11 | ¿Culpa mia? II

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Canción: El Amanecer; Ysy A.

✭˚・゚✧Felipe González Otaño.

TW: Mención y consumo de tabaco. No intento romantizarlo. Si lo necesitas, busca ayuda y cuida tu salud.

TW: Mención y consumo de alcohol. No intento romantizarlo. Si lo necesitas, busca ayuda y cuida tu salud.

TW: Mención y consumo de drogas. No intento romantizarlo. Si lo necesitas, busca ayuda y cuida tu salud.

TW: Contenido sexual.

(bue tenía todo)

Matías patea una lata de cerveza en el pasto mientras que vacía sus pulmones del humo del cigarrillo que sostiene entre los dedos. Mira la hora en su reloj, que marca cerca de las tres de la mañana. Desde mi silla yo intento relajarme. Él está en silencio desde que la casa se vacío tras el inconveniente con Jerónimo. Nadie quiso quedarse, ni si quiera Alma, pero de ella no me espero nada bueno nunca. Maia no bajó de su cuarto, y desde el pasillo se escuchan sus sollozos. No quiso abrirle la puerta a nadie, y terminamos aceptando que necesita estar sola por un rato, pero saber que está tan entristecida me parte el alma. Culpable me siento por haber hablado sabiendo cuáles podrían ser las consecuencias. En el momento me ganó la bronca. Por más que me duela, no puedo decir que Maia no estaba emocionada por prepararle algo lindo. Le pidió a Baustista que lleve a cenar a su mamá para que la casa quede sola, decoró el living con globos y cortinas de tinsel del color favorito de Jerónimo. Aun así, Jerónimo se dió el gusto de llegar a cualquier hora y de arruinar la noche. Ni si quiera parecía emocionado. Tenía la cara seria y parecía obligado, ni si quiera tuvo la decencia de agradecerle a su novia.

—¿Hace cuánto te ves con mi hermana, Felipe?

Matías rompe el hielo cuando menos lo espero. Levanto la cabeza y sus ojos marrones ya me están observando. No logra intimidarme, yo dejé que se enterara cuando besé a Maia al entrar. Me tomo mi tiempo para pensar en los ¿cuatro meses? que pasaron desde lo sucedido en mi auto, desde la noche en la que Maia me cautivó.

—No quiero hablar de eso —murmuro—. No sirve ahora.

Niega con la cabeza, incrédulo —¿Sabes lo que no sirve? Que me hayas ocultado tanto tiempo que te veías con mi hermana  —enfatiza, llevándose un dedo al pecho—, y que hayas sido un cara dura con tu amigo —suelta con enojo—. Si, Jerónimo es un pelotudo, pero elegiste a una mina sobre tu amigo ¿sos tarado? Encima venis a provocarlo ¿sabes cómo se debe sentir Maia? Y todo porque no supiste cerrar el orto.

Aprieta el puño de furia y me mira con desprecio. Frunce los labios para contenerse a sí mismo y mantiene el gesto serio. Deja escapar un suspiro y tira la colilla del cigarrillo en el suelo, pisándola para apagarla.

La brutalidad con la que me habla me ofende. Nunca me había mirado o gritado de esa forma, y que Maia esté escuchando todo tampoco me hace sentir mejor. Me encojo de hombros y muestro indiferencia —No me hagas responsable de las actitudes de mierda que tiene Jero, Matías —refuto, y su rostro decae en una expresión irónica—. Yo no me siento mal ni culpable, solo me duele ver que tu hermana sufra tanto.

Chasquea la lengua y sonríe de lado, acercándose con pasos lentos —No te sientas culpable por Jerónimo si no queres, pero pensa en ella, y en que si tanto te importa Maia no la hubieras metido en este embrollo —critica con la voz cada vez más firme—. Vos sabes perfectamente que le gustas hace años ¿te pensas que no le dolió verte con su mejor amiga? —pregunta con retórica— Yo no puedo creer esto, Felipe, de verdad te digo —confiesa con honestidad, decepcionado—. Siempre supe que tenían algo pero no sabía que ibas a ser tan pelotudo. Si Maia sufre, también es por tu culpa.

Fugitivos; Felipe Otaño. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora