Capítulo XII

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Carmesí.

- Narrador omnisciente.

Llegó la noche, y la pareja de enamorados estaban cada uno en sus habitaciones.
Deidara se mantenía moldeando y moldeando esculturas que pueden hacerle frente a cualquier enemigo.

De pronto el artista dejó su arcilla en la mesa que estaba al lado de su cama y tenía ganas de ver a su ahora novio.

Se paró de la cama y se preparó para verlo, se acomodó el cabello, también la capa, y se echó perfume.

Salió de su habitación dejando la puerta cerrada, hacia el cuarto de su pareja. - "¿Estará dormido?". Se preguntó a si mismo mentalmente acercándose a la perilla de la puerta, abriendola lentamente, y dejando ver a un hidan afilando un poco su guadaña.

Su expresión seria cambió a una de felicidad cuando se percató que había un rubio viéndolo desde la puerta su habitación.

- Dei... - Se acercó al ojiazul dejando la guadaña de lado, comenzando a besarlo apasionadamente.
Deidara no se tardó en corresponder el beso, y Hidan que se estaba calentando (porque no era más que el más hormonal de la relación), puso un brazo rodeando la espalda baja del joven, haciendo que este se apoyara un poco en el jashinista.

Sin dejar de besarse, el peliplateado metiera su lengua en la cavidad ajena del rubio, haciendo juego con sus lenguas ferozmente. Hidan soltaba elogios cómo: "Eres tan jodidamente hermoso" ó "Déjame explorar más tu boca".
Algo que si estaba seguro, es que a Hidan le encantaban los besos con lengua y más los que se daba con su rubio.

El jashinista no dejaba descansar a su novio, le mordió el labio inferior haciéndolo gemir y lamió el poco líquido con sabor a hierro que estaba en el labio carnoso del rubio.
Haciendo que Hidan se transforme en su forma de ritual.

- Tanto así?..
- No preguntes..

Sintiendo más adrenalina, el jashinista comenzó a besar a Deidara desesperadamente, bajando hasta su cuello mordienlo al punto de dejarle marcas demasiado rojas, haciendo gritar de dolor y placer que estaba despertando en su pareja.

- H-hidan... Detente.. A-alguien podría venir... - le dijera con voz entrecortada por los estímulos dolorosos que le estaba brindando su novio.
A Deidara no le importaba si alguien los veía o no, solo que le dolían las marcas.
Hidan notó las expresiones de dolor del rubio, así que pasó su lengua por las marcas, dándoles besos. De pronto vió como su amante se relajaba.

El peliplateado decidió no hacer nada más, y se fuera quitando su piel con apariencia de esqueleto por la transformación del ritual.

El ojiazul le sonrió y lo besó en la mejilla.
Hidan iba a corresponder ese beso pero de repente llega Kisame.

- Hola muchachos lamento interrump-...
- Interrumpes. - le dijera el jashinista.
- No te invitaré a la mini fiesta que estoy organizando por mi cumpleaños.- le respondiera indignado el con apariencia de tiburón.

- Era broma, kisame.
- No, ya nada.
- Kisame-kun.... Era una simple broma inocente.
Le mirara con ojos de cachorro y burla.
- JAJAJAJA, que gracioso te ves, bueno, no vengo a eso.
- Entonces?. -Le respondiera el rubio.

- El líder te mandó a Itachi y a tí a una misión.

Hidan arqueara la ceja y miraría a Deidara.

Corta distancia - [Hidan x deidara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora