Capitulo 7

77 68 0
                                    

Desperté, aún no podía creer lo que había pasado con mi primo Ale; no pude hacer nada, me levanté y traté de ignorar lo sucedido. Tenía un gran defecto y era ignorar lo que me pasaba, creyendo que todo mejoraría o que alguien más la pasaba peor que yo. No me sentía con el derecho de sentirme triste o mal y así reprimía mis sentimientos.

Paso un mes desde lo sucedido con mi primo pero ya no me acercaba a él para nada, lo evitaba por completo y si era posible ya ni siquiera cenaba para evitar verlo. Nadie sospecho nada porque creyeron que era una etapa por la que tenía que pasar por la separación de mis padres.

Creía que todo estaba bien pero una noche en la que mi primo estaba de visita volvió a ir a mi habitación, dijo que quería hablar pero le dije que se fuera, de todos modos no me hizo caso, siguió una vez más tratando de intentar tener algo conmigo, fue entonces cuando comenzó a tocarme; por alguna extraña razón al tenerlo cerca de mi sentía que ya no respiraba, sentía que no podía ni moverme, me sentía asustada.

Esto sucedió una y otra vez más, estaba harta de ello, necesitaba una solución, necesitaba salir corriendo, quería correr y correr, ya no me importaba nada. Incluso traté de contárselo a algún adulto pero no sabía que hacer.

Fui con mi madre y quería contarle lo sucedido así que lo intente.

-Ma podemos hablar -dije pensando en que esto era lo correcto-.

-Hay por Dios, no puede ser que debamos tanto dinero de la luz -dijo mi madre preocupada-.

Al final ya no me molestaba que me ignoraba, siempre era lo mismo. Estaba siempre yo ahí para los demás pero nadie estaba para mí, comencé a sentirme cada vez más sola.

Salí de su habitación y me fui a la mía, pensé una y otra vez y la mejor opción era irme a vivir con mi padre, ya no podía ver más a mí primo.

Al día siguiente fui con mi madre y le dije:

-Ma, quiero irme a vivir con papá.

Mi madre hizo una expresión de decepción en su rostro, casi como si quisiese llorar.

-Ackeli. ¿Por qué dices eso? -pregunto decepcionada de mi-.

-Porque papá está solo, talvez me necesite -era mentira, no era por ello que quería irme pero tampoco quería hablar de la verdadera razón-.

-Eres una niña tan desconsiderada, te necesito aquí para que nos ayudes, tus hermanos también necesitan de ti, porque eres tan egoísta, no puedes irte, debes quedarte aquí con nosotros -dijo mi madre tan enojada-.

Salí de su habitación y corrí, me dirigí a la laguna, me senté al lado de un árbol y comencé a llorar, ya no podía soportarlo. ¿Por qué nadie me escuchaba?. Pedía a gritos una y otra vez el apoyo de alguien pero nadie estaba. No tenía nada, no tenía a nadie.

Ackeli y las marcas en su memoria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora