar de leer.

- Ese libro es muy bueno - escuchó una voz masculina que no era de su mayordomo

- ¡Ah! - Grita asustado dejando caer el libro

- Perdón. No quise asustarlo -

Kaname era incapaz de hasta respirar. Su existencia era el secreto mejor guardado de la familia Kuran, y ahora un desconocido lo había visto. Si sus padres se enteraban, lo iban a moler a palos. Aún recordaba cuando siendo apenas un niño de cinco años le había dicho a uno de los lacayos de la casa que él era el hijo mayor de la familia, había tenido que estar más de seis meses en cama después de aquella paliza propinado por su madre, había sido tal la brutalidad de la mujer que incluso Haruka lo había defendido.

- Estas pálido ¿Te sientes mal? - dice acercándose a él  - Voy por ayuda - dice Zero dando media vuelta

- ¡Nooo! - Atinó a decir con una voz aterrorizada

- Estas pálido y no dejas de temblar -

- Soy así - e intentando sacar la voz - Se lo ruego señor, no le diga a nadie que me vio -

- Esta bien. Pero en verdad no te ves bien -

En ese momento Yuuki entró a la biblioteca llamando a Zero. Y Kaname volvió a temblar por completo, pero a pesar del pavor que sentía por su hermana se acercó al hombre y se atrevió a tomar el puño de la camisa del joven frente a él.

- Se lo vuelvo a suplicar, no me delate  - y acto seguido se oculto tras unos viejos estantes de libros. Zero al ver llegar a la joven levantó el libro del suelo.

- Estaba preocupada por usted, mi señor Kiryu -

- Le pido disculpas por mi atrevimiento,  vi esta magnífica biblioteca y no pude evitar entrar - Yuuki lo miraba algo desconcertada - Incluso saque un libro -

Yuuki miró el libro con el fastidio que generalmente le generaba la lectura. Luego sonrió y se fue aceptando el brazo del peliplateado.

UN PRÍNCIPE MUY AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora