Capítulo 8

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-Tampoco estaba mal el chico.

-Odiaría que alguien contara que la tengo pequeña pero que "no estaba tan mal".

Hanae siguió riéndose mientras pedía perdón por sus palabras. Y aprovechando la conversación Baji se colocó la mano en la nuca.

-Entonces...- se miró nervioso la pierna -¿te gustó?

-No, me corrí por pena- comentó de forma burlesca rodando los ojos.

El pelinegro sonrió con la cabeza agachada, una sonrisa que Hanae no sabía si era por vergüenza o por orgullo pero intuía que era por ambas.

-¿Y cómo dormiste? ¿Qué tal en el hospital? ¿Qué pasó?

-Un niño de seis años llegó gravemente y no daban con el problema.

-¿Alguna alergia?

La joven miró incómoda los apuntes.

-No me gusta mucho hablar de mis pacientes, menos aún cuando son niños.

-No quería sonar brusco.

Apoyó la mano sobre su muslo -no no, es porque me parece un tema privado. A mí no me hubiera gustado que el equipo médico que me atendió hubiera contando qué me pasó y qué hicieron para ayudarme- sonrió -es un asunto de respeto. Hay conversaciones que simplemente no me parecen adecuadas.

-Sí entiendo, tienes razón.

-Pero no pasa nada, sé que no es lo normal y no es la primera vez que incomodo a alguien con esto, y quiero que sepas que no he creído que lo preguntaras para ofender ni nada parecido.

-Mejor porque nunca haría nada de eso.

-¿Nunca?- alzó las cejas -te he escuchado-

-A ti- le cortó rápido -a ti no te haría o diría nada de mal gusto.

-¿Lo dices para que me sienta afortunada?

-Deberías, porque eres una persona protegida.

-¿Protegida? ¿De qué me estás protegiendo?

-De mi malintencionada lengua.

-¿Sí?- el chico asintió -pues entonces creo que voy a pasar de tu protección.

Keisuke se movió por el sofá hasta ponerse a su lado, cuerpo con cuerpo, apoyando el brazo en el respaldo y dejándola acorralada. Pero Hanae era muy valiente para tentarle y no se movió, algo que a él le gustó mucho.

-¿La quieres?

-¿Tu lengua?-  arqueó una ceja -¿he sonado desesperada?

Se inclinó hasta establecer una distancia muy poco prudente.

-Igual te sientes desatendida y no me gustaría que llegaras a eso.

-De hecho- ella también se aproximó, quedando peligrosamente cerca -hoy no me has saludado como gimoteaste que harías.

Baji se relamió de tan solo imaginarlo, clavando la vista en los tentadores y jugosos labios de Hanae, quien mostró una suave sonrisa.

-No tienes que pedirme que te bese- respondió confiado -lo hago con gusto.

Rompió la distancia que los separaba, rozando su boca para llegar a la mejilla, donde dejó un delicado beso; haciendo el mismo recorrido para volver al inicio, quedándose a las puertas del cielo.

ANHELOS AL SUSPIRAR - BAJIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora