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El escándalo fue monumental, todos hablaban de la familia Aidou y de cómo habían podido engañar a toda la sociedad. El cabeza de familia salió a desmentir las acusaciones y culpó de todo a su hijo, ese niño era el mal personificado, era un omega lascivo que le había engañado y que lo menos que merecía era el sufrimiento eterno y que él no dudaría en dárselo.  En un comienzo Hanabusa pensó que su padre sólo decía esas cosas para defender el buen nombre de la familia, pero que no podía ser verdad. Sus padres lo amaban, se lo habían dicho tantas veces, se lo habían demostrado y se lo habían dicho a tantas personas que el jovencito en cuanto se sintió mejor se dirigió a su casa, en compañía de Zero y la madre de este.

- ¡¿Qué haces aquí?! - grita el jefe de familia

- Padre, volví a casa -

- Esta ya no es tu casa, desaparece de mi vista o atente a las consecuencias - dice el hombre bajando las escalas para llegar junto a los recién llegados

- Papá,  tranquilo. No es necesario aparentar nada, la familia Kiryu no nos juzga por mí condición - dice sonriendo y acercándose para abrazar a su padre.

- ¿Aparentar? - y soltandose de su hijo - Yo no aparento nada, en verdad me resultar repulsivo, que asco haber criado a una criatura lasciva como tú.  No sabes lo vergonzoso que es que tengas mi sangre por tus corrompidas venas  -

- Papá ¿Qué estás diciendo? - Hanabusa no entendía nada. Su padre no podía estar hablando enserio

- Ahora fuera de aquí si no quieres que te mande a la región olvidada -

El joven tembló al oír eso, ser desterrado a la región olvidada o perdida como le llamaban, era peor que la muerte. Nadie salía con vida de allí,  nadie jamás nunca había vuelto de ese lugar.

- Sí la honorable familia Aidou no se hará cargo de su hijo, la familia Kiryu lo hará - habla la mujer - Es una lástima que su corazón no encuentre una pizca de ese falso amor que alguna vez le profeso a su primogénito -

Hana lloraba desconsolado de pie al costado derecho de la mujer, que no dudo un solo momento en defenderlo y protegerlo.

Por algunas semanas el escándalo fue la comidilla de la sociedad, todos hablaban de lo sucedido y más de uno apunto sus críticas a la familia Kiryu, y la forma en que le dieron la espalda a la sociedad y acogieron en su seno al desvergonzado.

Tres semanas después Zero volvía a la cuidad, había tenido que viajar por negocios y volvía una semana antes de lo programado, le preocupaba el joven Aidou, pero también el hermoso joven de cabellos castaños.

Takuma y Kain tomaban una copa en el club de caballeros cuando Zero llegó.

- Amigo - le saludo Takuma tan amable como siempre - No pensé que vendrías aquí -

- ¿Por qué no vendría? Soy un socio con sus cuotas al día? -

- Claro,  nadie duda de eso - interviene Kain dándole un fuerte apretón de manos  - Pero después de lo ese chico... -

- Ustedes también dirán que mi madre y yo estamos locos por ayudar a ese joven -

- No diría que estas loco, pero si es algo poco usual - dice Takuma intentando no ofender a su amigo

- Debes reconocer que lo que ustedes hicieron no lo habría hecho nadie - dice Kain - Es arriesgado - Y sonriendo socarronamente - Ahora si tu interés es por saber que se siente dominar a un omega, te entiendo - y ríe finalmente

- ¡Claro que no es por ese motivo! - responde muy ofendido

- Vamos que no es para tanto - ríe Takuma también - Todos hemos probado el sexo con esos animales lascivos, pero como caballeros no podemos andar contando eso por allí -

- ¿Animales? - Zero se estaba asqueando de solo escucharlos hablar - Son personas, igual que tú o yo. No puedes ser de mente tan estrecha, Takuma -

- Soy realista. Puedo ser tolerante en muchas cosas, pero no soy tan iluso como tú.  Sé como funciona el mundo y quieras o no los omegas varones son errores de la naturaleza, podrán tener apariencia humana, pero no lo son. Si lo fueran sabrían lo que es el decoro, el recato y la moral -

- Moral... ¿Cuál moral? La que todos los caballeros de este club dicen tener. Hombres casados que buscan sexo con terceras personas, señores que desprecian a sus hijos por el simple hecho de nacer siendo diferentes. Si esa es la moral, me declaró inmoral -

Y dando media vuelta salió del club para no regresar nunca más.

En tanto en la mansión Kuran las cosas no pintaban muy bien para Kaname, con el escándalo de la familia Aidou, sus padres temerosos de que se supiera de la existencia del joven decidieron sacarlo de la casa principal y encerrarlo en un antiguo granero.

Kaname ahora si estaba aislado de todo, ni siquiera el mayordomo podía verlo, lo único que podía hacer por el joven era llevarle comida, abrigo y libros.

- Joven Kaname - le decía el hombre tras la puerta del granero - Le prometo que encontraré la manera de sacarlo de aquí -

- Esta bien. Tío Kaien, yo estoy bien. El granero es mejor que la torre -

Al hombre se le patio el corazón al oír eso. Aún recordaba cuando Kaname siendo apenas un niño de seis años había sido encerrado en el desván, por más de seis meses en la más absoluta oscuridad.

- Le traeré más libros y otra  linterna por la tarde -

- Gracias - responde feliz el joven

Pero esa tarde el hombre no había podido cumplir con su palabra. La familia recibía la visita de aquel excéntrico alfa que según los señores de la casa, sería el futuro esposo de la señorita Yuuki.

En ese momento el hombre supo como podía ayudar a Kaname, y no era dándole de comer a escondidas de sus señores. Tenía que conseguir que ese hombre poderoso supiera de la existencia de Kaname y lo sacara de ese infierno donde el joven se estaba consumiendo.

UN PRÍNCIPE MUY AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora