𝐂𝐑𝐔𝐒𝐇; Riley Andersen.

𝗢𝟰

O4
| smoothie |

LAS IDEAS DE AYLIN NUNCA TERMINABAN EXACTAMENTE… BIEN. Y eso era algo que Coral conocía a la perfección.

Cuando Aylin le comentó del pequeño regalo que tenía planeado, no le pareció que tuviera algo malo, o alguna falla que posiblemente las llevara a una vergüenza. Así que la apoyó. Y por eso, ahora mismo se encontraban en la casa de Dixon, con un montón de frutas regadas.

―¿Estás segura de que sabes cómo hacerlo? ―preguntó Coral por tercera vez.

―Ví un tutorial en tiktok, claramente sé cómo. ―respondió Aylin, mientras miraba cuál fruta utilizar.

Dixon tomo un par de mangos y los puso en la encimera de la cocina. Un smoothie de mango podría ser la solución a todos sus problemas. Aunque prefería personalmente el de fresa, el de mango no estaba mal.

―¿Entonces vas a hacer un licuado de mango?

―¡Es un smoothie! ―reprendió Aylin.

―Es la misma cosa, Lin. ―respondió Evans, rodando los ojos. Tomó el cuchillo que Aylin le extendía, y comenzó a cortar el mango.

―Por supuesto que no. Un licuado es más feo y anticuado. En cambio, un smoothie suena mucho más lindo. ―dijo Dixon―. Oh, y también porque los smoothies son más espesos y tersos que los licuados anticuados.

Coral volvió a rodar los ojos.

Aylin tomó un banano, pensando que otra fruta podría utilizar. Subió y bajó los hombros, restándole importancia. Con dos sería suficiente.

Sacó la licuadora y comenzó a cortar la fruta, mientras Coral hacía lo mismo con el mango. Al terminar, pusieron los trozos de banano y mango dentro.

―¡Estoy emocionada! ¿Crees que le gustará? ―preguntó Aylin, mientras tomaba el jugo de piña a su lado. Sirvió media taza del jugo en la licuadora, y luego se acercó a la nevera, en busca de un poco de yogurt.

―Bueno, creo que a todos nos gusta la comida. ―dijo Coral, mientras se tomaba el jugo de piña restante.

Aylin suspiró, viendo como no tenía yogurt ni helado.

―¡Vivir es un desperdicio! ―se quejó, mientras volvía hasta la encimera―. Tendré que ir por más yogurt.

Coral soltó una carcajada.

―¿Qué no dijiste que tenías todo preparadisimo?

Aylin bufó. Tomó un poco de dinero de su bolso y le sacó la lengua a su mejor amiga. Se acercó a la puerta y antes de salir le adviertío.

―No demoro, así que cuida esa fruta con tu vida.