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| fiesta |

ADVERTENCIA: Menores de edad consumiendo bebidas embriagantes. Cap un poco demasiado dulce.

 Cap un poco demasiado dulce

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Aylin.

QUIERO CULPAR AL AMBIENTE POR todo el calor que siento.

Podía sentir mi rostro arder, no necesitaba que nadie me dijera que parecía un tomate por el color rojizo en mis mejillas, el cuál probablemente se extendía hasta mis orejas.

Debe ser el calor, solo eso. Que Riley me haya dado un beso en la mejilla no significa nada. Nada de nada.

Suspiré, apoyándome en la barra de la cocina. La fiesta había empezado ya hace unas horas. Miré la hora en mi teléfono, pasaban de las doce de la madrugada, y tenía mucho sentido.

Podía ver una increíble variedad de situaciones. Unos estaban desparramados por mi casa (o bueno, la de mi primo), otros en los sofás compartiendo tiempo, o saliva en algunos casos. Mientras que otros se encontraban bailando entre risas.

Yo estaba perfectamente conciente. No soy muy partidaria al alcohol, de hecho, no me gusta ni siquiera como huele. Me da náuseas.

Pero no especifiqué en la invitación que no trajeran alcohol. Yo tenía un par de cócteles ya, todos con un bajo porcentaje de embriagantes, pero no fuí capaz de negarle a ―especialmente― mis amigos entrar un par de botellas puras.

Tampoco muchas, después de todo, es mi fiesta y yo mando ¿No?

Y justo en este momento me estoy arrepintiendo.

Cómo mencioné, no había mucho alcohol, pero para algunos de por aquí, el simple olor los volteaba.

Para el ejemplo: Riley Andersen.

Al salir de la cocina, después de haberme recuperado del inesperado cariño que ella me demostró, me dirigí hacia ella, tomándola por los hombros para sentarla.

¡No había tomado mucho, lo prometo! Solo le había ofrecido dos cócteles, ella misma se negó a consumir del que Noah trajo.

Al parecer, ella nunca había probado el alcohol.

¿Estás segura que estás bien? ¿No quieres agua? le pregunté con preocupación.

Sus mejillas estaban sonrojadas, sus pupilas dilatadas y sus labios rojos. Además, no estaba tirando sus comentarios sarcásticos hacía mí como acostumbraba, me atrevo a decir que estaba siendo demasiado amable conmigo.

No me mal interpreten, me encantaba. Después de todo, había logrado mi cometido. Traje a Riley como mi invitada a mi fiesta, y había conseguido que me quisiera tan solo un poco, aunque no habia sido para nada fácil.

Pero me gustaba la sensación de que me permitía entrar en su vida, aunque a veces era un poco terca.

¿Desde cuándo tus ojos brillan tanto, Dixon? dijo ella, mirando mis ojos con atención.

𝐂𝐑𝐔𝐒𝐇; Riley Andersen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora