Especial

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La puerta se abrió con fuerza y dos pequeños niños entraron corriendo, tomados de las manos.

"Niños, ¿qué les dijo su padre con respecto a correr dentro de la casa?" Preguntó Seungcheol.

La pequeña Mina y el pequeño Sunghoon, de tan solo ocho años bajaron su cabeza y pidieron disculpas.

Jeonghan entro justo detrás de ellos con un pequeño bebé de ocho meses en brazos.

"Gracias lindo" agradeció a Seunghan, ya de diez años, quien sostuvo la puerta para dejarlo pasar.

¿Cómo llegaron a esto? Retrocedamos en el tiempo, un par de años atrás.

Seungcheol y Jeonghan se mudarían de casa. El departamento del menor era demasiado pequeño para tres personas y la suite de Seungcheol no estaba diseñada para remodelar una habitación extra.

El mayor se encontraba bajando las cajas de hasta arriba del ropero de Jeonghan. Había una pequeña hasta el rincón, se puso de puntitas sobre el banco que utilizó para alcanzar mejor las cosas, estaba toda llena de polvo y telaraña.

"¡Hannie!" Llamó al menor, quien estaba ayudando a Seunghan a empacar sus cosas. "¿Qué hay en esta caja de hasta el fondo?"

No hubo respuesta.

Seungcheol, con cuidado para no caer, tomó con las yemas de sus dedos el borde de la caja y la jaló. Respiró el aire contenido mientras mantenía el equilibrio, provocando que el polvo se esparciera por todas partes.

Tosió mientras bajaba del banquillo y se sentó en la cama. Sabía que era la privacidad de Jeonghan, se habían mantenido así por un tiempo, como compañeros de cuarto de universidad. No había toques o caricias que traspasaran los límites, y sólo de vez en cuando, uno que otro beso fugaz.

Destapó la polvorienta caja y en ella había un montón de papeles viejos y algunos pequeños recuerdos y estampillas. Seungcheol sacó todos y cada uno, echando una mirada rápida a todo ello hasta que llegó al último documento; Estaba arrugado y manchado.

Echó una última mirada hacia la puerta y desdobló. Eran varios papeles, un documento entero.

El nombre de Jeonghan estaba ahí, el suyo también, al igual que su firma. Era el acta de divorcio, sus manos temblaron.

"¿Me buscabas?" Preguntó el menor, quitando el sudor de su frente con el dorso de su mano "Seunghan le encanta competir conmigo sobre quien empaca más cosas" se quejó.

Cuando Jeonghan miró lo que Seungcheol tenía en sus manos, se sorprendió. No sabía que decir, había olvidado por completo que esos papeles existían.

"Cheol..."

Seungcheol lo miró a los ojos. Sus grandes ojos iluminados como la noche más estrellada de la vida, brillaban como si dentro de ellos hubiera una lluvia de estrellas.

"Han, tu... pero se supone que-"

"...Estábamos divorciados?" Completó la frase.

"Si, es decir. Mi madre me lo dijo, y después bueno, yo nunca quise hablar al respecto contigo ¿por qué no firmaste?" Inquirió.

"Es complicado para explicar" habló después de unos momentos en completo silencio. "Estaba mal en aquel entonces, si. Mi mente no estaba al cien como para pensar con claridad"

"Pero con eso te habrías zafado de mi por completo" dijo el mayor.

"Aunque no lo creas, Cheol. Yo nunca llegué a odiarte, al menos no del todo. Tal vez eso fue lo que me hizo desistir, tenía la esperanza de que en el futuro cambiarías y, no se, lo puedes ver. No estaba completamente convencido de que algo así pasaría, para serte sincero, pero-"

Ni Por Herencia  •Jeongcheol/Seventeen•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora