𝗟 𝗢 𝗦 𝗧 𝗛 𝗨 𝗠 𝗔 𝗡 𝗜 𝗧 𝗬 | THE WORLD IS NO LONGER WHAT IT WAS. HUMANITY IS LOST. NOW YOU HAVE TO TRY TO SURVIVE.
𝗱𝗼𝗻𝗱𝗲 malory grimes asume
el mayor cargo de su vida después
de...
LOST HUMANITY season one; chapter one the world fell apart
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—No, Carl. Lo estás haciendo mal—replicó Malory, soltando un suspiro algo cansado.
Definitivamente, la vida de Malory Grimes había cambiado completamente—por un tiempo, esperaban—pero había cosas que seguían siendo iguales. Desde que los muertos empezaron a caminar con sed de sangre y ganas de comerse a los vivos, ella pasaba sus tardes ayudando a su hermano con sus deberes, pues Lori insistía en que Carl debía seguir aprendiendo cosas.
Ya habían pasado algunas semanas desde que Malory vio a su padre por última vez. Unas semanas desde que lo habían tenido que dejar tirado en el hospital, sin vida. La primera noche, cuando todo se torció, la adolescente recordaba perfectamente el agobio que todos sentían por salir del pueblo e ir hacia Atlanta, donde había un campamento de refugiados.
Claramente no llegaron.
Bombardearon la ciudad, y aunque tenía unas ganas terribles, Malory no se permitió llorar.
—¿Y cómo es? —preguntó el crío con una extrema inocencia— ¿Por qué tengo que estar haciendo esto? Podría estar jugando con Sophia y los demás niños.
Sophia era una niña algo mayor que Carl. Su madre, Carol, era encantadora, pero Ed no lo era tanto. El hombre maltrataba a ambas chicas, y aunque Malory estaba deseando partirle la cara, le había prometido a su madre no hacerlo. Sabía que enfrentarse a Ed podría traer problemas en el campamento, problemas que ninguno de ellos podía permitirse en un momento como este. Sin embargo, eso no quitaba que cada vez que veía a Ed, sintiera un nudo de frustración en el estómago.
—Porque mamá quiere, Carl. Así que, venga, haz esto e irás a jugar.
Malory intentaba sonar paciente, pero estaba agotada. No solo por la responsabilidad de ayudar a Carl, sino por la presión constante de sobrevivir en un mundo que se había vuelto tan impredecible y peligroso. A veces, parecía que la rutina de los deberes de Carl era lo único que le daba a su vida una apariencia de normalidad, una rutina que podía hacer que todo lo demás pareciera, al menos por un momento, como si no fuera tan malo. Pero mantener esa normalidad era agotador, especialmente cuando cada día se levantaba con la esperanza de que las cosas mejoraran, solo para acostarse con la certeza de que no sería así.
