Canción: ¿Cuánto vale hacer el amor?; Ysy A.
✭˚・゚✧Maia Recalt.
TW: Mención a drogas y alcohol.
—Portate bien. Te voy a andar mirando a vos.
Matías se lleva un dedo a la cara estirando su ojera hacia abajo como gesto de advertencia. Malena, su novia, se ríe por la sobreprotección y de un manotazo lo ubica. El otro se defiende, repitiendo por tercera vez que soy demasiado chica para andar de ojo alegre con sus amigos. Niego con la cabeza, jurando que ni si quiera los miraría, aunque hay uno solo que siempre va a ser la excepción. Admito que verlo enojado estando vestido de Nick, el zorro de Zootopia, me resulta más que gracioso.
—Hace la tuya, Mai. Yo lo entretengo —murmura Malena, guiñando un ojo cuando se aleja. No pierde su esencia con las orejas de conejo que lleva puestas en la cabeza, dándole vida a Judy Hopps.
Mi hermano la fulmina con la mirada, pero pone los ojos en blanco y saluda a la gente que sigue entrando a la fiesta. No me presta demasiada atención, ahora le importa más que el fernet que preparó tenga las medidas justas.
—¡Feliz cumple, Juani! —saluda Matías, abrazando al rizado con cariño— ¿Te acordas de Maia? Mi hermana.
Juani sonríe ampliamente tras unos segundos en los que trata de recordarme, y me señala con el dedo —¡Maia! Me acuerdo de vos, obvio ¿cómo no me voy a acordar? Los hermanos más lindos son.
El mayor levanta las cejas, divertido —No digas eso en frente de Bautista que agarra a las piñas. Menos mal que es chico para venir por estos lados.
Malena, descarada, lo acusa —Porque no lo dejas, amor. Salieron los dos sin él, qué malos.
—Feliz cumpleaños, Juani. Hace mucho no nos vemos —digo, ladeando la cabeza—. Te queda lindo el disfraz de diablito. El rojo te resalta los ojos.
—Vos sos Cleopatra —adivina, bajando los lentes de sus ojos con un dedo—. Divina estás, pero te falta chispa, estás sobria. En la mesa dejé lo que trajeron, anda.
Guiña el ojo al final de la oración. Matías lo nota y pone los ojos en blanco sin ningún tipo de vergüenza.
Sonrío con picardía, agradeciéndole en silencio —Voy a preparar algo para tomar entonces. Ya vengo.
—¡Traeme algo! —exclama el rizado.
Me acerco a la mesa en el patio de la casa de Juani, donde todos los invitados dejaron las botellas y diluyentes que trajeron. Desde lejos visualizo la botella azul que tanto me gusta, la que Matías me compró después de jurarle que esta noche no me pasaría de copas. En un vaso preparo Sky con jugo multifruta, y revuelvo con el dedo para después probarlo. Le doy un fuerte sorbo y compruebo que el sabor dulce del jugo se saborea mucho más que el alcohol, justo como me gusta.
—¿Qué estás tomando?
Levanto la cabeza cuando escucho esa voz tan familiar. Puedo contar los meses en los que no lo veía, pero no deja de parecerme tan atractivo como la primera vez que esos ojos azules me buscaron. Quizás mis pensamientos no son los más puros, pero no puedo evitar sentirme así cada vez que Felipe está cerca. No cambió nada de él desde la última vez que lo vi. Verlo con un traje de piloto me genera demasidas cosas. Me lamento todos los días no haber sido la primera en hablarle aquella mañana que nos cruzamos en la universidad por primera vez. Alma fue más rápida y su personalidad extrovertida se llevó mis pocas posibilidades para conquistarlo.
—Sky —respondo, sonriente— ¿Querés?
Felipe mira su vaso, arrugando la nariz —Estoy tomando Smirnoff... Pero bueno, dame.
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Fugitivos; Felipe Otaño.
FanfictionDonde Maia Recalt no puede dejar de pensar en Felipe Otaño, el ex-novio de su mejor amiga, Alma Figueroa.