Los personajes más famosos de los cuentos de hadas, desean que sus herederos tengan los mismos finales felices que ellos. ¿Qué pasará cuando decidan tomar un rumbo diferente?
•Capítulos largos
•Historia 100% mía
•No se permiten adaptaciones🚫
•Insta...
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Los rayos de luz traspasaban el ventanal, iluminando la blanca y majestuosa habitación. El sol se dejó ver en el cielo permitiendo el inicio de un nuevo día con un agradable clima, como lo eran mayoría de días en Neverland.
El príncipe de cabello rubio descansaba sobre la cómoda y amplia cama. En su expresión se reflejaba un sentimiento de plenitud y tranquilidad. La noche anterior cuando se acostó temió no poder dormir, pero todas sus preocupaciones se esfumaron en el momento que su cabeza tocó la almohada, cayendo totalmente rendido a los brazos de Morfeo.
El joven se removió ligeramente en la cama y abrió un poco los ojos, a causa de la molesta luz que interrumpía su sueño. Con los ojos entrecerrados, escaneó con rapidez la habitación; estaba seguro de que alguien del personal de servicio entraría a despertarlo en cualquier momento, como todas sus mañanas, recordándole su monótona y aburrida vida; pero el tiempo corría y nadie apareció por la puerta.
El rubio se golpeó mentalmente al recordar que no se encontraba en su reino, cosa que le alegro enormemente, pues podría seguir durmiendo.
Se volteó con intenciones de retomar su descanso pero una ráfaga de viento llegó hasta donde se encontraba, chocando con su delgado cuerpo, obligando al joven ha envolverse en la manta de terciopelo buscando de nuevo la comodidad.
"¿Deje la ventana abierta?" se preguntó Soobin en su cabeza aún con sus ojos cerrados y las manos escondidas bajo la manta en busca de calidez. Creyó asegurarse de dejar cerradas todas las ventanas antes de irse a dormir, entonces por que...
— Hey, shh, hey —comenzó a sentir como su brazo era agitado con impaciencia junto a una irritante voz — Oye principito es hora de levantarse.
Con fastidio, Soobin abrió sus ojos y buscó al culpable de que su descanso fuese interrumpido. Grande fue su sorpresa al dar con un joven castaño de mejillas abultadas cara a cara, literalmente, el chico estaba inclinado sobre él con su mano puesta en el hombro del rubio, dejando escasos centímetros de espacio entre ellos.
Un gritó de sorpresa salió de los labios del príncipe, que con rapidez y sus manos aún agarradas a la manta, tomó la mayor distancia que le permitía la cama para separarse del intruso.
— ¡¿Que haces tú aquí?! —exclamó con sorpresa Soobin desde el borde de la cama contrario haciendo fuerza en agarre de la manta que lo cubría.
— ¿No es obvio? —soltó con obviedad Jisung con su ceño fruncido y ambos brazos posados en su cintura — Vine a buscarte.
— ¿Cómo fue que entraste? —cuestionó el rubio escaneando con sus ojos entrecerrados al chico.
— Por aquella ventana —contestó Jisung señalando con su dedo la ventana abierta de par en par a pocos metros de ellos — Pero eso no importa en estos momentos, debes levantarte.
