Epilogo

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Cuando ambos estuvieron lo suficientemente alejados de Seugncheol, Jeonghan se separó de Mingyu, incómodo por la situación. Él no quería, pero fue imposible no mirar ese rostro que se desmoronaba segundo a segundo con cada una de las palabras de Mingyu.

"No debiste decir eso, Mingyu" atacó con un poco de brusquedad en sus palabras.

"Era lo mejor, Han. Tu mejor que nadie lo sabe. Si no lo hacía él iba a volverte a buscar y yo no voy a permitir que vuelvas a sufrir, mucho menos por él"

"¡Pero no era necesario que dijeras eso!" Gritó.

"¿Qué ocurre aquí?" Preguntó la otra presencia, Wonwoo se pegó al cuerpo de Mingyu y miró con recelo a Jeonghan.

"Nada, Won. Solo una tonta pelea" aclaró el moreno a su novio. "Andando, suban a la camioneta. La función de BSS está por comenzar y no me la quiero perder".

La banda favorita de los tres chicos. Mingyu había conseguido boletos, esperando en la fila virtual por al rededor de dos horas y media.

Jeonghan subió cabizbajo a la camioneta de Mingyu, miró a Wonwoo con cautela y se puso el cinturón de seguridad, esta noche despejará su mente. Dejará atrás todo lo negativo y se enfocará en divertirse en el concierto.

「♡』

Un años después

Por alguna razón a Seungcheol se le hizo costumbre dar paseos tardíos por el parque, al menos tres o cuatro veces por semana cada vez que salía del trabajo con la esperanza de poder encontrar a Jeonghan, o al menos de mirarlo a la distancia. Quería hablar con él, quería decirle tantas cosas y sobre todo, pedirle disculpas de todas las maneras posibles.

Esta vez decidió dar un paseo a pie. Su hijo estaba en casa de su abuela, como era costumbre. La madre de Choi siempre estaba dispuesta a cuidarlo, y aunque nunca lo dijo, Seungcheol sabía que en parte, ese afán de ella de querer pasar más tiempo con él pequeño Seunghan, lo hacía como una compensación por el tiempo que no cuido y crió con dedicación a su propio hijo.

El cielo estaba nublado, a pesar de que el manto oscuro de la noche avanzaba con parsimonia sobre él, las nubes grises y cargadas de lluvia avanzaban a buen ritmo. Como si leyeran la mente de este hombre joven que ha crecido tanto en edad como con el alma, y miraran su mente llena de tristeza en muchas ocasiones, pequeñas gotas de lluvia comenzaron a reír desde lo alto y empaparlo con su presencia.

A pesar de que las gotas comenzaron a avivar con gracia, el hombre no se inmutó y prefirió ser acariciado por ellas. Ha estado tanto tiempo solo que posiblemente el tacto que le regalan las gotas de lluvia sean refrescantes, así que decide cerrar sus ojos y dejarse llevar por la sensación.

"Si permaneces debajo de la lluvia, podrías resfriarte"

Aquella voz, esa que tanto anhela escuchar cada mañana. ¿Es esto una alucinación de su agotada mente?.

Con lentitud abre sus ojos. De pronto, el agua que caía sobre su cuerpo ya no lo hacen más. Eleva su vista, un paraguas en color negro está sobre él. Una mano pálida lo sostiene del mango, con fuerza por las pequeñas ráfagas de viento que vienen cada tanto. Recorre el largo brazo con su mirada, esperanzado de que sea él y no una persona con una voz tan igual.

Pero es él, es Jeonghan. Después de más de un año de no verlo. Desde aquella vez en que sus ilusiones se fueron abajo cuando Kim Mingyu dijo que estaban en una relación. Se había sentido fatal, incluso su pequeño hijo lo había notado y había intentado levantarle el ánimo, dándole besitos en todo su rostro.

"Eres tu... en verdad eres-"

"¿Por qué estas aquí, bajo la lluvia?" Cuestiona.

"Yo... quería verte. He estado viniendo casi todos los días, esperanzado por encontrarte y verte... hablar contigo si es necesario también"

Ni Por Herencia  •Jeongcheol/Seventeen•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora