Hola, chicas
Ya estoy de vuelta
¿Cómo estan?
buena lectura
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MARTA POV
1 mes después
– Begoña, ¿ya estás lista? ¡Vamos a llegar tarde, carajo! - Grité por tercera vez, deseando que Begoña se diera prisa.
Era un gran día y no podía llegar tarde.
- ¡Cálmate! ¡Me estoy poniendo lápiz labial! ¡Bajaré enseguida!
Puse los ojos en blanco cuando escuché su frase.
Begoña tenía la costumbre de pasar horas maquillándose. Y mira, ella era sólo una invitada mientras yo era la dama de honor.
Era el día de la boda civil de Camino y Maite.
Estaba más nerviosa que de costumbre. Era la primera vez que sería madrina de alguien. Tenía muchas ganas de ver a mis amigas y muchas ganas de volver a ver a mi morena.
Apenas nos habíamos visto la semana pasada. Nuestros horarios de trabajo no coincidían y en nuestro tiempo libre estábamos ayudando a Maite y Camino con los preparativos.
Fue una semana sumamente agotadora y estaba segura que cuando terminara la fiesta mi cuerpo sucumbiría y se permitiría relajarse.
En ese momento estaba en alerta, tan alerta que estuvo a punto de subir las escaleras y untarle la cara a mi querida hermanita con lápiz labial.
– ¡Begoña! ¡Pero qué diablos! ¡Te dejaré ahí si no bajas ahora!
– ¡Ya voy, chica molesta! ¡Estoy bajando!
Escuché pasos en las escaleras mientras Begoña bajaba.
Mi hermana pequeña se veía hermosa. Su cabello castaño tenía rizos en las puntas y estaba recogido en un moño con algunos mechones sueltos.
Sus ojos estaban iluminados por un maquillaje ligero, que le llevó horas hacerlo, y llevaba un vestido azul cerúleo con detalles en marfil. Sus pies tenían zapatos de tacón azules y en su mano tenía un bolso de fiesta plateado.
– Si no fueras tan bonita te daría una bofetada, ¡escucha! ¡Estamos en el último momento! - Begoña puso los ojos en blanco y sonrió.
– Eres una anciana. ¿Te imaginas cómo será el día de tu boda? - Levantó las manos en señal de protesta, poniendo cara de burla.
– ¿Solo llevo un mes de noviazgo y ya quieres casarme? ¿Olvidaste que acabo de terminar un compromiso?
Abrí la puerta de la habitación, dándole espacio a que pasara Begoña y luego comencé a cerrarla.
– Con la forma en que ustedes dos son tan cercanas, no pasará mucho tiempo antes de que me convierta en madrina.
– Begoña, tardaré un poco en casarme. Y aunque me case, tú no serás madrina – Levantó una de sus cejas con incredulidad y abrió la boca con asombro.
- ¡¿Qué?! ¿Me vas a excluir?- Me dio una palmada en el hombro mientras entramos al ascensor.
– No te voy a excluir. Tú será la que entregará los anillos ...- Levanté la ceja con mirada convencida.
Begoña frunció el ceño y yo contuve la risa cuando el ascensor empezó a descender.
– ¿Por qué iba a ser solo eso y no la madrina?
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DIAMOND HEART
RomanceMarta De La Reina se consideraba poseedora de un corazón de diamante del que nunca se enamoraría verdadera y profundamente. Dueña de la inmobiliaria De La Reina, una de las más prestigiosas de Florida, pensaba que todo iba bien, estaba prometida co...