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𝐄𝐋𝐈𝐀
Me terminó de vestir. Me volteo al espejo, viéndome con un hermoso vestido verde pegado a mi cintura y cadera, mi cuerpo hace relucir este vestido. Con la espalda descubierta, que cuelga dos tiras de perlas en la parte de atrás, dejando a la vista mi tatuaje, una víbora blanca, rodeada de rosas con tinta roja. Es muy grande, que llega hasta casi el inicio de mi trasero, que también el vestido me marca lo redondeado que es. Mi cabello lo alzó en una coleta con las puntas onduladas. Labial rojo, mis ojos Ámbar, que los hederé de mi madre, delineados de negro. Tacones de Manolo Blahnik verdes con piedras incrustadas en la punta y en el cinto que se ajusta a mis pies.
Me acerco a sacar mi antifaz, negra con piedras azules; la mitad no cubre mis ojos y la otra sí con un diseño de pestañas grandes. Sonrió al ver que es muy hermoso. Tomo mi bolso y lo metí dentro. Bajo escaleras, Lexie también va y ella está sentada en el living. Se pone de pie cuando me ve.
—Lia, estás hermosa —sonrió por su alago.
Ella está bellísima, tiene un vestido negro pegado a su cuerpo en la parte cortada de su cintura se ve la piel con el borde de diamantes. Mi sonrisa se encurba más grande en mis labios al saber que ella gasta millones como le ordeno, porque no lo hará si no lo hago.
—Tú estás más bella, Lex.
Ella me sonríe tiernamente. Busco con la mirada a Félix. Aparece corriendo hacia nosotras. Lleva un traje negro elegante con un broche dorado.
—¿Están listas? —preguntó serio, hacia nosotras. Lexie corre a su lado tomándolo del brazo.
—Si lo estamos, Félix —dice ella sonriente; el otro se tensa por el atrevimiento de mi hermana frente a mí.
Miro sería a Lexie, apenas se aparta de él, cambiando su rostro a uno triste que quiere esconder. Pero conozco muy bien a mi hermana. Y creo que a mi hermana le gusta mi guardaespaldas.
—Vamos —ordené caminando a la salida de la mansión, seguida a mi espalda por ellos.
Félix me abre la puerta para nosotras. Corre dándose la vuelta y sube, conduciendo hasta la fiesta. Dos camionetas nos siguen por detrás que son mis guardias que se mantienen a una distancia considerable.
En minutos llegamos. Me coloco mi antifaz para después bajar.
—Félix es mi pareja —informo para mi hermana en español, y ella baja la cabeza asintiendo—. Solo esta noche para evitar a los hombres. Puedes elegir algún guardia si deseas.
Explique para que no me malentienda. Félix siempre ha seguido a mi pareja falsa para querer pasar desapercibido antes de los ojos de los hombres en cada fiesta importante o evento, ya que él siempre va conmigo a dónde valla.
—No lo necesito —me sonríe y la miro confundida — conseguiré algo hay dentro.