Tercer y Cuarto Mandamiento

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¡Atención, tripulación!

Prepárense para navegar por aguas turbulentas de contenido +18. 😳😭🥵😏💥

Aquí les traemos un aviso para navegantes sensibles, religiosos o con estómagos delicados, incluso los ateos (se nombra a diosito )

Cuidado con las olas de vulgaridad: Frases fuertes y palabras que harían sonrojar a un santo o un ateo.

Violencia a la vista: Escenas crudas y peleas que dejarían a Goku y Vegeta en pañales OKno.

Contenido sexualmente explícito: Imágenes y descripciones que harían sonrojar hasta a un emoji de berenjena.

P.D.: No se olviden de dejar sus comentarios y sugerencias para futuras advertencias graciosas.

Empezamos.

Era finales del siglo XV y el aire vibraba con la anticipación de la celebración del Corpus Christi. En las calles de la ciudad, un frenesí de actividad se apoderaba de los habitantes, quienes se afanaban por preparar sus hogares y adornar las calles para recibir la procesión solemne. Entre ellos se encontraba el sacerdote Ackerman.

Levi con la mirada fija en los preparativos, no podía evitar sentir una mezcla de emociones, la alegría de la festividad religiosa se veía nublada por la preocupación que lo embargaba desde la misteriosa desaparición de Hange, la mujer que amaba, a pesar de los votos que había hecho a Dios.

La presencia de su madre, tío y abuelo en la ciudad solo intensificaba el conflicto interno que lo atormentaba. La inminente llegada de sus familiares, figuras importantes en la comunidad religiosa, lo obligaba a mantener una fachada de piedad y devoción, mientras que su corazón ardía en secreto por un amor imposible, deseaba buscar a Hange, pero era él quien iba a dirigir aquella fiesta sagrada, no podría deshonrar a Dios, tampoco defraudar a su familia, su abuelo era un hombre estricto, devoto de Dios, siempre acudía a misa y pagaba las indulgencias, incluso Levi era sacerdote por su abuelo.

El padre Ackerman se encontraba en su habitación, rodeado de ornamentos religiosos y símbolos de la festividad. Sin embargo, su mente no estaba en las oraciones ni en los preparativos. Su pensamiento se dirigía irremediablemente hacia Hange, imaginando su rostro, su sonrisa, su voz, su cuerpo, sus besos, todo de ella liberaba la pasión escondida del sacerdote.

El abuelo Ackerman toco la puerta de la habitación, Levi le abrió la puerta con algo de recelo, siempre tuvo temor de aquel hombre, aún recordaba como lo obligaba a leer la biblia arrodillado con granos en sus rodillas como penitencia, su madre nunca se opuso a los castigos que Levi recibía de su abuelo. Kuchel Ackerman a la edad de 17 años se enamoró de un joven granjero, llevados por el pecado como decía su abuelo concibieron a Levi.

- Abuelo, es bueno verte.

- Padre Ackerman, estoy muy orgulloso de ti, noto que tienes a las personas controladas, todos te respetan y admiran, por fin limpiaste el pecado de tu madre.

- Sí, Dios me tiene en una misión aquí.

- Recuerda siempre servir a Dios, solo así nuestra familia tendrá el cielo.

- Si abuelo, siempre tengo a Dios presente, además tengo un orfanato, donde enseño a niños.

- Seguro hijos del pecado y campesinos ignorantes.

- No, la profesora los educa bien y son buenos niños.

- ¿Una mujer enseñando? No estoy de acuerdo

- Ella está casada con el señor Forster, su nombre Hange, solo enseña sobre plantas y...

- ¿Su marido está de acuerdo?

EL PADRE ACKERMAN Y LA SEÑORITA ZOËDonde viven las historias. Descúbrelo ahora