Marta De La Reina se consideraba poseedora de un corazón de diamante del que nunca se enamoraría verdadera y profundamente.
Dueña de la inmobiliaria De La Reina, una de las más prestigiosas de Florida, pensaba que todo iba bien, estaba prometida co...
Mi vida había cambiado tanto en dos meses que era prácticamente increíble que todos estos acontecimientos me estuvieran llevando a deshacer lo único de lo que había estado segura durante los últimos dos años, hablando de una relacion.
Iba a poner fin a mi compromiso, que hasta hace dos meses, era algo que seguro no se me habría pasado por la cabeza.
Conducir siempre me hizo pensar y nunca fue un problema porque podía viajar mentalmente y prestar atención al tráfico al mismo tiempo.
Incluso solía hablar conmigo misma a veces. Un poco loco quizás, pero me permitió aclarar mis ideas cada vez que las expresaba en voz alta.
Y aquí estaba yo, pensando en cómo un par de ojos verdosos literalmente habían puesto mi mundo al revés.
Eso fue una locura, ¿no?
Quiero decir, ¿terminar una relación de dos años por algo que sucedió en dos meses?
¡Dios mio! ¿Quién soy yo ahora?
¿Dónde está mi extrema racionalidad que nunca me dejaría cometer una "locura" como esa?
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Y lo más curioso de todo es que lo más interesante que he hecho en mi vida fue precisamente hacer lo que nunca me plantearía hacer.
Saltar del abismo y enamorarme. Y, por una mujer.
Sonreí y sacudí la cabeza cuando la luz roja parpadeó.
La calle estaba relativamente desierta para ser un lunes por la noche. Algunos peatones cruzaron el carril tranquilamente mientras yo seguía mirando el cartel, perdida en mis conflictos emocionales.
Era increíble pensar que volvía a casa de un motel y que me había corrido innumerables veces con una mujer perfecta como nunca antes lo había hecho.
Pensando que quería dar una voltereta e ir en sentido contrario si fuera necesario a su departamento, invadir esa habitación y tirarla sobre la cama nuevamente.
Fina era como una adicción. Como agua en medio del desierto.
Ella era un sueno, un demonio, un ángel. Ella era todo lo que yo quería.
Y gracias a ella iba a reunirme con mi futuro ex prometido para decirle que ya no quería casarme más.
Probablemente estaba loca porque al darme cuenta de esto, mi mente me hizo una pregunta simple.
