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Cross miraba con espanto la marca que tenía su joven Kaname en el cuerpo.

- ¿Esta muy enojado conmigo? - pregunta fatalmente asustado de la reacción del sirviente

- No estoy enojado, pero esto no es bueno - dice al momento que se acercaba al jovencito

- ¿Por qué? El joven Zero me ama y yo también -

- Un omega marcado. No conozco a ninguno que haya sido feliz - y acariciando los cabellos del jovencito - No sabe cuanto deseo su bien. Lo amo como si fuera mi hijo -

- Entonces alégrese por mi felicidad - le responde Kaname sonriendo

Cross le sonrió no podía enojarse o demostrarle preocupación después de ver al fin una sonrisa en el rostro del jovencito. Meneó el castaño cabello a modo de una afectuosa despedida y volvió a su trabajo. Ese día fue especialmente melancólico para el hombre. Ver la sonrisa de Kaname le recordó la sonrisa de Rido.

Rido sonreía feliz comiendo unas galletas en la cocina mientras Kaien Cross terminaba de ordenar la correspondencia del día.

- Sí - Responde molesto el mayordomo

- Sigues molesto con el Amo -

- No debió casarse con esa mujer. Y no entiendo como tú estas tan feliz -

- La señora Juri no es una mala persona. Ella aceptó que yo siguiera viviendo aquí sin tener que separarme del amo. Si fuera una mala mujer estoy seguro que me habría mandado muy lejos de aquí -

- Puede ser, pero... -

- Ella es bondadosa, lo sé. Me permite seguir en la habitación del amo y... -

- ¿Y qué más? - Pregunta algo celoso de la forma en que el jovencito defendía a la mujer

- Y dijo que mi bebé podría llevar el apellido Kuran, como si fuera un hijo legítimo -

A Cross se le cayeron las cartas de la bandeja de la impresión, él no tenía ni la más mínima sospecha de que el omega estuviera en estado.

- ¿Esperas un hijo del señor? -

- Si - responde rojo de la vergüenza y descubriendo su cuello le dejó ver la marca que portaba - Sabes que a la primeras persona que le quería contra después del amo es a ti, pero la señora se dio cuenta antes, de hecho lo notó antes que yo -

- ¿El señor lo sabe? -

- No. Cuando vuelva de su viaje se lo diré -

- Pero el señor, vuelve en tres meses - y mirándolo lleno de temor - Debes escribirle, él debe saber y volver cuanto antes, eres un omega y necesitarás de tu alfa en estos momentos -

- Lo sé,  pero la señora dice que ella me puede ayudar, además el amo, esta trabajando duro, no puedo pedirle que vuelva, es importante para él recuperar las tierras que eran del antiguo señor -

- Pero más importante es este hijo - y acercándose al jovencito - ¿Puedo tocarlo? -

Rido no respondió con palabras, pero tomó ambas manos del mayordomo y las puso en su plano vientre.

- Este es mi pequeño universo - dice mirando al mayordomo - El es Kaien Cross, es algo gruñón, pero es una muy buena persona, ya veras que cuando estés acá afuera él te va a consentir al igual que tú papito, la señora Juri y yo. Señor Cross le presento a mi amado Kaname -

- Es un gusto conocerte pequeño Kaname, no sabes lo feliz que me hace saber que estarás pronto con nosotros. Y te prometo con Dios como testigo que te cuidaré y protegeré siempre -

Los gritos de Juri sacaron a Cross de sus recuerdos. Se apresuró y subió las escalas que daban a la habitación de Kaname.

- ¡Basta madre! - grita Yuuki interponiéndose entre su madre y su hermano - No le parece que ha sido mucho ya, es su hijo, no un simple peón, para ser tratado de esta manera tan cruel -

- Hija, eres demasiado inocente para entender lo que ha hecho este desvergonzado -

- ¿Qué puede ser tan malo? Kaname se la pasa encerrado en esta habitación -

- Pues encerrado y todo, ha traído la desgracia sobre esta casa. Es un perdido, se ha entregado a un hombre, ha mancillado el honor familiar -

- Eso es imposible. Aquí no ha entrado ningún hombre... - En ese momento Yuuki recordó la visita de Zero y volteando para ver a su hermano a los ojos  - Kaname, eso no es verdad ¿O sí? -

- Yo no he hecho nada de lo que nuestra madre dice, yo no me entregado a nadie, lo juro -

- Lo Juras y esta marca - dice rasgando la ropa del castaño - Probablemente estés hasta preñado -

La bofetada resonó por toda la casa. Kaname no podía creer lo que veía, Yuuki lo había protegido y había recibido de lleno la bofetada manchando su fino vestido con la sangre que caía desde su nariz y labio.

A los pocos minutos Haruka llegó a la habitación y en cosa de segundos todos los sirvientes abandonaron el lugar. Yuuki fue enviada a su habitación castigada por haber levantado la voz a su madre y el matrimonio discutía el futuro de Kaname.

- Prepara tu equipaje. Te irás a la hacienda del sur - decreta Haruka - No quiero más problemas. Desde que naciste solo me has traído problemas. Eres un chiquillo infernal -

- ¡A la región olvidada, deberíamos enviarlo! Junto a todos esos perdidos, ese lugar le corresponde -

Kaname solo podía llorar, fuera donde fuera estaría solo, fuera a donde fuera Cross no podría ir con él y lo peor era que fuera donde fuera no podría ver a Zero.

La partida de Kaname fue triste, Cross no podía dejar de llorar, sentía que había fracasado, no había sido capaz de cumplir su promesa. Les habia fallado a ambos, a su querido amigo y a ese que era como un hijo para él. 

Por su parte Haruka se sentía cada día más miserable, ver partir a Kaname, le recordó cuando dieciocho años atrás Rido partía de esa misma mansión a vagar por las calles cargando en su vientre a su pequeño universo.

UN PRÍNCIPE MUY AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora