Capítulo 13: Un paso adelante

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La alarma sonó estrepitosamente arruinando su escaso momento de sueño donde, después de una horrible y ocupada noche en la que estuvo persiguiendo a una paloma por casi tres horas, se haya mantenido tan alejada de su tan añorada hora de sueño.

Si, una paloma.

Al estar consciente de que el robot de armadura roja pudiera ser más veloz que ella como para perseguirlo, pensó que la opción del dispositivo rastreador sería suficiente para, después de un rato, obtener la ubicación de su guarida una vez que haya acabado su noche de patrullaje. Sin embargo, después de mucho tiempo en esa azotea esperando a que se quedara quieto de una buena vez, solo siguió volando de un lado a otro sin ningún orden, ni siquiera concordaba con las coordenadas que Kei le había dado.

Y después de seguir el rastro en el dispositivo durante tres horas, se había quedado quieto lo suficiente para poder atraparlo en su dichosa guarida. Sin embargo, solo llegó a un estúpido muelle donde encontró una paloma con su dispositivo en el cuello.

Aun podía sentir la bilis de furia acostada en su cama después de haber despertado. No podía comprender cómo fue que había notado el dispositivo y cómo es que lo había puesto en el cuello de una paloma tan sencillamente. ¿En qué había fallado? No lo sabía con exactitud, pero en algo debió de fallar para arruinar su misión otra vez.

Gruñó antes de levantarse de la cama con el peso del fracaso constante en sus hombros. Y como si su día no pudiera empeorar, tenía una cita... es decir, reunión con Hiro para continuar con su proyecto. Y con solo ver el reloj de su celular, corrió para arreglarse al darse cuenta de que ya se le había hecho tarde.

...

El pequeño Rei -o al menos así empezaba a llamarlo Fred- quiso salir de la habitación donde comenzaba a sentirse asfixiado. Necesitaba aire fresco y Baymax no vio razón para negárselo, y esa era la única aprobación que necesitaban.

Una vez fuera pudo conocer al resto del equipo sin sus trajes.

No fue difícil hacer que empezara a confiar, pero todo el tiempo quería estar cerca de Fred, parecía que había encontrado un lugar seguro al verlo tan relajado con toda la situación, incluso se le hacía divertido ver su rostro de asombro cuando usaba sus poderes en cosas cotidianas, como al cargar su teléfono.

Mientras Fred se entretenía jugando y hablando de cosas con Rei en el jardín, todos los veían sentados en una de las mesas como si fueran los adultos responsables de dos pequeños hermanos.

—¿Y cómo rayos le pusiste el dispositivo a la paloma? —preguntó Gogo cruzada de brazos sentada frente a él.

—Créanme, no quieren saber eso —respondió el más joven con una expresión un tanto perturbada, tal vez por el recuerdo.

En los tres años que llevaba como héroe nunca creyó que iba a tener que perseguir una paloma para jugarle una broma a La chica del hielo durante su patrullaje la noche anterior, y mucho menos tener que ponerle un dispositivo rastreador en el cuello para desviar sus planes.

Sabía que era ella, Baymax la había detectado en el momento que se puso detrás de ellos escondida en quién sabe donde. Pudo haberla atrapado en ese mismo instante, pudo encararla y enfrentarla como lo había hecho muchas otras veces, incluso seguirla en su persecusión, pero ahí parado en esa azotea consciente de que ella estaba detrás de él, algo lo detuvo. La voz de la experiencia que sabía que esas otras veces nada de lo que hizo funcionó para atraparla, o su orgullo que le hacía sentir que, de haber terminado las cosas ahí, hubiera sido demasiado fácil.

Ley de Murphy (Hiro Hamada x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora