Capítulo 16: La verdadera yo

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ZOE CLARKE5 meses antes

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ZOE CLARKE
5 meses antes

Con tan solo pensar en ser la narradora de Audrey Walker me entran arcadas.

Y es que yo, una adolescente castaña de ojos hazel, siento que solo existo para ser la villana de su historia. Carente de una mentalidad interesante, sin cosas que me hagan feliz... Subsisto con el único objetivo de hacer que se caiga por el camino y no vuelva a levantarse.

¿Por qué? Es una buena pregunta. Digamos que desde que la vi primera vez, entrando en el instituto con una simple blusa negra y unos pantalones de chándal, supe que debía convertirla en mi muñeca de compañía. Por eso, fui la primera en hablarle.

Siempre he tenido una buena reputación en el instituto; la gente adora mi amabilidad y mi compromiso por ellos, aunque a fin de cuentas sus vidas me importen una mierda. Intercambio palabras de interés intentando dar una buena impresión, cuando en el fondo me asquean sus rostros interesados y sus halagos perversos.

Cuando te das cuenta de lo hipócrita que puede llegar a ser la gente, tu manera de socializar cambia retrospectivamente.

La gente te llama falsa, cuando ellos son los primeros en juntarse contigo por interés.

La gente dice que compartas, cuando ellos son los primeros en quedarse con todo lo bueno.

La gente valora la sinceridad, cuando ellos son los primeros en criticarte a tus espaldas.

La gente se cree buena, cuando ellos son los primeros en hacer una buena acción para quedarse con el mérito.

La gente...

La única manera de que no te conviertan en lo que ellos quieren que seas es que tú los conviertas en lo que tú quieras que sean. En lo que te convenga. Porque en un mundo en el que si no estás en la cima no eres nadie, la palabra "amigo" solo sirve de escalera para asegurar tu lugar en el mundo.

Es una pena que los pequeños animalitos tengan que ser sacrificados para alimentar a los grandes; Audrey no iba a ser la excepción.

A las personas nuevas es muy fácil ponerlas en su lugar. Solo tienes que mover algunos hilos para que paguen la novatada el resto de su estancia en el instituto. Ella en sí ya era una persona reservada, así que fue una tarea de lo más sencilla. Era irritante escuchar como todos hablaban de la chica nueva sin parar... Yo me ocuparía de que su interés fuera hacia otro lado. A su vez me tomé un poco de libertad para que ciertas personas se volvieran en su contra esparciendo rumores falsos, empezando por Elinette y las gemelas.

Cada persona que quería hablar con Audrey era una persona que la haría desaparecer de su campo de visión. Teniendo en cuenta mi reputación, era la herramienta perfecta para hacerme crecer más mientras que ella se iba hundiendo más y más... Hasta que yo fuera su única válvula de oxígeno.

A veces me preguntaba por qué lo hacía, por qué a ella. Pero dejé de intentar buscar una explicación.

Simplemente así lo decidí yo.

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