THREE

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Pedri

El sol matutino se colaba por las rendijas de las persianas, iluminando suavemente la habitación. Me desperté lentamente, sintiendo el calor reconfortante de los primeros rayos del día. Me giré y allí estaba Dafne, dormida a mi lado, con una expresión de serenidad que hacía que mi corazón latiera más rápido. La noche anterior había sido más de lo que podría haber esperado.

Mientras observaba a Dafne, mis pensamientos vagaron hacia todo lo que había sucedido la noche anterior. Habíamos hablado durante horas, compartiendo risas, confidencias y, finalmente, dejándonos llevar por la atracción que había estado crepitando entre nosotros desde el principio.

Dafne había mencionado que no quería enamorarse, y parecía determinada a mantener esa promesa. Sentí una mezcla de emoción y calma. No estaba seguro de lo que vendría después, pero sabía que no me arrepentía de nada de lo que había pasado. Decidí levantarme con cuidado para no despertarla y fui a la cocina a preparar café.

Mientras el aroma del café llenaba la cocina, no pude evitar sonreír. La casa estaba en silencio, salvo por el suave sonido de la cafetera. Todo parecía más claro y tranquilo a la luz de la mañana.

Cuando el café estuvo listo, serví dos tazas y volví al dormitorio. Dafne comenzaba a moverse, despertándose lentamente. Al verme con las tazas de café, sonrió somnolienta.

—Buenos días —dije, entregándole una taza.

—Buenos días —respondió, tomando la taza con ambas manos y respirando el aroma del café—. Gracias.

Nos sentamos juntos en la cama, disfrutando del café en un silencio cómodo. La tensión y las dudas que podrían haber surgido se desvanecieron en ese momento.

—Anoche fue increíble —dije finalmente, rompiendo el silencio.

Dafne asintió, pero su expresión se volvió un poco más seria.

—Lo fue, Pedri. Pero no creo que se vuelva a repetir —dijo, mirándome con sinceridad.

Me quedé un poco cortado, sintiendo un nudo en el estómago.

—Pensé que te había gustado —dije, tratando de mantener la calma.

Dafne sonrió, su expresión suavizándose.

—Me encantó, Pedri. Fue increíble, de verdad. Hace tiempo que no tenía sexo así, fue genial, de verdad. Pero no estoy preparada para nada serio ahora mismo —explicó, tomando un sorbo de café.

Sentí un alivio al escuchar eso. No quería presionarla y tampoco buscaba algo serio en este momento.

—Entiendo. Yo tampoco estoy buscando nada serio. Me lo pasé muy bien y estoy contento de que haya sido una noche especial para los dos —respondí, sonriendo.

Dafne pareció aliviada y asintió.

—Me alegra escuchar eso. Creo que podemos seguir siendo amigos. Hay buen rollo entre nosotros y creo que podemos tener una bonita amistad —dijo, mirándome con una sonrisa sincera.

Aunque sus palabras me hicieron un poco de daño, supe que era lo mejor. Acepté, pensando que una amistad era mejor que nada.

La conversación se volvió más ligera después de eso, y seguimos hablando de nuestras pasiones y sueños. Mientras el sol seguía subiendo en el cielo, comenzamos a planear nuestras respectivas agendas para el día.

Dafne mencionó que tenía una reunión importante con su equipo de marketing sobre la nueva colección, y yo le deseé suerte, sabiendo lo mucho que significaba para ella. Por mi parte, le conté que tenía un entrenamiento intenso para prepararme para el clásico del domingo. Ella me dio una mirada alentadora y me deseó lo mejor.

Basorexia [Pedri Gonzalez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora