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Hacia tres semanas que no lo veía.

Tres semanas en las que ni trabajando en el mismo sitio habiamos llegado a coincidir.

No habia nacido ayer para saber que eso no era casualidad.

Me miro en el espejo y veo mis ojos hundidos y mi cara de pocos amigos y me enfado conmigo misma por permitir que aquello me afectara tanto.

Siempre lo habia sabido. Me habia repetido mil veces a mi misma que lo de Christopher solo era pasajero y aún asi fui tan estupida como para creer lo contrario. No era el rechazo lo que mas me dolía si no lo mucho que lo echaba de menos, cosa que me cabreaba aún mas.

—Intenta convencerlo un poquito —me suplicaba Sofia sentada en mi diminuto despacho —Necesitas celebrar tu cumpleaños. Beber y olvidar un poco amiga mia.

Me rio amargamente. ¿Salir de fiesta y emborracharme con mi amiga iba a hacer que estuviera menos enamorada de Chris? No lo veía muy claro.

Era sin duda alguna, el peor cumpleaños en mucho tiempo.

Estaba deprimida, sola, castigada y hasta arriba de tareas para la universidad. No tenia ganas ni razones para celebrar nada.

—Cuando haga el mes del castigo lo intentaré, hasta entonces ni lo sueñes sofi, ya conoces a mi padre, ni aunque fuera el dia de mi puñetera boda.

En el fondo una pequeña parte de mi sabia que con mucha insistencia y esfuerzo puede que mi padre se replanteara el castigo. A fin de cuentas estaba siendo una hija modelo esas ultimas semanas y desconocia por completo mi pequeña escapada nocturna a la vergüenza.
Además, si habia algo que le importaba a mi querido padre era mi cumpleaños. Desde la muerte de mi madre él insistia mucho en que lo celebrara cada año. Como si eso fuera a cambiar el hecho de que ella hubiera muerto un mes después.

Sofia estaba lista para replicarme cuando dan dos golpes en la puerta. Grito un pasa y Jack entra.

—Buenos días señoritas —saluda con su habitual sonrisa.

Se habia quitado la barba y lucia mas joven, sus pequeños rizos caian un poco sobre su frente y junto con esos ojos castaños le daban un aspecto mas atractivo.

—Tengo los informes —me adelanto con toda la profesionalidad del mundo.

Lo unico bueno que habia sacado de toda aquella situación triste era la mejora en mi concentracion y eficiencia en el trabajo.

Lo unico que me permitita olvidar al señor Drew curiosamente era trabajar para su bufete. Eso y el dinero que ganaba eran lo unico que me habian impedido dimitir.

Bueno y la falta de ganas que tenía de darle explicaciones a mi padre.

—Eres demasiado rapida fresita.

—Dudas demasiado de mi. Y no me llames eso.

—¿Fresita? —pregunta confundida Sofia.

—Ese pelo rojo, esa cara de buena y esos ojos verdes. Es fresita, la de la serie.

Sofia rie a carcajadas mientras me señala con el dedo y se burla por un parecido que yo no veia por ningun lado. Es mas, me hacia pensar que Jack me veia como un personaje de dibujos animados mas que una mujer hecha y derecha.

El estrecho contacto que teniamos habia logrado que se empezara a forjar una cierta amistad que habia ayudado bastante a que olvidara mis penas. Su humor infantil y divertido era muy refrescante.

—Eres un cabrón —acabo por insultarte tras diez minutos de burlas con mi amiga.

—Un poco pero soy tu superior inmediato asi que te aguantas —rie vacilón.

TUYA (MIA II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora