Riley y Alana caminaban por las ruidosas calles de parís, sus pasos resonaban contra las paredes haciendo que algunos voltearan con curiosidad. Ambas vestían de negro con una prenda de color blanco haciéndolas resaltar. Sin embargo, Tras ellas se encontraban dos guardias intimidantes que las seguían de cerca, cumpliendo las reglas impuestas pos Aaron.
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Horas atrás
Pov Aaron—Dios, son demasiado insistentes.—Me encontraba en mi oficina con dos mujeres demasiado fastidiosas, aunque la rubia es insoportable.
—Aaron
Escucho la voz de mi hermosa mujer, Riley posiciona sus manos en el escritorio poniendo todo su peso en el, haciendo que sus pechos queden frente a mi. Cerca, muy cerca, mierda podría hacer muchas cosas en esta posición.
—¿Nos dejarías ir a explorar esta hermosa ciudad, y de paso hacer compras?—Su voz sonaba melosa, como si supiese cual sería mi debilidad. Carajo, su puta voz es hipnotizante, y automáticamente suelto una respuesta que las hace saltar y gritar.
Espera ¿Dije que si? Carajo, Estár cerca de ella definitivamente es peligroso.
—Bien, pero habrá dos guaruras con ustedes, sin peros. Su seguridad es indiscutible Riley—lo último lo dije porque vi sus ganas de protestar. Pero no, no pondré en peligro a mi mujer.
Se queda en silencio ante la sentencia dicha, meto mi mano a mi saco del lado derecho, y tomo mi cartera. ¿Efectivo o tarjeta? ¿Las dos?
Tengo que cumplir los caprichos de mi mujer, así que me voy por la segunda opción.Tomo la tarjeta negra y se la entrego a Riley. Ella me mira con duda, al parecer espera una explicación ante mi conducta pero la única respuesta que veo sería un "quiero que seas feliz, déjame en la ruina si así lo deseas" aunque es algo imposible pero se entiende la referencia.
—Si van a hacer compras necesitan dinero.
—Nosotras tenemos, no ocupamos el tuyo.—intenta dejar la tarjeta en el escritorio pero yo la detengo.
—Ese dinero úsenlo para otra cosa, usen el mío, de verdad. Además son nuestras invitadas.
Me mira con duda pero acepta.
—Bien, pero primera y última vez.— alzó las manos en señal de rendimiento, pero está claro que no le daré importancia.
—Chicas, recuerden que hoy haremos la presentación de ustedes al mundo de los negocios, quiere decir que habrá millones de personas. Será una gala, compren lo que deseen y lo que vean necesario, asistan a un spa o lo que sea que hagan las mujeres.
—Bien, nos vemos.
Se despiden y salen de la oficina con dirección a su dormitorio. Mierda, su sonrisa me mata, y sus senos igual, simplemente no me puedo imaginar la maravilla que tiene bajo la ropa.
Si las personas fuera de mi entorno habitual viera cómo sonrió con tan solo pensar el ella, estarían perplejos. Hoy tome la decisión de trabajar en mi casa, aunque normalmente lo hago en mi empresa.
Creo que se sabe porque decidí quedarme ¿no? ¿Soy tan obvio? Agh me estoy volviendo loco.
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El sol se refleja la en los escaparates de las tiendas de lujo a lo largo de la avenida Montaigne. Las luces doradas y plateadas de los adornos de las vitrinas resaltaban los productos de lujo: vestidos de diseñador, joyas deslumbrantes, y zapatos de cuero fino. Riley y Alana intercambiaron miradas y sonrisas cómplices antes de entrar en una de las boutiques más exclusivas.
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Los Hermanos Dubois
ActionEn un mundo donde el poder y la lealtad son la moneda más valiosa, Riley, una sicaria de renombre, se encuentra atrapada entre la lucha y el deseo. Reconocida por sus estrategias impecables y habilidades mortales, su camino se cruza con Aaron, Abdie...