Recomendación de lectura: Granade -Bruno Mars
Cada minuto que pasaba se le hacía una eternidad. Era inevitable que comenzara a caminar de un lado a otro sintiéndose enclaustrada e inútil.
—¿Quieres quedarte quieta? —preguntó Kei igual de molesto.
—No puedo evitarlo —exclamó sin detenerse—. Esta es la primera vez que veo cómo se manifiesta el suero, y... —Suspiró—, la verdad no sé qué esperar.
Seguía caminando con miradas ocasionales a la cápsula, ansiosa de ver resultados sin saber si ocurriría un desastre o todo lo contrario. Kei, harto de su actitud, la tomó abruptamente del brazo y la colocó a su lado esperando que se calmara de una vez.
—¡Auch! —exclamó al agarre tan tosco—. Kei, me lastimas.
Kei no respondió, solo la soltó sin ningún rastro de otra emoción que no sea su hartazgo hacia ella, aun sin mirarla a los ojos, pues sabía lo mucho que los repudiaba. Kat solo suspiró y se quedó quieta temerosa de que eso fuese a costarle su simpatía y decidiera no volver a acompañarla a Krei-Tech... o a cualquier otro lado. Tanto que trataba de ignorar el rastro de la presión que ejerció en su brazo.
Abrió la boca a punto de disculparse cuando un pitido proveniente de una máquina que parecía un monitor cardiaco llamó la atención de ambos.
—¡Señor, el pulso del sujeto se está desestabilizando! —gritó uno de los científicos de bata blanca frente a una de las miles de máquinas alrededor de la cápsula.
Todos se sorprendieron cuando dieron otro vistazo a la joven dentro de la cápsula, Al ver lo que sucedía ahí dentro, muchos se quedaron helados y otros no hacían más que moverse a toda velocidad tratando de arreglar lo que sucedía sin tener idea de cómo hacerlo. Solo podían verla retorcerse desde afuera. Sus ojos se volvieron rojos y su dentadura se volvió más afilada de lo normal. Nadie sabía que estaba pasando. No habían visto síntomas o habilidades parecidas en lo que llevaban de este proyecto, y tratar de controlarlo era en vano.
No podían reconocer a la misma chica que metieron hace diez minutos con la nueva apariencia que tenía. Su ropa empezó a desgarrarse, sus extremidades cambiaron de forma y crecieron doblando su tamaño. Pelo blanco con líneas rojas apareció por todo su cuerpo y su rostro se había alargado, además de que le crecieron, no una, sino dos colas.
En lo que la mayoría entraba en pánico, Alexander Murphy solo veía maravillado a su creación en el interior de la cápsula. Se veía molesta, como si estuviera siendo amenazada por cada uno de los presentes fuera de los cristales que la encerraban.
Una vez estable, empezaba a gruñir y a golpear el cristal tan fuerte que le hizo una grieta. Los gritos no se hicieron esperar. Científicos corrían asustados sin saber qué hacer cuando el cristal se quebró por completo dejando un agujero lo suficientemente grande para que pudiera salir.
Katherine retrocedió presa del miedo cuando el zorro blanco empezó a atacar a quien sea que se atravesara en su camino sin controlar sus nuevos instintos animales. Pero se olvidó del miedo cuando vio a su tío aun observando a su nuevo metahumano fascinado de tener algo nuevo, luego se dio cuenta de que el zorro también lo vio a él, listo para acecharlo y atacar.
Sin pensarlo siquiera, corrió hasta él solo con el objetivo de salvarlo. Tan concentrada que no se dio cuenta de que, cuando el zorro corrió hacia su tío, se las arregló para tirar la cápsula que cayó en dirección a Kei, quien apenas pudo desviarse al saltar un par de metros de donde iba a aterrizar la enorme estructura de cristal que se desmoronó nada más de tocar el piso.
Katherine se puso frente a Alexander como escudo. Alzó su mano y disparó una ráfaga de hielo congelando al zorro por completo, inmovilizándolo y dejándolo en un estado de inconciencia automático.
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Ley de Murphy (Hiro Hamada x OC)
FanfictionEl misterio asecha la cuidad desde que jovenes extraños con habilidades sobrenaturales llamados Metahumanos se pasean por la cuidad con el propósito de parecer héroes, pero a la vez provocan desastres y destruyen todo a su paso. Nuestros héroes te...