Capítulo 9

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NARRA BAJI

La ceremonia de Pah fue inolvidable, sin darse cuenta el cura había concertado más de una boda a la vez y casi no lo consiguen. Por suerte, y gracias a las respuestas de Taiju, Chifuyu se ordenó sacerdote por internet y consiguió unirlos en el jardín del banquete.

-¿Y qué tal con tu amiga?

Intenté asesinar a Draken con la mirada.

-¿Qué chica?- preguntó Chifuyu.

-Nadie.

Mitsuya, sentado en la mesa y con la copa de champagne en mano sonrió burlón.

-¿No se lo has dicho?

-Quería evitar que su hermana se enterase, gracias.

-Vamos Umiko no se porta tan mal- intentó defender su novio.

Los que rodeábamos la mesa lo miramos y prefirió beber a justificar su respuesta.

-Bueno pues- apreté los puños en el respaldo de la silla -soy un idiota.

-¿Qué has hecho?- preguntó Kazutora.

-Es que le envié un mensaje para avisarle que esta semana estaría ocupado y saber cómo estaba y-

-Espera espera yo termino- pidió ansioso Mitsuya -el mensaje se lo envió a Hanabi.

-¿Por qué?- consultó Chifuyu.

-Me equivoqué de contacto- me miraron extrañados -y si eso fue el martes me di cuenta el miércoles por la noche, ya habían pasado tres días desde la última vez.

-¿Y qué?- preguntó Draken.

-Que ahora me da vergüenza hablarle.

-También fue ella la que le habló la última vez que se vieron.

-¿Quieres dejar de exponerme?- acusé contra el del pelo lila.

-¿Ella te gusta?

-No.

Todos mis amigos rodaron los ojos y me ofendí.

-¿Para qué cojones me preguntáis si no vais a creerme?

Draken habló mirando la copa -tengo entendido que Fuyu y Tora la conocen.

-¿La conozco?- se sorprendió el Matsuno -¿quién es?

-Y Umiko, por eso no quiere que se meta- avisó bebiendo.

-Hanae- respondió el otro nombrado.

Mi ex vecino abrió los ojos -¡¿Hanae?! ¡¿HANAE?!

-Baja el volumen- pedí exaltado mirando que no nos estuvieran escuchando.

Me miró en silencio, creo que estaba procesando la noticia.

-¿Quién es Hanae?- preguntó finalmente.

-A la que ingresaron después de una paliza que le dieron pensando que era su novia.

Volvió a abrir los ojos, y por gestos, simuló contornear el cuerpo de una mujer y separó bastante las manos cuando llegó a la cadera, haciendo que Mitsuya y Draken me miraran intrigados. La vena de la frente empezaba a dolerme.

-Esa- respondí a regañadientes.

-¿Y te sigue gustando?

Cerré los ojos e intenté contar hasta diez para no ponerle la mano encima.

ANHELOS AL SUSPIRAR - BAJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora